Teatro Agua y Luz, la joya arquitectónica de la que sólo quedan ruinas

El otrora Teatro Agua y Luz deja atrás sus luminosos espectáculos artísticos para devenir en una ruina en el Centro de los Héroes de la ciudad. RAÚL ASESNCIO/LD

El otrora Teatro Agua y Luz deja atrás sus luminosos espectáculos artísticos para devenir en una ruina en el Centro de los Héroes de la ciudad. RAÚL ASESNCIO/LD

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Ashley Ann PresinalSanto Domingo, RD

A 65 años de abrir el telón, la fuente del anfiteatro ya no dispara chorros de agua iluminados por luces de colores. Son las goteras y filtraciones provocadas por las fuertes lluvias de los últimos días las que sustituyen el “show” que tomaba lugar en el Teatro Agua y Luz.

Grandes cúmulos de basura y un olor pestilente que emana de restos de orina y heces fecales, dan la bienvenida a los pocos curiosos que deciden colarse entre las hojas de zinc que rodean al teatro para observar sus condiciones.

Ubicado en el Centro de los Héroes, fue uno de los centros de entretenimiento más importantes del país desde su construcción para la inauguración de la denominada “Feria de la Paz y Confraternidad del Mundo Libre”, el 20 de diciembre de 1955 a manos del tirano Rafael Leonidas Trujillo.

Lo que queda de la edificación, que hoy tiene sus paredes desgastadas por desuso y llenas de grafitis, sirve de recuerdo a la historia de lo que hace años fue un concurrido anfiteatro, y que hoy día no es más que un espacio abandonado.

No hace falta entrar a la obra para comprobar el mal estado en el que se encuentra: un letrero escrito con azul y rojo en el que apenas se distingue “Centro de entretenimiento Agua y Luz, Dawn Properties” advierte a los ciudadanos que se trata de un lugar en condiciones deplorables.

Su fuente con 355 chorros iluminados por 4,000 bombillas de diversos colores era parte del vistoso espectáculo que atraía al público proveniente del Gran Santo Domingo y otras partes del país. En la actualidad la edificación es un refugio de indigentes que se presta para actos ilícitos y prostitución.

Los caminos que dirigen a sus instalaciones se hallan repletos de preservativos, prendas de vestir usadas, recipientes plásticos, maleza y desechos orgánicos que muestran el foco de insalubridad en el que se ha transformado el anfiteatro.

“Una joya arquitectónica” En su etapa de esplendor, la obra del arquitecto Carles Buïgas era el espacio donde se presentaban numerosos espectáculos donde artistas como Sandro de América, Raphael de España y Frank Sinatra daban conciertos de gran envergadura.

La prominencia del teatro en aquel entonces era tal, que el director de cine estadounidense Francis Ford Coppola decidió utilizar la locación en 1973 para rodar una escena de la película “El Padrino II”, donde el anfiteatro simulaba ser la discoteca “Tropicana de la Habana” en Cuba.

Abandono Ubicado frente a la Avenida George Washington, una de las zonas más transitadas de la ciudad, y detrás de instituciones públicas como la Procuraduría General de la República y el Instituto Postal Dominicano (Inposdom), el Teatro Agua y Luz se exhibe ante los ojos de personas que ignoran su precaria situación.

La obra, construida por un monto superior a dos millones de pesos, se ha convertido en un estacionamiento de autobuses de la Dirección General de Migración (DGM) y una madriguera donde conviven insectos y roedores que se alimentan de basura.

Por igual, el deteriorado teatro protagoniza el mes de noviembre en un calendario publicado en 2018 por el Comité Dominicano del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (Icomos) que muestra el estado de abandono de 12 monumentos o sitios históricos del país.

Junto al antiguo centro de entretenimiento figuran también en el calendario la Iglesia de Santa Bárbara en el mes de enero, en junio la Casa Grande de Palavé, las ruinas de Villa de la Concepción de La Vega en diciembre, y los demás meses están ocupados por otros lugares del país que se encuentran sumamente descuidados.

Demolición y remodelación paralizada Por 16 años se ha intentado “encontrar una solución” para la situación de descuido que ya arrastra más de dos décadas, aunque al día de hoy todavía no se ha hecho nada.

En 2004 quisieron demolerlo para construir un estacionamiento que resolviera los problemas de la congestión vehicular en las vías del Centro de los Héroes.

Sin embargo, la propuesta inmediatamente provocó reacciones de descontento entre expertos artísticos y el exalcalde del Distrito Nacional, Roberto Salcedo, quienes se opusieron a la iniciativa.

