Danilo recibirá hoy al presidente electo

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Dalton HerreraSanto Domingo, RD

El presidente Danilo Medi­na recibirá hoy a las 10:00 de la mañana en el Palacio Nacional al presidente elec­to, Luis Abinader, para con­versar sobre el traspaso de mando que se concreta en 39 días.

Abinader ganó la pre­sidencia de la República con un 52.52% de los vo­tos, contra un 37.46% del candidato del Partido de la Liberación Dominica­na (PLD), Gonzalo Castillo, por lo que finalmente, los comicios transcurrieron en paz, salvo varios incidentes. Un día después de oficiali­zarse el triunfo de Abinader, Medina creó la Comisión de Transición Gubernamen­tal integrada por Gustavo Montalvo, ministro de la Presidencia, que la presidi­rá; José Ramón Peralta, Do­nald Guerrero, Juan Ariel Jiménez, Zoraima Cuello y Flavio Darío Espinal.

Queda pendiente que el presidente electo designe una comisión para trabajar de manera conjunta en el traspaso de mando.

El ascenso del PRD

De acuerdo con Jacqueline Jiménez Polanco y su tra­bajo de investigación: “La transición política en la Re­pública Dominicana: Del autoritarismo de nuevo ti­po a la democracia formal”, el proceso electoral de 1978 determinó el ascenso al po­der del Partido Revolucio­nario Dominicano (PRD) a manos de Antonio Guzmán.

En esa ocasión, la JCE ad­judicó al Partido Reformis­ta (PR) la mitad de los votos emitidos en cuatro provin­cias que habían sido gana­das por el PRD, lo que per­mitiría a Balaguer controlar el Senado.

A esa acción se le llamó “fa­ llo histórico” y de esta for­ma, este se convirtió en el mecanismo “transaccional” que condicionaría la transi­ción política hacia la demo­cracia, a la limitación cons­titucional que supondría el control del poder legislativo y del judicial por el régimen anterior.

EN PUNTOS

Fracaso del PRD.

El fracaso del Partido Revolucionario Domi­nicano (PRD) inclinó la balanza electoral en 1986 nuevamente hacia su más fuerte conten­diente, el Partido Refor­mista (PRSC).

La transición.

Con la transición se asis­tía a un comienzo de decadencia y envejeci­miento de los líderes tra­dicionales (Balaguer y Bosch), frente a una re­gresión de los líderes modernos (Peña Gómez, Jorge Blanco, Majluta).

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