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ASESINATO

Testigo del asesinato de "La Soga" dice le había recomendado no andar desarmado

“A ese hombre lo explotaron a tiros”, afirmó un testigo del asesinato del exteniente Fernando de los Santos, conocido popularmente como “La Soga”, acusado de cometer 35 ejecuciones extrajudiciales durante su tiempo como teniente en la Policía Nacional.

Asimismo, el señor, identificado como “Tomasito”, y quien aseguró estar cerca del lugar del crimen al momento del asesinato, describió el incidente como una guerra, afirmando que escuchó múltiples disparos de bala alrededor de las 8:30 de la mañana.

No obstante, expresó que desconocía las acciones que realizaba “La Soga” momentos antes de su muerte, ya que cuando llegó al frente de la casa del fallecido, solo encontró el cuerpo.

Sobre la posible razón del asesinato, el testigo aseguró que de los Santos “tenía demasiados enemigos”, a pesar de que la víctima siempre lo negaba.

De igual forma, especuló que “La Soga” salió de su vehículo sin su arma o que estaba totalmente desarmado al momento del siniestro.

El señor dijo que en una ocasión le advirtió a “La Soga” que no podía andar por las calles desarmado, ya que tenía muchas enemigos. Dijo que la respuesta del exoficial es que no tenía enemigos.

A Fernando de los Santos se le vincula a las muertes de Elvis Sebastián Valerio Espinal y Luis Roberto Torres Ortega “Robert”, supuestamente por encargo de Joan Silverio Ureña y Bonel de Jesús Lanfranco Castro, alias Bonelly.

Igualmente, mientras estuvo bajo servicio en la PN presuntamente encabezó un grupo de oficiales conocidos como “El Equipo” o “El Escuadrón”, que se dedicada a perseguir delincuentes o prófugos de la justicia.

La Soga fue asesinado cerca de las 8.30 de hoy cuando salía de su residencia en el sector de Gurabo, al norte de la ciudad de Santiago.

La Policía dijo que ha interrogado a varias personas como parte de las investigaciones y que busca a los responsables del hecho.

Algunos vecinos dijeron que se asombraron al escuchar en su vecindad un intenso tiroteo y que cuando cesó vieron a la Soga herido tendido en el pavimento, pero que aún movía los pies.