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30 años viviendo con VIH/SIDA la han convertido en protagonista de grandes cambios

Petronila Brazobán es la persona que tiene más años viviendo con esta condición en RD.

Su lucha llegó hasta la Corte Interamericana de los Derechos Humanos y fruto de eso surge el Consejo Presidencial del Sida (COPRESIDA) que luego cambió su nombre al hoy CONAVIHSIDA, incluyendo medicamentos para embarazadas y niños. ADRIANO ROSARIO/LISTÍN DIARIO

Doris PantaleónSanto Domingo, RD.

En el año 1990 el resultar positivo al virus del SIDA era un diagnóstico catastrófico, casi de muerte. Fue justo en ese año cuando Petronila Brazobán sintió las primeras manifestaciones del virus y dos años después la noticia de confirmación.

Hoy 30 años después de ese diagnóstico, el VIH es una condición crónica, con la cual vive fruto de su determinación de no dejarse vencer, del avance de la ciencia médica y de la farmacología. Hasta ahora es la persona con más años viviendo con esta condición que se conozca públicamente en el país.

En ese entonces se luchaba contra la desinformación y la discriminación; el abandono hasta de la propia familia; el rechazo de vecinos, amigos y de los propios servidores y centros de salud; contra la desvinculación laboral y escolar y la falta de medicamentos y alimentos.

Petronila, cuyo diagnóstico recibió a los 29 años, luego de que en el 1989 tuviera una relación sexual “no segura”, madre de dos hijos en ese entonces pre y adolescentes (ambos negativos), vivió todo ese proceso y recuerda cada paso como si el tiempo se hubiese congelado.

Hoy la historia es otra, dice la activista a favor de las personas que viven con esta condición, aunque asegura que aún hay cosas que mejorar.

Reconoce que todavía el recibir la noticia de tener el VIH es un golpe difícil e impactante, pero que en la actualidad el que recibe el diagnóstico ya no está solo, cuenta con consejeros, grupo al que ella pertenece, que le acompañan en el proceso y le dan seguimiento; unidades de atención integral en diferentes puntos del país; acceso a medicamentos antirretrovirales y pruebas; una ley que le protege; instituciones dedicadas a trabajar con estos pacientes; aportes de parte del Estado; más conciencia de parte del personal de salud y la población general, más educación y un trato más digno.

Todavía, de acuerdo a Petronila, se necesita trabajar más en el apoyo y constancia de los medicamentos, que a veces escasean, incluir cobertura de proteína y alimentación adecuada e ir normalizando los servicios debido a los cambios experimentados por la pandemia del COVID-19.

Intentó terminar con su vida

Recuerda que cuando recibió ese resultado fue algo terrible, se sentía como alguien que está encerrada en cuatro paredes sin puerta de salida. No se lo dijo a nadie, en ese momento, pero salió a caminar y en la cabeza del Puente Duarte hizo intento de poner fin a su vida. Entonces, narra, pese a que en esos años era un lugar totalmente deshabitado, allí cerca de un árbol encontró una silla donde se sentó, lloró y oró.

Entonces fue donde una pariente y le contó lo sucedido. Su secreto estuvo guardado y fue tres meses después de mucho sufrir que decidió compartirlo con su padre y sus hermanos, quienes le apoyaron y acompañaron. También tuvo la suerte de encontrar respaldo y apoyo de su jefe, Santo Rosario, director del COIN, con quien trabajaba. Sus palabras aún le resuenan :“Ahora es que tu eres importante para nosotros”.

En ese momento, dice que decidió que lucharía y que no formaría parte de las estadísticas de muertes por SIDA, que se conocían. Cambió su alimentación, sacó muebles nuevos y pintó la casa y no prestaba atención a los comentarios de los vecinos que la rechazaban y le preguntaban que para que lo hacía si ella se iba a morir pronto.

En los hospitales no la querían atender y pese a que necesitaba someterse a una cirugía nadie la quería operar. “Eso fue lo que me llenó de coraje y se convirtió en un desafío”. Fue en ese momento que empezó a reunir a todos los pacientes con VIH y Sida del país, unos 20 ó 30, la mayoría con problemas de rechazos en sus casas y trabajos, dando paso a la creación del movimiento “Propuesta de Apoyo a la Vida”.

En ese momento empezaron a surgir grupos que reclamaban derechos. Al principio muchos ocultaban sus rostros con máscaras para evitar ser identificados y sacados de sus trabajos, pero luego ella los convenció de que los portadores de VIH tenían que tener rostros.

Luego surgió la creación de entidades como REDOVIH y SOLSIDA. Su lucha llegó hasta la Corte Interamericana de los Derechos Humanos y fruto de eso surge el Consejo Presidencial del Sida (COPRESIDA) que luego cambió su nombre al hoy CONAVIHSIDA, incluyendo medicamentos para embarazadas y niños, educación a pacientes, entre otros.

71,000 viven con la condición

Petronila es una de las 71,985 personas que se estima viven en República Dominicana con esta condición, cuyos primeros diagnósticos datan de la década de los 80.

Al conmemorarse hoy el Día Mundial de la Lucha contra el VIH/Sida, el país a través del Servicio Nacional de Salud (SNS) cuenta con 72 servicios integrales. El Programa para el Control de las ITS/VIH y Hepatitis tiene registros de Pacientes VIH Activos: 36,464; en seguimiento 1,007; en tratamiento: 34,271; Adultos en tratamiento: 33,752 y Pediátricos en tratamiento: 519.

Estadísticas ofrecidas por el Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (ONUSIDA) indican que el 88% de las 71,985 de Personas que Viven con VIH en el país, conoce su estatus serológico y que las muertes causadas por el sida se redujeron en 27%, en comparación con el año 2015, por lo que esta meta fue superada con 4 puntos por encima de lo esperado, ya que la expectativa de reducción era de 24%.

Como Cuidarse

Petronila Brazobán recomienda que toda persona que viva con la condición de VIH debe hacer cambios en su alimentación: usar muchos vegetales, pescados y frutas. Mantener un buen cuidado personal, dormir bien, descansar, oír música y lo más importante, la salud espiritual tener a Dios en su corazón.