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Hospital Marcelino Vélez sigue atado por deterioro y lastre de las filtraciones
Desde cualquier lugar se le observe, empezando por su área externa y el interior, el Hospital Mercelino Velez Santana muestra, a primer examen, un deterioro asolador de su andamio estructural, espacios mugrientos y desatendidos, equipos oxidados y material de construcción amontonado que forman un cuadro inquietante que, además de espectáculo desagradable a la vista, constituye una amenaza a la salud de una legión de ciudadanos que gestiona servicios allí.
Este hospital está afrontando una situación crítica para ofrecer un servicio de atención de salud adecuado a sus pacientes. Los problemas son varios, y cada uno se enlaza para formar un todo de contrariedades que ahoga y obstruye las labores en esas instalaciones.
En este hospital, situado en la avenida Isabel Aguiar, en el sector Herrera, se ejecutan trabajos en la estructura física para corregir irregularidades que han estado estorbando el desarrollo de una función apropiada.
El personal médico y sus ayudantes están viviendo momentos espinosos en su trabajo, porque a más de la sobrecarga de pacientes que deben atender, se les ha complicado el caso desde que este centro fue habilitado para el diagnóstico, hospitalización y atención del Covid-19.
Los problemas
Basta una primera ojeada al área de emergencia, que fue objeto de intervención para ajustarla al cumplimiento de su propósito.
Otro problema captado, de entrada, son las filtraciones, que ya tienen una larga data de denuncias y se acoge a otros casos expuestos como vicios de construcción en esa obra de salud. Como secuelas de estas filtraciones se han registrado roturas en techos y pisos, que ahora son sometidos a restauración. Esto, en su efecto, genera limitaciones en el desplazamiento del personal y los pacientes. Hay áreas que no se han visto afectadas por estos problemas.
Desde el exterior del edificio se expone a la vista una fachada deprimente, con cristales y paredes descuidadas. Dentro, en un espacio del hospital, trozos de plafón que hacían de decorativo cuelgan sobre el piso, destrozados, dejando al descubierto una rema de tuberías de agua y corriente eléctrica.
Un joven trabajador agita concreto con un pedazo de madera dentro de una lata de pintura, rodeado de montones de cartón, papeles, objetos plásticos y escaleras. En otro lado del edificio había armaduras viejas de camas en desuso, barras metálicas, cristales, sillas destartaladas, con hierros retorcidos, y otras penurias que degradan la imagen del centro hospitalario.
Quejas de enfermeras
En medio de todo este grisado ambiente, un grupo de enfermeras ha denunciado escases en los insumos de protección para tratar a los pacientes con Covid-19, como guantes, batas, gorros y mascarillas.
Cada día se les entrega una unidad, algo que juzgan insuficiente para un turno completo. Dicen que, incluso, tienen que reutilizar los “monos” (trajes de protección).
Ante esto, el Colegio Dominicano de Profesionales de Enfermería (Codopenf) y la Unión Nacional de Servicios de Enfermería Dominicana (Unased) fijaron un plazo de 72 horas para que sean atendidos sus reclamo, y amenazando con paros de labores si no se atienden sus demandas.
No obstante, el director médico del centro, Freddy Lachapelle, aseguró que esta situación no afecta el desenvolvimiento del hospital, poniendo de ejemplo que a decenas de pacientes se les da el alta tras haber superado el coronavirus.
Respecto a la denuncia de que al menos 20 compañeras se habían contagiado con el virus “por falta de la protección requerida para asistir a pacientes con Covid-19”, el director médico del hospital dijo que tienen registro de 10 enfermeras, y que investigan su forma de contagio, puesto algunas también trabajan en otros centros, y realizan otras actividades cuando salen de allí.
OTROS DETALLES
Problemas clave a resolver
Marcelino Velez.
Este hospital está afrontando una situación crítica para ofrecer un servicio de de salud adecuado a sus pacientes.
La emergencia.
En este centro se ejecutan trabajos en la estructura física, para corregir irregularidades que han estado estorbando el desarrollo de una función apropiada. El área de emergencia fue intervenida para ajustarla al cumplimiento de su propósito.