Familiares de coronel hallado muerto vivieron una pesadilla
“Déjenme verlo, dejen ver a mi hijo”, era lo que gritaba, desconsolada, la madre del coronel paracaidista de la Fuerza Aérea Dominicana, Rolando Martínez Martínez, quien había sido reportado como desaparecido desde el pasado jueves y su cuerpo fue hallado con un disparo el pasado sábado.
A pesar del llanto de la madre, el avanzado estado de descomposición en que se encontraba el cadáver de Martínez Martínez impidió a sus familiares, amigos y compañeros de armas darle un merecido adiós a su pariente. El ataúd con el cuerpo del coronel llegó a su casa, ubicada en las inmediaciones de Pedro Brand, próximo al kilómetro 25 de la autopista Duarte, donde residía junto a su madre, alrededor del mediodía de ayer y los llantos de sus familiares no se hicieron esperar, ya que para ellos, estos últimos cuatro días han sido una “pesadilla”
“Esto ha sido una pesadilla para nuestra familia. Desde el jueves esto ha sido muy triste”, expresó Miosotis Rodríguez Martínez, prima hermana de Rolando.
En su hogar estuvieron presentes una amplia gama de miembros de la Fuerza Aérea, quienes trataron de consolar a sus allegados por lo ocurrido. Los uniformados se colocaron en línea al momento en que la madre de Rodolfo se acercaba al ataúd pidiendo conformidad por lo sucedido.
“La Fuerza Aérea de República Dominicana lamenta profundamente la pérdida del coronel paracaidista Rolando Martínez Martínez, FARD. Expresamos las más sentidas condolencias a sus familiares, paz a su alma”, expresó la institución en sus redes sociales. Miosotis, ya cansada porque los reporteros del LISTÍN DIARIO era el cuarto equipo de prensa que atendía en esa mañana, dijo que todos esperaban un desenlace distinto de la situación que vivió la familia del oficial.
“Esperábamos cualquier otro desenlace, que resultara de cualquier forma menos de esta manera, no esperábamos encontrarlo así”, decía Miosotis, quien definió al oficial como el “orgullo de su familia” y que no habían suficientes palabras para describirlo.
El orgullo de la familia
“Él era un hombre honesto, recto, era el orgullo de nuestra familia. Tremenda persona, respetuoso, un hombre dedicado a su familia y a su trabajo. Él era el orgullo de nuestra familia, de verdad que sí”, exclamó Miosotis.