Enfoque Efeméride
El próximo Día de las Madres
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En nuestro país, hay dos promotoras de esa fecha, la Primera Dama por excelencia, la poeta Trina Moya de Vásquez (1863-1941), autora del popular “Himno a las Madres”, y la educadora, paradigma cibaeña, Ercilia Pepín (1860-1936), quien instituyó el último domingo de mayo como nuestro Día de las Madres.
Aunque la verdadera historia del Día de las Madres está en el hecho físico de traer al mundo una criaturita humana, que equivale a decir que cada día de esa personita sobre la tierra, de hecho, debe dedicarlo a ella, igual que a la adoptiva, por aquel modismo criollo de que “madre no es quien procrea sino quien cría”, como se da en ciertos casos; empero, lo que nos interesa es relatar la tradición mundial del día especial dedicado a ese ejemplar único de la tierra.
Como en el origen de tantas historias, es preciso remontarse a la antigua Grecia, que en sus religiones nos enseñaron tantas cosas, que luego los romanos nos trasmitieron; sobre todo en nuestro lenguaje, hijo del latín (por lo cual somos latinos; no por otra causa), y la aprovecharon los primeros cristianos para modificar muchas divinidades y así disfrazar la realidad al ser perseguidos por sus creencias, como trataron de hacer nuestros indígenas y los africanos cambiando los nombres de algunas.
En principio, según Hesiodo (siglo VIII a C.), en su “Teogonía”, estaban Gea (la tierra, de donde viene geografía, etc.) y Urano, su creación, que tuvieron varios hijos titanes y dioses al mismo tiempo, de los cuales surgieron Rea y Cronos, que a su vez tuvieron otros más; al ver que Cronos se comía los varones por una tradición que decía que uno de ellos le sustituiría; Rea o Reha, ofendida como madre, salvó, en complicidad con Gea y Urano, abuelos al fin, la vida de Zeus (el Júpiter romano), engañando al padre con una pesada piedra envuelta que este tragó. Al cabo se cumplió la profecía, y este hijo vengó a los demás, sacando del vientre de su padre a sus hermanos. Por eso los griegos celebraban unas festividades en honor de Rea, luego los romanos, que los imitaban, lo hicieron con La Hilaria. Hasta que los cristianos lo celebraban el 8 de diciembre día de la Inmaculada Concepción de la Virgen María. Luego, de diversas formas, siempre religiosas, se siguieron celebrando estas festividades.
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