Video: Teniente del Ejército se encuentra cartera con RD$14,750 y US$20 y la devuelve a su dueño
El dueño del colmado narra que este oficial es un hombre honesto
El teniente de Ejército Nacional, Dionicio García, perteneciente a la Cuarta Brigada con asiento en Mao, se encontró una cartera con RD$14,700 y US$20.00 y la devolvió a su dueño, un vendedor ambulante de ropa de la ciudad de Santiago.
El pasado domingo 27, el comerciante Rubén Medina Lima perdió su cartera mientras ofrecía sus mercancías, y fue encontrada por el oficial, quien la llevó al Colmado Francisca, en la esquina de la fortaleza, para que el dueño del colmado le ayudará a ubicar a su propietario.
Horas más tarde, al colmado llegó el angustiado vendedor y el propietario, identificado como Cesar Augusto Reyes, le calmó diciendo que el oficial que la encontró la había dejado en sus manos y le iba a ser entregada. Como el teniente no estaba en ese momento, el colmadero hizo un video como constancia de que se entregó la cartera a su dueño.
El dueño del colmado narra que este oficial es un hombre honesto y de buen servicio en la comunidad y que a pesar de lo poco que gana es un ejemplo de honradez.
El joven vendedor expresó su agradecimiento al oficial, destacando que son pocas las personas que devuelven una cartera con dinero y que el gesto debe ser premiado y emulado en la sociedad.
“Eso no lo hace todo el mundo, si él hubiese sido otro tipo de gente no me devuelve el dinero, coge el dinero y bota la cartera, sin embargo, él tuvo la gentileza de devolverme la cartera. Ese es un señor que donde quiera que esté Dios lo tiene que proteger, porque es un hombre sano”, dijo emocionado el vendedor, quien dijo que no conoce el oficial porque cuando le entregaron la cartera no estaba en el colmado ni en su casa.
El vendedor contó a Listín Diario que tiene 10 años viajando de Santiago al municipio de Mao, en la provincia Valverde a vender tenis, pantalones, carteras y otros artículos, de manera ambulante y que había ido a varios sitios buscando la cartera pérdida, hasta llegar al colmado Francisca, donde el dueño, amablemente, se la devolvió.