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Toque de queda: Un corte a la vida en libertad

Cuando se acerca la hora del toque de queda los taponamientos prevalecen en las principales avenidas.

Cuando se acerca la hora del toque de queda los taponamientos prevalecen en las principales avenidas.

Con la llegada de la Covid-19, la enfermedad causada por el nuevo coronavirus a principios de marzo, República Dominicana quedó sumergida en incertidumbre, temor y angustia.

De las medidas restrictivas para evitar contagios por la mortal enfermedad, la que resultó más difícil de asimilar por la sociedad dominicana durante todo el año ha sido el toque de queda, pues se convirtió en un tajo a la vida en libertad.

El entonces presidente Danilo Medina había hecho la primera declaratoria de emergencia en el país el 19 de marzo, una disposición inmediata que atendía a la crisis sanitaria que le sobrevenía al país.

El avance de la epidemia era rápido a escala mundial, por lo que la declaratoria de estado de emergencia se extendió en más de siete ocasiones hasta la actualidad.

Dentro de esos estados de emergencia, el gobierno instaló el toque de queda, una medida preventiva para detener la propagación de la enfermedad. Desde el 20 de marzo hasta diciembre de este año, se impusieron 14 toques de queda, una política obligatoria.

Esa restricción ha sido una de las medidas que más han violentado los dominicanos. Hay quienes no se acostumbran a vivir bajo esas limitaciones a la circulación. Negocios abiertos en horario de toque de queda, organización de fiestas clandestinas en los barrios, trifulcas entre autoridades y civiles por no acatar las ordenanzas son algunos eventos que han sucedido en todo el año. El ministerio públicó lleva una gran cantidad de dinero en multas aplicadas a personas que violan el toque de queda establecido. Además de las multas, a los ciudadanos también se les impone como sanción servicios comunitarios de limpieza y recogida de basura.

“Esa enfermedad aquí nos tomó de sorpresa e imprevisto, si hubiésemos preparado desde antes el sistema del país, no hubiésemos tenido que darle tanta larga al asunto. Antes decían que no, que eso no iba a llegar aquí y quiénes somos nosotros para que una enfermedad no llegue aquí. Aunque somos un pueblo que cree en la palabra Dios, recuerden que hasta el pueblo de Dios pasó muchas cosas”, planteaba el evangelista César Méndez.

Durante todo el año los dominicanos tuvieron que vivir con esta modalidad llena de limitaciones.

Al principio, se vivió en extremo confinamiento, las calles estaban desiertas, las salidas del hogar eran mínimas, no se podían hacer visitas a parientes y familiares cercanos, todos los negocios estaban cerrados, a excepción de los hospitales que experimentaban un colapso, mientras los estudios y el trabajo comenzaron a desarrollarse a distancia.

Luego, el uso de mascarillas se convirtió en obligatorio junto a las repetidas rutinas de desinfección con gel antibacterial y alfombras para calzado en los lugares, el ajuste de los horarios de trabajo para no ser arrestados bajo el horario de toque de queda y los permisos laborales para salir.

“Yo tengo 77 años y yo no había visto una cosa de igual naturaleza. Yo vi la Revolución de Abril, los ciclones más temidos que desbarataron y rompieron todo en dos o tres días, pero esto es una cosa increíble, esto ha sido el año entero, pero todo pasa, tiene que pasar”, expresaba la señora Olga Martínez, quien ha tenido que vivir en encierro por su avanzada edad.

A pesar de que la incidencia del Covid-19 en el país ha cobrado la vida de 2,361 dominicanos, la cifra de los recuperados de la enfermedad es mayor, con unos 120,000.

Parte de esto, es fruto de la imposición de los toques de queda que han logrado contener en parte a la población.

“Terrible, terrible (…), esto ha sido terrible, pero uno se ha tenido que acostumbrar y sobrevivir, hay que hacerlo por la seguridad”, comentaba Wendy Samilus a reporteros del Listín Diario.

Cómo se vive Como consecuencia de los toques de queda impuestos durante el año, los dominicanos tuvieron que realizar cambios en sus habituales rutinas sociales y laborales.

Algunos han conseguido adaptarse a esa transformación, sin embargo otros siguen sin cogerle el pie a los horarios, principalmente.

“Hay que irse huyendo, nosotros tenemos el negocio aquí, pero no vivimos aquí, no nos podemos quedar. Yo me voy por un sitio, la hija mía se va por otro, lo que quiere decir que ha sido bien difícil”, contaba doña Olga, dueña de una tienda de ropas.

Asimismo, José Encarnación decía que ya hay que estar cerrando media hora antes del toque de queda y que también ya media hora antes, las patrullas están pasando diciendo: ¡Tienen que cerrar ya, vayan cerrando!, es decir, “es muy acelerado”.

