Una española lanza una campaña de donaciones para proporcionar vivienda digna a una comunidad en Guerra
"Las casas en las que viven están hechas de hojalata y planchas de zinc y carecen de suelo, las condiciones son muy malas y las que construimos con este proyecto son de madera y suelo de cemento", asegura Julia Aragón.
Una cooperante segoviana, Julia Aragón, junto a la también cooperante procedente de Santiago de Compostela, Alicia Heinrich, han lanzado una campaña de crowdfunding para recaudar fondos con el objetivo de proporcionar vivienda digna a los habitantes de la comunidad de San Antonio de Guerra, en la República Dominicana.
En esta población, que supera los 100.000 habitantes, se encuentra radicado desde hace más de 30 años el proyecto comunitario 'Futuro Vivo', un programa de desarrollo puesto en marcha por dos religiosas segovianas de la congregación Carmelitas de la Enseñanza y que cuenta con una escuela que proporciona "educación gratuita y alimentación a los niños y jóvenes que residen en el municipio", según ha explicado en declaraciones a Europa Press la cooperante segoviana.
Asimismo, 'Futuro Vivo' atiende las necesidades básicas en materia socioeconómica y sanitaria de una población "cuyo 80 por ciento se encuentra por debajo del umbral de la pobreza y el 35 por ciento se halla en pobreza extrema", asegura Aragón.
El proyecto comunitario "se institucionalizó" a partir de 1995 mediante la fundación en Segovia de la ONG 'Amigos de Futuro Vivo', "encargada de canalizar los fondos de las administraciones públicas y privadas al proyecto de República Dominicana".
Sin embargo, a partir de 2015 la clasificación de las Naciones Unidas dejaba fuera a República Dominicana de la tipificación de países menos desarrollados del mundo, "lo que redujo sustancialmente las aportaciones públicas".
Por ello, estas dos cooperantes, tras haber trabajado en la escuela del de San Antonio de Guerra, decidieron lanzar un primer crowdfunding que tenía por objetivo la construcción de cinco casas en el municipio. Y no sólo lograron las cinco que se propusieron, sino que consiguieron financiación para construir nueve.
"Las casas en las que viven están hechas de hojalata y planchas de zinc y carecen de suelo, las condiciones son muy malas y las que construimos con este proyecto son de madera y suelo de cemento", asegura Julia Aragón, quien calcula que el coste de cada una de éstas ronda los 1.300 euros.
Dado el buen funcionamiento de la primera campaña, las dos jóvenes han lanzado ahora otro crowdfunding a través de la plataforma de micromecenazgo 'Gofundme' "para continuar proporcionando una vivienda digna a los residentes de Guerra".
Hasta el momento, ya han logrado más de 1.200 euros de los 5.000 que han marcado como objetivo, "y ahora es más importante que nunca", reconoce Aragón, puesto que con la crisis del coronavirus "la población se encuentra en una situación más vulnerable si cabe, dado que no tienen viviendas en condiciones mínimas para favorecer cualquier confinamiento", añade la cooperante.
Asimismo, y dado que la escuela está cerrada "y era el lugar donde los niños y jóvenes tenían sus dos únicas comidas diarias", el programa Futuro Vivo está canalizando los fondos que recibe en la adquisición de lotes de comida que reparten por la comunidad de San Antonio de Guerra.