Wilmer, el adolescente que detuvo estudios por carecer de declaración de nacimiento

En su memoria tiene bien claro cuáles son sus metas: concluir el bachillerato, capacitarse en áreas técnicas y trabajar. Pero teme ver tronchadas sus aspiraciones por no estar inscrito en el registro civil.

Fotos: José Alberto Maldonado

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Wanda MéndezSanto Domingo, RD

Wilmer Vargas es un adolescente de 17 años que tiene mucho que contar, pero su timidez no le permite hablar con fluidez. Sentado en un mueble, al lado de su abuela y mamá de crianza, responde de forma escueta a cada pregunta.

Pero en su memoria tiene bien claro cuáles son sus metas: concluir el bachillerato, capacitarse en áreas técnicas y trabajar. Pero teme ver tronchadas sus aspiraciones por no estar inscrito en el registro civil.

Por ello, se siente muy triste y angustiado. “Me siento mal porque me dicen que si yo no estoy declarado no soy nadie en el mundo”, comenta el adolescente durante una entrevista en casa de una tía, en el sector El Almirante, de Santo Domingo Este.

Wilmer ha festejado sus 17 años, pero nunca ha tenido en sus manos un documento que avale su edad. Esa situación ya ha comenzado a afectarle en los estudios académicos. No ha sido inscrito para este año escolar, que iniciará en noviembre, porque le exigen el acta de nacimiento.

La abuela de Wilmer, María Vargas, precisó que lograron que su nieto llegara hasta el cuarto de bachillerato porque en el liceo del sector El Almirante, les dieron facilidades.

Señaló que este año le informaron que ya no había cupo, por lo que se vieron en la necesidad de cambiarlo a un plantel educativo en el sector Invimosa, pero que allí no lo pudieron inscribir porque le pidieron el acta de nacimiento.

Dificultades

El proceso de declaración de nacimiento se le ha complicado a Wilmer, porque, según contó, lleva años sin tener contacto con su madre, Magalis Marte.

Anida el deseo de localizar a su progenitora, no solo para que gestione su inscripción de nacimiento, sino también para poder recibir el calor materno.

Fue criado por su padre Willy Vargas y su abuela paterna, María Vargas, en Invimosa, de Santo Domingo Este. Ahora solo vive con su padre en ese mismo sector, porque la abuela tuvo que mudarse a casa de una hija, en El Almirante, por problemas de salud.

Anhela trabajar formal

Wilmer expreso que le gustaría tener un trabajo formal desde diciembre, cuando cumplirá 18 años. Ahora ayuda a un tío a atender un colmado y a su padre en una panadería.

Cree que la falta del acta lo ha limitado para realizar cursos técnicos también, pues no cuenta siquiera con un certificado de octavo curso.

María Vargas precisó que se encargó de la crianza de su nieto desde los 3 meses de nacido. Ahora pide apoyo para lograr inscribirlo en el registro civil, porque dice que por sus problemas de salud y económicos ya no pueda salir a realizar muchas gestiones.

“Me gustaría que él se capacitara, él es muy joven, tiene aspiraciones, y su papá no tiene muchos recursos”, sostiene María Vargas. Dice que al no tener el documento, tampoco tiene cédula de identidad de menor, ni ha podido obtener un seguro médico.

En diciembre, Wilmer cumplirá 18 años, y pasará a tener la edad en la que adquiere los derechos de ciudadanía (elegir y ser elegible), pero tampoco los podrá ejercer si continúa sin declarar.