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La realidad de la crisis económica y las propuestas para superarla en el discurso de Leonel en 2004

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Paul MathiasenSanto Domingo, RD

En un discurso cargado de preocupaciones, pero con soluciones esperanzadoras, el expresidente Leonel Fernández asumió su segundo mandato presidencial para el período 2004-2008.

En 23 páginas y 6,142 palabras, Fernández expuso la “pesada herencia” recibida del gobierno del expresidente del Partido Revolucionario Dominicano (PRD) Hipólito Mejía, poniendo como eje central de sus palabras la crisis económica y social que afecta al país.

“Lo que le aguarda a nuestro país es una lucha titánica, denodada, para volver sobre sus raíces e iniciar un período de regeneración moral y patriótica, así como de reorganización económica, social e institucional”, manifestó, al tiempo que calificó a situación que atravesó el país como “una de sus crisis más agudas y severas de todos los tiempos”.

Y es que durante el gobierno de Hipólito Mejía, quebraron dos instituciones bancarias, disminuyó el producto interno bruto (PIB) e incrementó el déficit fiscal, la inflación, las tasas cambiarias y por ende la devaluación del peso dominicano.

Cada uno de estos problemas, fueron expuesto durante el discurso de asunción de Fernández, no obstante, dejo claro que no que “no acudo ante esta augusta Asamblea Nacional con la intención aviesa de levantar el índice acusador contra nadie”.

Aunque en ningún momento hizo señalamientos a Mejía o sus funcionarios, durante tramos de su discurso si cuestiono a través de interrogantes sin respuesta las decisiones tomadas por estos durante los cuatro años que estuvieron en el poder y que llevaron a la crisis económica.

“En síntesis, el gobierno que hoy asume está heredando una de las peores crisis económicas de nuestra historia”.

Restructurar economía Dentro de las primeras medidas económicas que propuso Fernández, estuvo la reestructuración de la deuda externa a partir de los criterios del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Club de París, argumentando que eso le permitirá un “alivio” en el cumplimiento de su carga financiera.

Igualmente, expuso que una de las medidas principales para volver a incentivar la economía era el cambio de imagen a nivel internacional, con la intención de que vuelvan a fluir los recursos con las inversiones del exterior.

Pero la medida que resonó al momento de anunciarla, y que dijo sería primordial para solucionar la crisis, fue decretar “a partir de este mismo instante” un período de austeridad, con la intención de reducir al menos 20 por ciento del gasto del Estado.

Y dentro de esas medidas de austeridad, Leonel hizo énfasis en que “hay muchos cargos públicos en exceso” y que dentro del modelo de desarrollo económico que visualizaba, al sector privado le correspondía desempeñar el papel de “locomotora del tren del progreso” dejando al Estado como un “simple maquinista que la pone en movimiento sobre los rieles”.

Manteniéndose dentro del funcionar de las instituciones públicas, manifestó que todas las compras o transacciones que fueran a hacer, debían ser “estrictamente indispensables” al tiempo que prohibió la adquisición de “nuevas jeepetas”.

Otras medidas para rescatar la economía dominicana que reveló, fueron lograr la aprobación del proyecto de reforma fiscal, reanudar el acuerdo suspendido con el FMI y el compromiso con “destacados empresarios nacionales e internacionales” pare que estos depositen en el Banco de Reservas los fondos de sus futuras inversiones, a fin de hacer frente a las quiebras de las instituciones financiera ocurridas en el gobierno de Hipólito Mejía.

“No podemos darnos el lujo de que otro banco pueda quebrar en la República Dominicana. No dispondríamos de los medios para salvarlo y sería injusto cargarle de nuevo a la población los costos de otro naufragio financiero”, puntualizó Fernández.

Corrupción y justicia La corrupción fue otro de los puntos en los cuales Leonel Fernández fue contundente. “La corrupción es moral y legalmente inaceptable. Por tal motivo, durante la administración que desde hoy me corresponderá dirigir, tomaremos todas las providencias de lugar para, tal como establece la Convención Interamericana contra la Corrupción, prevenir, detectar, perseguir y castigar todo acto doloso que atente contra el patrimonio público”.

No obstante, aclaró que al tiempo de que volver a dirigir los destinos del país, “no albergo ánimo alguno de venganza” por lo que “nadie será perseguido” por razones de revancha política, pero marcando la pauta de que su administración no hará “borrón y cuenta nueva”.

“Como deseo actuar siempre de forma clara y sin ningún enturbamiento o enredo, reitero en esta oportunidad lo que he dicho en otras ocasiones: Que nadie me susurre en privado lo que no está en capacidad de decirme en público”, aclaró.

Política social y apagones Retomando los efectos provocados por la crisis económica a nivel social, una de las medidas que Fernández prometió impulsar de inmediato fueron las ayudas sociales y la restructuración del Gabinete Social, para darle énfasis a esos programas.

“Desde los primeros días de nuestro gobierno pondremos en práctica programas sociales integrales de salud, alimentación, nutrición y educación”, explicó, al tiempo que informaba el programa “Comer es Primero” como una forma de ayudar a familias en condición de extrema pobreza.

Igualmente, dentro de esa lista de programas sociales, incluyó la ejecución de algunos destinado a abastecer a todos los hospitales públicos con medicamentos básicos, a fin de mejorar el servicio en estos centros de atenciones médicas.

Por otro lado, las recordadas horas de apagones durante el gobierno de Mejía no faltaron, pero aquí entra un detalle, y es que, durante el primer gobierno de Fernández (1996-2000), este capitalizó las empresas generadoras y distribuidoras de electricidad, medida que el gobierno del PRD no supo manejar y a la cual atribuyo parte de la culpa de las constante horas sin energía eléctrica.

Fernández explicó el problema eléctrico en varios puntos, la falta de fondos para cubrir los costos de producción de energía, lo que lleva a acumular una deuda y genera pérdida en el sector energético que, a su vez, corta la capacidad de compra del combustible y limita la generación de megavatios, que finaliza en apagones.

Por ello, explicó y reveló 10 medidas a tomar para la solución de este problema, entre las que aparecen contratar una línea de crédito a corto plazo, transparentar los costos, aumentar los cobros, realizar licitaciones internacionales, realizar una fuerte inyección de nuevo capitales al sector, entre otros.

El verdadero Estado de derecho “Corresponde ahora a la nueva generación, a la generación del relevo, cumplir con la sagrada tarea de construir el verdadero Estado de derecho con el que siempre soñaron los líderes civilistas de la Restauración”, proclamó Fernández.

Y es por esto, que aseguró que era necesario robustecer las instituciones que conformaran el verdadero Estado de derecho y permitieran “la gobernabilidad y el funcionamiento del país”.

Asimismo, basado en estas instituciones, poder hacer frente a todas las necesidades y exigencias de la sociedad dominicana, proponiendo también, como lo hizo en su discurso del 1996, un “Gobierno de Unidad Nacional”.

“Juntos podemos trabajar en la culminación de las tareas inconclusas de la era industrial, de la premodernidad. Juntos podemos ponerles fin a los apagones, al hambre. Juntos podemos garantizar la distribución de medicamentos en los hospitales y disponer del acceso al agua potable. Podemos construir calles y caminos vecinales”, fueron palabras expresadas por Fernández.

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