También Jonny Encarnación, encargado de un colmado, declaró que “es muy incómodo y más cuando voy para el trabajo o salgo del trabajo y yo vivo en Ciudad Juan Bosch”.

De igual forma, Wendy relataba cómo a uno de sus hijos casi lo arrestaban llegando del trabajo, por esa razón ahora no soporta la idea de que el año venidero continúe la medida tan restrictiva porque, además, sus hijos llegan muy afanados de las calles. “Esperamos que el toque de queda si lo dejan por lo menos sea circulando, que si cierran los negocios la gente pueda circular en la calle sin ser apresado. Eso es lo que yo espero”, agregó.

Todos coinciden en que la vida con toque de queda es mucho más pronta y diligente. Se quejan, además, porque las autoridades irrespetan hasta la libertad a que tienen derecho dentro de sus casas.

“Vivir con esto es una zozobra, uno no puede ni sentarse al frente de su casa. Si uno está adentro y tiene una música y está compartiendo igual la policía irrumpe. Porque está bien, no se puede estar afuera, pero estás en tu casa, y si tú estás en tu casa, no entiendo porque la policía tiene que irrumpir en la casa”, refería.

En la zona metropolitana del país las noches eran vivas, iluminadas y calmadas, los conductores no se precipitaban ni se exasperaban, bastaba un cambio del tono de las luces y esperar tranquilos el semáforo.

Ahora, día tras día las autoridades deben lidiar con el bullicio de las bocinas y un largo desfile de carros con desesperados conductores que terminan sus labores tarde en la noche y ansían llegar a sus casas cuando cae el horario de toque de queda.

Sepa más Las excepciones a la medida Sectores. Mediante el decreto 504-20, modificado por el decreto 554-20 el presidente Luis Abinader ratificó las excepciones al toque de queda establecido para permitir circular a personas dedicadas a los servicios de salud, seguridad, con emergencias médicas, miembros de los medios de comunicación, operadores de vehículos y técnicos de empresas e instituciones prestadoras de servicios esenciales, empleados del sector de transporte marítimo y aéreo. El país permanecerá en toque de queda en los horarios de lunes a viernes de 9:00 p.m. a 5:00 a.m. y los sábados, domingos y días feriados de 7:00 p.m. a 5:00 a.m.

Negocios Conformidad ante golpes del virus Pérdidas. Los encargados y dueños de negocios añoran que el país se recupere de la tragedia que le acarrea la letal enfermedad. Los toques de queda han frenado a muchos negocios. La mayoría no ocultan su desencanto con los toques de queda impuestos ante las pérdidas significativas que han sufrido, pero se mantienen conformes con la medida por un asunto de sobrevivencia.

Miles de apresados por violar medida La Policía Nacional y las Fuerzas Armadas se han propuesto en lo que queda del año mantener con extrema vigilancia nocturna el orden social y el bienestar de la población en las festividades de navidad para evitar contagios por coronavirus.

Según cálculos de los informes policiales sobre los arrestos por violación al toque de queda desde el mes de marzo hasta el mes de junio fueron arrestadas un total de 92,159 personas, siendo el Distrito Nacional y la zona oriental donde se registraron las cifras más altas de detenciones con 9,069 y 8,751, respectivamente. Mientras que 4,564 negocios fueron cerrados.

Además, según los reportes de detenciones realizados por la Policía Nacional desde el 21 de julio hasta el 1 de diciembre la cifra total de apresados por violentar el toque de queda se elevó a 112,693 ciudadanos, de las cuales 387 fueron sometidas a la justicia por rebelión contra las autoridades, unas 64 eran reincidentes, mientras que 55,177 se les orientó a usar mascarillas fuera del hogar. En tanto 3,807 negocios no autorizados para operar fueron cerrados a nivel nacional; 65,406 motocicletas y 10,448 vehículos retenidos.

Desde el 2 de diciembre hasta la fecha, la cantidad de ciudadanos arrestados sobrepasa los 10,499.

En todo el año han sido detenidos 215,351 ciudadanos dominicanos por violentar los toques de queda impuestos.

Toque de queda actual El actual toque de queda impuesto por el presidente Abinader mediante el decreto número 504-20 se extendió por 20 días desde el 2 de diciembre.

El país permanecerá en toque de queda en los horarios de lunes a viernes de 9:00 p.m. a 5:00 a.m. y los sábados, domingos y días feriados de 7:00 p.m. a 5:00 a.m.”, hasta el 22 de diciembre.

El mandatario no ha comunicado cómo serán las restricciones en las festividades de navidad y año nuevo, pero hay posibilidad de que se mantengan como en la actualidad.

En todo el año han sido detenidos 215,351 ciudadanos por violentar los toques de queda impuestos desde marzo pasado.

Los agentes procuran los permisos de conductores para comprobar si están autorizados a transitar dentro de la restricción.