Doctor Yu­nén: “De nada vale una vacuna en el refrigerador si no está inoculada”

“A los que no creen en el uso de la mascarilla les invito a que visiten, al menos por unos momentos, alguna unidad de COVID en el país, y que acudan sin el uso de ella para que vivan una experiencia inolvidable”

El doctor José R. Yu­nén es maestro en medicina crítica e in­fectologia. Ha salva­do a miles de perso­nalidades del país y del extranjero. Actualmente es presidente del Gru­po Yunén, Miembro del Comité La­tinoamericano de líderes de la Uni­versidad de Georgetown y MD, MBA, FCCP, FCCM. Es uno de dos medico panelistas para los Estados Unidos. En los últimos tiempos se ha dedicado al estudio y control in­munológico del COVID-19 en la República Dominicana.

En estos momentos, ¿cómo valora usted desde el punto de vista científico la situación del Coronavirus en el país, el au­mento de los contagios, los pro­tocolos y el respeto a las orde­nanzas del Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social?

Como dominicano estoy orgullo­so de los resultados de nuestro país. Como científico es difícil medir la si­tuación del Coronavirus con pocos estudios originales. El aumento de los contagios en el mundo se dan por las mismas causas, que son: las aglo­meraciones, el no usar mascarillas, la relajación en la higiene y distancia­miento físico. Más aún los dominica­nos somos serviciales y este virus ha venido a intervenir con nuestra cul­tura alegre y calurosa. El Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social está siendo constante en sus reunio­nes estratégicas, el gabinete proyec­ta unión de manera que todo lo re­comendado lo aprecio en armonía. Las ordenanzas son lineamientos pe­ro cumplirlas debe estar en nuestra conciencia aún más que en los perió­dicos y las noticias.

¿En los últimos días parece existir un irrespeto a mantener el distanciamiento? Cree que tenga algo que ver el hecho de

que los ciudadanos le hayan per­dido el miedo a la Pandemia?.

Luis, permíteme corregir tu pre­gunta, le quitaría la palabra pare­ce. Los ciudadanos están cansados, quieren renovar los votos de este año tan doloroso. Debemos usar testigos que hayan pasado por una dolorosa perdida para concientizarnos. Esto no en ámbito de miedo sino de pro­yectar la realidad, lo vivido. Todos debemos entender que para lo úni­co que no hay vacuna es para el op­timismo.

Hay mucha gente en la calle sin mascarillas, y otros con masca­rillas mal puestas. ¿Esto significa un peligro social?

Eso es como salir sin el cinturón de seguridad en tu auto. Debemos pen­sar que este es nuestro paraguas de­bajo de la lluvia. Al escampar, debe­mos pensar que la mascarilla es una protección personal que emite un respeto al prójimo. A los que no creen en el uso de la misma les invito a que visiten, al menos un momento, al­guna unidad de COVID en el país sin el uso de ella para que vivan una experiencia inolvidable.

¿Cuántas vacunas llegarán al país en breve? ¿Pudiera referir­se a cada una de ellas?

El país hizo una acuerdo de 10 millones de dosis con la vacuna As­traZeneca (Oxford) para 5 millo­nes de ciudadanos. Esta es de virus atenuado, y debemos siempre re­saltar las bondades. Su logística y almacenamiento en temperatura de 2 a 8 grados Celsius es más sim­ple comparada con las ya en curso en Estados Unidos, Pfizer y Moderna. Resalto que las vacunas no curan, lo que cura es la vacunación. De nada vale una vacuna en el refrigerador si no está inoculada.

¿Considera que estas vacu­nas son suficientes o existen otras que puedan también evitar los rebrotes de la Pandemia en el país?

Bien ahí, duro y curvero. Prefiero que me sobren vacunas a que me so­bren computadoras. Las vacunas es­tarán aquí para:

1. Reducir al mínimo el riesgo de muerte por COVID.

2. Eliminar el riesgo a saturación del sistema de salud.

3. Cambiar el eje de discusión de alto impacto negativo a un eje moti­vador y positivo.

4. Mitigar el riesgo a una segunda y tercera olas.

5. Reducir el costo de la pandemia.

6. Reactivar la economía.

Para que esto se cumpla debe de haber una canasta de vacunas de di­ferentes metodologías. Un requisi­to para tener una canasta bien surti­da es dejar el “vacunacionalismo” al margen. Debemos evaluar cada una de las vacunas por su nombre y tradi­ción de empresa y no por su país de origen. Algo que sé: Es muy difícil en un mundo donde la propaganda su­pera a la ética.

¿Qué medidas inmunológi­cas usted considera prudentes que debe tomar en cuenta la po­blación a la hora de someterse al proceso de vacunación?

La medida inmunológica más im­portante es la confianza. Está llena de fe. Esta fe, en este caso, está basada en evidencia científica. No tengo dudas de que la ciencia vencerá pero todos debemos creer en ella.

Una sola medida, repito, es la fe. Esta fe está basada en la evidencia, y por esta fe no tenemos Polio, Hae­mophilus y Hepatitis, entre otras. A los que cuestionan cierta rapidez en su creación el desarrollo de esta vacu­nas es el mejor ejemplo de la eficacia que poseen.

Tiene esperanzas en que el ciu­dadano pueda elegir libremente el tipo de vacuna que debe ponerse, o simplemente someterse a un proce­so de vacunación premeditado, con la que Salud Pública considere co­rrecta? Tengo la esperanza de que las autoridades de Salud Públi­ca acojerán todas las vacunas que están en su fase final y aproba­das por un ente regulador de un país hermano. Esta esperanza está sujeta a que no puede exis­tir un sesgo cognitivo de ningún integrante del proceso.

Las neveras donde se albergan las vacunas contra el Coronavirus.

La vacuna AstraZéneca, Moderna y la vacuna Pfizer.