La República

Se derrumba la prensa lucrativa

Según Penelope Abernathy, exvicepresidenta del Wall Street Journal y del New York Times, y profesora de economía de los medios de comunicación, la Era Digital ha cambiado el negocio del periodismo.

1-El periódico impreso ya no es rentable. 2-El papel impreso tendrá vida muy limitada.

Tomado de Pulso/ Bogotá, ColombiaSanto Domingo

La experta, en entrevista con AFP, considera que existe aún un futuro para algunos grandes diarios y revistas.

¿Por qué la prensa se derrumbó con la CO­VID-19? En muchos países, los diarios se construyeron histórica­mente sobre un modelo lucrativo. En Estados Unidos, no se apoya en el hecho de que los lectores pa­guen por las informaciones, sino en anunciantes.

Ahora, ese modelo se derrumbó y los periódicos no lograron cons­truir una respuesta digital. Incluso en mercados muy pequeños, Face­book y Google engullen tres cuar­tas partes de los ingresos digitales. Los medios se reparten las sobras. No es suficiente para construir un periodismo sólido.

La COVID-19 ha diezmado aún más ese modelo basado en la pu­blicidad. Vivimos una crisis eco­nómica prolongada. Los medios sobrevivían con poco margen, la COVID-19 aceleró su caída.

¿Qué periódicos perdemos? En Estados Unidos, hemos per­dido una cuarta parte de los pe­riódicos que existían en 2004. La mayoría de los que desaparecie­ron eran diarios pequeños o se­manales. Cerraron de un día para otro: Se convirtieron en semana­les, y eso no funcionó. Pasaron a versión digital solamente, y lue­go desaparecieron. Como conse­cuencia de esto, desde 2008 la mi­tad de los periodistas de la prensa escrita fueron despedidos.

Tenemos aún 150 grandes dia­rios regionales. A pesar de que tenían esperanzas al inicio de su transformación digital, no fue­ron capaces de producir ingresos a través de la publicidad o las sus­cripciones.

Y los dueños cambiaron de ma­nera radical. La mayor parte de los grandes grupos de diarios co­tizaban en bolsa, sabíamos lo que hacían. Sus nuevos dueños son empresas privadas o fondos espe­culativos. Su prioridad es pagar di­videndos. Pueden llegar y recortar los presupuestos de manera mucho más agresiva.

Lo que me preocupa en Estados Unidos es que tenemos una tenden­cia a perder diarios en las comuni­dades con grandes dificultades, con fuertes índices de pobreza. Y, sin embargo, son ellas las que más ne­cesitan informarse para preparar un futuro mejor.

¿Qué modelos económicos pueden subsistir? Un diario nacional como el New York Times o el Wall Street Journal puede aplicar una estrategia para alcanzar un número suficiente de lectores y convencerlos de pagar. ¡Pero un diario regional nunca llegará a 5,5 millones de suscriptores!

Fórmulas con fines lucrativos, no lucrativos o híbridas funcionarán se­gún los lugares. Un dueño de diario creativo y riguroso que desea invertir a largo plazo en un mercado con un potencial de crecimiento tiene posibi­lidades de éxito.

El papel impreso sobrevivirá de algu­na forma. Hace diez años, se vaticinaba que hoy en día leeríamos todos libros di­gitales. ¡Pero tocaron su techo hace cin­co años! Hay un futuro para las revistas semanales y mensuales. Pero salvo raras excepciones, recordaremos con nostal­gia la era de los diarios.

EL caso de Colombia frente al Covid-19 Es amplio el paquete que ha anun­ciado el presidente Iván Duque, pe­ro las decisiones que más se destacan son la destinación de más de 14 billones de pesos en ayudas para el sector salud, apoyo a los empresarios y recursos edu­cativos para enfrentar las crisis social y económica generadas por el coronavi­rus.

El Gobierno también intenta prote­ger a la población mayor de 70 años en Colombia, la más propensa a morir por cuenta del COVID-19.