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Cambios en la política exterior de Joe Biden

El pasado tres de noviembre, la democracia más sólida y estable del mundo convocó a sus ciudadanos a votar con el fin de elegir a su próximo presidente. Después de acusaciones de fraude, donde fue cuestionada la institucionalidad de un imperio como el de los Estados Unidos, se determinó la tardía victoria de los demócratas, la cual no fue tan contundente como muchos esperaban.

El próximo 20 de enero, el presidente electo de este país, Joe Biden, tomará posesión. Algunos expertos en política y relaciones internacionales se hacen la siguiente pregunta:

¿cuál será la posición que adoptará su gobierno respecto a política exterior? Debido a que en Norteamérica se protagonizó un aislacionismo férreo en los cuatro años del mandato del pressidente saliente, Donald Trump, además de la guerra comercial seguida contra la República Popular China.

Los cambios importantes que se vislumbran giran en dos ámbitos bastante definidos: la Alianza Transatlántica, la OTAN, que Trump rompió, quedando esta muy lacerada, y el tema del cambio climático. Estos dos factores se prevén como los puntos que marcarán la diferencia entre las estrategias fundamentales de los dos mandatarios.

En ese sentido, es importante la posición del próximo presidente, Joe Biden, en la lucha por el cambio climático. Este ha afirmado estar en contra de la decisión de abandonar el Acuerdo de París como determinó Trump. Por lo tanto, Biden entiende necesario volver a ser parte del mismo para limitar el calentamiento global y garantizar un desarrollo sostenible y un hábitat adecuado para todos los ciudadanos del mundo. Además, ha declarado que los Estados Unidos, como país, se reintegrará a la Organización Mundial de la Salud, un tema fundamental en la política del demócrata electo, debido al mal manejo que tuvo Trump ante el fenómeno de la pandemia.

Otra interrogante es si la relación con la Unión Europea volverá a ser como en el pasado, ya que los líderes europeos han aprendido que no pueden dar por sentado el hecho de poder confiar en los Estados Unidos, como solían hacerlo antes de la ruptura. Sin duda, la llegada de Biden podría mejorar el dialogo y fortalecer la OTAN, debido a que este, al igual que el expresidente Obama, apoya las relaciones con los líderes del bloque y se opone al Brexit.

Respecto a América Latina las transformaciones podrían centrarse en una mayor atención hacia la región, ya que en la actualidad los países del Nuevo Mundo necesitas un socio fuerte para salir de la crisis sanitaria. No es un secreto que esta es una zona bajo la influencia geopolítica estadounidense, por un tema de posición geográfica y afinidad cultural, donde poco a poco se ha introducido una fuerte presencia de la República Popular China a nivel económico.

En las relaciones con la República Popular China no se entrevé una marcada variación, porque si bien es cierto que las formas poco diplomáticas de Donald Trump llamaban mucho la atención, no es menos cierto que el gigante asiático es un rival geopolítico de los Estados Unidos, que no oculta su amenaza global como nueva supervivencia, como el surgimiento de un nuevo imperio.

El cambio residirá más en la forma que en el fondo, quizás usando más tacto y dejando atrás el proteccionismo y aislacionismo que caracterizaron los últimos cuatro años, puesto aún que no se vislumbra un cambio radical en los dicursos de los actuales líderes estadounidenses.