Miraflores
Vendedores se arriesgan para obtener el sustento de sus familias
Hace seis meses que Winston consiguió un empleo como vendedor de accesorios para celulares. Su lugar de trabajo es una calle del ensanche Miraflores, y el área donde exhibe la mercancía es el baúl de una “minivan”.
El estado de emergencia que decretó el gobierno el 19 de marzo, para prevenir la pandemia del coronavirus, lo obligó a permanecer más de un mes sin laborar, recibiendo solo la ayuda del dueño del negocio, con lo poco que tenía ahorrado.
Winston contó que la situación económica se le puso difícil, por lo que se vieron en la necesidad de reabrir a mediados de abril, ya que, en su caso, tiene una familia que mantener.
“No me puedo parar, no tengo ayuda”, dijo el joven, de 18 años, quien ha tenido que reintegrarse al trabajo para poder obtener el sustento de su esposa, y dos hijos, uno de dos años, y una bebé de ocho meses.
Obligado a trabajar “Cuando los niños piden leche, tengo que salir a comprarla”, expresó. Su mujer está desempleada, por lo que los únicos ingresos de ese hogar son los 12,000 pesos de salario que percibe cada mes.
Comentó que la venta no es buena, porque muchos clientes no saben que el negocio está abierto, y que, además, solo desde las 8:00 de la mañana hasta la una de la tarde.
De todas formas, mientras reporteros de Listín Diario estuvieron allí, se observaron varias personas desmontarse de carros y motores para adquirir algún artículo.
Desde la adolescencia Winston narró que trabaja desde adolescente pero que se sintió más presionado a hacerlo a partir de los 16 años, cuando se casó, ya que no tenía mucho apoyo económico, debido a que fue su madre que se ocupó sola de la crianza de él y de otros dos hijos, con trabajos informales, vendiendo principalmente productos de belleza. Dice que no tuvo el cariño ni el apoyo paterno.
“Nunca me ha gustado pedir, siempre me ha gustado ganarme yo el dinero”, subrayó Winston.
Cursa el último año del bachillerato en el liceo Benito Juárez, de Cristo Rey, en horario nocturno, porque de día debe trabajar.
Su deseo es estudiar Siempre soñó con ir a la universidad a estudiar contabilidad, pero duda que pueda ingresar tan pronto se gradúe del bachillerato, porque ahora la prioridad es mantener y educar a sus dos niños. “Vivo el día a día”, enfatiza.
Tener el negocio abierto tampoco le ha sido fácil, porque los agentes de la policía se lo prohíben y en varias ocasiones se le han llevado el vehículo con la mercancía, e incluso, ha estado detenido, teniendo que el propietario que intervenir para que lo liberen
SEPA MÁS Temor al contagio El joven, que reside en Villa Mella, usa mascarilla para evitar contagiarse con el Covid-19. Cuando retorna a su hogar, se desinfecta con alcohol y se dirige al baño, antes de tener contacto con su mujer e hijos.
“Está difícil esta situación por el coronavirus, uno llega a su casa con el miedo de infectar a su familia”, manifestó Winston, luego de concluir su jornada en el sector Miraflores de la capital.