Dos años más tarde, la Corporación de Fomento de la Industria Hotelera y Desarrollo del Turismo (Corphotels) acordó la remodelación de la obra con la empresa norteamericana Dawn Properties, proyecto cotizado por un valor de US$12 millones.

En el contrato, Dawn Properties iba a tener el control del teatro por 30 años y se comprometía a conservar la estructura original de la edificación, aunque en su interior operarían un casino con salones VIP, un restaurante y un hotel.

Sin embargo, en el 2007 el proceso se paralizó y Corphotels canceló el contrato debido a la “inacción” por parte de la empresa.

Cuando parecía que la remodelación del teatro quedaría olvidada, el 24 de febrero del 2015 Corphotels firmó un contrato de arrendamiento del inmueble por un período de 25 años a Consultoría Astur del Grupo Varma, una empresa offshore vinculada al presidente del Partido Revolucionario Dominicano, Miguel Vargas Maldonado.

Este contrato establece que la empresa debía pagar una renta de US$5,000 mensuales al Estado dominicano sumando un total de US$1.5 millones.

Asimismo, se acordó que la empresa reconstruiría el teatro y construiría un casino, estacionamientos, un hotel de 85 habitaciones, una plaza comercial y áreas verdes con una proyección de recuperación de al menos US$28 millones.

No obstante, el proyecto se sumó posteriormente a la lista de propuestas sin cumplir para recuperar el teatro.

En marzo del 2016, el dirigente del PRD, Guido Gómez Mazara, solicitó al Ministerio Público los detalles del contrato de arrendamiento y denunció irregularidades en la licitación de la obra, alegando que hubo una “desnaturalización del objetivo de la licitación y del contrato”.

En un informe depositado en la Dirección General de Compras y Contrataciones el 10 de marzo por Mazara, el perredeísta indicó que “si bien el contrato fue titulado como arrendamiento, al analizar la contrata, se trata de una concesión para el uso de un bien público, dado que su objeto principal es la reconstrucción, remodelación explotación comercial del espacio, en violación a los principios de transparencia, publicidad y participación expuestos en la Ley 340-06”.

Irregularidades en la licitación El 1 de diciembre del 2014 el Comité de Compras y Contrataciones de Corphotels fue autorizado por su gerente general para preparar la licitación correspondiente al arrendamiento del Teatro Agua y Luz.

Posteriormente, la convocatoria para presentar las ofertas se publicó los días 8 y 9 de enero del 2015 en la prensa y el 12 de enero en el portal web, otorgando un plazo de 29 días hábiles para la presentación de las propuestas.

En respuesta a esto, dos empresas se mostraron interesadas, pero sólo Consultoría Astur presentó una oferta por un monto total de RD$1,276,995,872.70.

A través de la resolución 96-2020, firmada el pasado 8 de septiembre por Carlos Pimentel, director de Contrataciones Públicas, la institución declaró como ilegal el proceso de la licitación llevada a cabo por Corphotels debido a que la entidad no otorgó el plazo mínimo establecido para la presentación de ofertas (60 días).

“Corphotels incurrió en violación a lo establecido en el precitado párrafo del artículo 54, que indica que el plazo para la presentación de ofertas en este tipo de concesión, debe ser de sesenta (60) días hábiles para la concesión de obras, más aún si en ellas hay que realizar una inversión significativa”, establece el documento.

Asimismo, el órgano rector manifestó que el hecho de que se otorgara un plazo de 31 días para el cumplimiento del procedimiento pudo influir en que no se haya presentado un interés más amplio entre posibles empresas oferentes.

Situación actual del teatro Pasados cinco años desde la firma del contrato de arrendamiento, Pimentel informó la suspensión de la adjudicación a la empresa relacionada a Vargas por “anomalías en el procedimiento” que violaban los principios de la Ley no. 340-06 sobre Compras y Contrataciones de Bienes, Servicios, Obras y Concesiones.

A través de la resolución anteriormente mencionada, la entidad afirmó que el contrato no se trata de un arrendamiento de un bien público (como se le llamó en sus inicios), sino de una asociación público-privada de concesión, en la cual se genera un beneficio comercial directo para la empresa privada.

“De tal suerte que el nombrado 'contrato de arrendamiento ' del Teatro, llega en realidad a tomar la forma de un contrato de concesión, por medio de la privatización de utilidades, teniendo al Estado dominicano como supervisor tal y como se establece en el artículo 25 del contrato”, estipula el documento.

Tres intentos más tarde y un ente patrimonial de por medio, las propuestas y contratos para rescatar el Teatro Agua y Luz no se han cumplido.

La basura y la maleza compiten por adueñarse de las instalaciones del Teatro Agua y Luz. RAÚL ASENCIO.

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