La República

La arrancada

¿Pagar por leer la prensa?

El modelo de pago en los medios de comunicación no es una idea nueva. En los últimos meses (y años) se ha normalizado una tendencia que nació tiempo atrás en la prensa anglosajona (¿dónde, si no?) y que el resto de grandes periódicos ha adoptado de una forma u otra. El objetivo de cada uno de ellos, sin embargo, es el mismo: que el lector se suscriba a sus cabeceras de referencia para, así, poder ofrecer información veraz, contrastada y de calidad.

La implantación de la suscripción en la prensa ‘online’ lleva asociada una serie de interrogantes que todavía están por descifrar. ¿Qué papel juegan los medios en la construcción de una democracia si sus contenidos están restringidos? ¿Son los medios de pago la respuesta a la popularización de la desinformación y de las noticias falsas? Y, quizá, más importante, ¿qué futuro le espera a la prensa?

Para responder a estas y otras preguntas hemos hablado con Adrienne Lafrance, subdirectora de ‘The Atlantic’; Adam Penenberg, profesor de la Universidad de Nueva York (NYU); Janine Gibson, ganadora de un Pulitzer por su investigación en el caso de Edward Snowden y responsable de proyectos y plataformas digitales del ‘Financial Times’, y José Miguel Mulet, doctor en bioquímica y biología molecular por la Universidad de Valencia, además de divulgador científico.

Adrienne Lafrance

La subdirectora de “The Atlantic” de estuvo al frente de la edición digital antes de hacerse con su actual puesto. La revista se fundó en 1857 en Boston con un marcado carácter cultural, aunque con los años viró hacia temas políticos e internacionales. En la actualidad, cuenta con varias modalidades de pago, todas ellas anuales: desde una por 49,99 dólares que da acceso ilimitado a la web, hasta otra que, por 100 dólares, ofrece acceso gratuito a la web y a todos los contenidos impresos.

“Los medios de comunicación hemos sufrido varios golpes en las últimas décadas y ahora estamos comenzando a comprender el impacto que van a tener las redes sociales”, analiza. “Facebook, Google y Amazon se han hecho con una enorme parte de la publicidad que antes iba a los medios. Ahora nos estamos dando cuenta de que la apuesta que hicimos hace una década, basada en la arquitectura de la web social, está perdida.

Para Lafrance, la apuesta por el periodismo de calidad va ligada a una mayor profesionalización del producto. “En ocasiones, se confunde el término de prensa libre por prensa gratuita, pero son necesarios profesionales a jornada completa. Se antoja necesario defender ese tipo de prensa libre de interferencias políticas.

En cuanto al futuro del periodismo, Lafrance se muestra cauta y opta por no poner todos los huevos en una misma cesta. “Será crucial diversificar las fuentes de ingresos aunque un modelo de suscripción te asegura una base de lectores que valora lo que mejor sabes hacer”.

Adam Penenberg

El director del “master online” de periodismo de la Universidad de Nueva York avisa de los problemas que puede generar un modelo de pago: “Muchas publicaciones van a tener problemas para atraer a un número suficiente de suscriptores para mantenerse a flote. ¿Qué pasa con las publicaciones locales y las cabeceras de tamaño medio?. Para Penenberg la proliferación de medios de pago tiene una única causa, la caída de los ingresos publicitarios. “¿Qué opciones tenían los medios? Regresar al viejo modelo de suscripciones”.

Sin embargo, el profesor considera que la suscripción puede ser viable para algunos de ellos. “The Information’ cubre tecnología y sus socios no tienen ningún inconveniente en pagar 399 dólares al año. Pero tiene una audiencia de lectores adinerados en Silicon Valley”, aclara.

Si bien Penenberg no es del todo optimista respecto a los medios de pago, sí lo es en relación con el futuro de la prensa y su estrecho vínculo con la democracia.

El futuro de la información de calidad no está, ni mucho menos, en peligro para el común de los mortales: “Muchos muros de pago no son rígidos. Muchas publicaciones permiten leer ciertos contenidos gratuitos al mes. Y muchas noticias se replican en cientos de otras cabeceras. Las noticias se acaban leyendo. Sospecho que, con lo difícil que será sobrevivir con modelos de pago, muchos medios seguirán siendo gratuitos”.

Janine Gibson

Después de haber comandado la oficina de ‘The Guardian’ en Nueva York y haberse llevado un Pulitzer por su investigación en el caso de Edward Snowden, Gibson se unió el pasado año al Financial Times.

Gibson es consciente de que la actual pandemia ha supuesto un golpe todavía más duro para muchos medios de comunicación en un contexto en el que los anunciantes cada vez tienen menor peso. “Cada medio tendrá su propia narrativa a la hora de explicarlo, pero la realidad dice que los muros de pago y las suscripciones se han convertido en una parte cada vez más importante del modelo de negocio de los medios”, afirma.

Un modelo de negocio que, desde su punto de vista, puede coger prestadas ideas de otros ejemplos, como el de la BBC. “Está financiada a través de una partida pública. En ocasiones recibe más golpes que una pelota de fútbol pero su objetivo es mantener informada a toda una nación. No es una tarea menor”, recalca. ¿Qué hay de una prensa gratuita que pueda garantizar información de calidad? “Creo que deberían existir medios sufragados. Es una tragedia que existan periódicos más diversos y creativos con problemas financieros”, lamenta.

El peligro de que los grandes medios se pasen al modelo de pago es la escasez de los mismos para el gran público. “Las noticias de calidad como las que ofre el Finantial Times son caras”, admite Gibson. Sobre el futuro del periodismo, la premio Pulitzer recalca que los medios tienen que vivir “en una permanente negociación” ya sea con “anunciantes influyentes, lectores que puedan llegar a crear poderosos ‘lobbies’, filántropos que se lo tomen como un ‘hobby’ o dueños con aspiraciones políticas”.

Jose Miguel Mulet

La ciencia también ofrece sus propias respuestas cuando se trata de analizar cuáles son las nuevas formas de transmisión de conocimiento dentro de una sociedad, y cómo estas pueden influir en su día a día. José Miguel Mulet, conocido divulgador y doctor en bioquímica y biología molecular por la Universidad de Valencia. Mulet opina que “la filosofía del todo gratis instalada en internet” se ha convertido en parte del problema de los medios que, ante la inevitable caída de los ingresos “tienen a los muros de pago como única salida”. En la actualidad, el mayor problema al que se enfrenta la divulgación científica es la capacidad de destacar: “Está diluida entre información basura y ‘clickbait”.

El acceso a esa información de calidad en su ámbito, el científico, “lleva tiempo alejada del gran público, aunque tenga cierto éxito en momentos puntuales”, asiente. Según el científico el público que requiere acceso a este tipo de información “es muy minoritario”, pero se muestra optimista de cara al futuro: “Siempre se podrá encontrar información científica y entendible para el gran público. A fin de cuentas, eso es la divulgación”.

Si esa divulgación se hará en medios de pago o en medios gratuitos es algo que, a estas alturas, Mulet no puede predecir. “Habrá que salir a buscar la información y, a veces, estar dispuesto a pagarla. No sé si eso es una evolución o una involución de los medios de comunicación. Creo que la palabra que mejor lo define es supervivencia”

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