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Los 30 segundos que le cambiaron la vida a la familia de Brisas del Eden

EL AUTOR DEL LA MATANZA FUE ULTIMADO POR LA POLICíA

Foto: Jorge Cruz, Listín Diario.

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Adriana PegueroSanto Domingo, RD

Allí solo se escucharon retumbar tiros continuos dentro del pequeño apartamento, seguidos por los gritos desesperados de una niña de cuatro años de edad.

Fueron 30 segundos que duró esa guerra y cuando todo terminó, José Calderón llegó corriendo a la escena del crimen y encontró a la infante sumida en el llanto sobre el cadáver de su padre, Henrry Antonio Gómez y rodeada de otros cuatro cuerpos ensangrentados, dos de los cuales luchaban para no morir.

Calderón fue al primero que le tocó ver la escena de muerte de la familia que fue asesinada en Brisas del Edén, a manos de Rubén Darío Jiménez, pero a “Soledad”, le tocó ver cuando la expareja de su tía le mató a su padre Henrry; a su tía Leyda Esterlin Vicente Sánchez; a su abuela Mercedes Orfelina Sánchez Suazo, y causó heridas a su madre Orlin Macier Vicente Sánchez y a su abuelo Ángel Robert Vicente Montaño, quien al día siguiente murió en un centro médico.

José Calderón, propietario del apartamento donde ocurrió el hecho, detalló que al momento del crimen, Leyda peinaba a la "Soledad" y tanto el peine como las bolitas que colocaba en su cabello, quedaron esparcidas en el suelo.

“Mira, yo encontré al abuelo sentado mal herido en la escalera, Orlin había caído debajo de la escalera y cuando me sintió movió una mano. Leyda cayó en la sala y la madre a su lado. Pero cuando Leyda y Henrry cayeron, parece que él los remató, porque les pegó unos tiros en la cabeza que rompieron la cerámica del piso”, explicó.

Dijo que recogió a la menor y se la llevó para su casa, pero la nena fue presa del terror y lloraba diciéndole a su esposa: “Péineme, porque a tía no le dio tiempo a terminar de hacerme los moñitos”.

"Soledad" volvía a decirle a la esposa de Calderón :"Lléveme al baño que tengo ganas de orinar. Quiero ir de nuevo al baño. Ahora deme agua. Tengo más sed. Quiero hacer pipí de nuevo. Péineme ahora. Deme agua por favor. Quiero volver al baño…”, hasta que una tía materna pasó por ella.

La tragedia ocurrió el pasado día nueve del presente mes, en el barrio Brisas del Edén, ubicado en Santo Domingo Este, una comunidad que volvió a sentir tranquilidad cuando escuchó que Rubén Darío Jiménez fue asesinado por efectivos policiales en una cabaña de ese municipio.

Los hechos

José Calderón narró que la pareja formada por Henrry Antonio Gómez y Orlin Massier, tenía cuatro meses que se había mudado a uno de sus apartamentos con su niña de cuatro años.

“Ese apartamento se convirtió como en una especia de refugio de la familia, porque todas las tardes los padres venían con Leyda y su bebé, como una forma de resguardarse, para que Rubén no cumpliera la promesa de matarlos a todos.

“De hecho, días antes los padres tuvieron que rescatar a Leyda, porque Rubén la tenía trancada en una casa y no la dejaba salir. Allí la golpeaba, pero ella pudo comunicarse con sus padres a quienes les advirtió que fueran con la policía, porque él decía que los iba a matar a todos”, contó.

Dijo que Rubén no sabía dónde era que vivía su cuñada Orlin, pero buscó hasta que encontró la casa y ese día pasó varias veces por la calle y cuando vio el carro del suegro, no le quedó la menor duda que había encontrado su objetivo y se puso en acecho.

“En un momento Henrry, su cuñado, salió a comprar algo y él esperó que regresara a la casa. Se le fue sigilosamente tras él sin que este se diera cuenta y fue ahí cuando al llegar a la galería, la emprendió a tiros contra todos”, narró.

Leyda y Orlin eran las únicas hijas que tenía la pareja conformada por Mercedes Orfelina Sánchez Suazo y Ángel Robert Vicente Montaño.

Tras cometer el hecho, Rubén Darío Jiménez emprendió la huida en un carro rojo llevándose a su bebé de nueve meses de nacido, el cual dejó en una casa cercana.

Rubén fue asesinado a tiros en la cabaña Presidente, en San Isidro el pasado martes, por miembros de la Policía Nacional y junto a él también cayó abatido el joven José Luis Muñoz, quien le acompañaba.