En San Cristóbal la vida sigue como si nada está pasando
En la carretera Sánchez, justo al lado de las letras blancas que dicen “San Cristóbal”, hay un callejón. Pero no es cualquier vía, es la entrada de Jeringa, uno de los barrios más populosos del municipio sureño, donde parte de sus residentes no han acatado las medidas de distanciamiento social y solo pocos usan mascarillas para prevenir el coronavirus.
Los puestos de empanadas tienen una clientela como un día común y corriente, las aceras se convierten en salones de belleza, y cuando pasa la camioneta de Listín Diario sus habitantes vociferan con desdén: “Miren a los reporteros”. Acto seguido, se cubren los rostros sin mascarillas con las manos.
En las esquinas de las estrechas calles están aglomerados los motoconchos, quienes no han dejado de brindar servicio de transporte a los sancristobalenses. Estos trabajadores tampoco usan nada que les cubra la nariz ni la boca.
Por otro lado, jóvenes muestran sus sonrisas y corren en las calles como cualquier tarde soleada.
Aunque San Cristóbal tiene otros sectores, solo Jeringa revela un cúmulo considerado de personas en las calles.
Este es el panorama de San Cristóbal: una provincia que junto a La Romana, Santo Domingo y Monte Plata será intervenida desde el jueves hasta el sábado por el Ministerio de Salud Pública, debido al cúmulo de casos positivos de coronavirus.
De acuerdo con el boletín 54 de la Dirección General de Epidemiología, San Cristóbal ha reportado 493 casos positivos de coronavirus y 17 muertes, cifra que representa el 4.52 por ciento del total de 10,900 confirmados en República Dominicana.
En un recorrido por los barrios Moscú, Las Guanduleras, Barrio Nuevo y Madre Vieja Norte no se percibe mucha población en las calles, solo algunas personas sentadas en las aceras o debajo de árboles. Aunque estos cuatro sectores tienen un común denominador: los motoconchistas se protegen con guantes y mascarillas, pero acaparan las esquinas y no guardan una distancia entre uno y otro.
Niños vuelan chichiguas
El río Nigua está seco. Es un acuífero que crece rápidamente en la temporada ciclónica. Pese al peligro, decenas de personas residen en sus alrededores. Uno de los sectores que se encuentra a la orilla del río es el conocido como Zona Verde.
Allí un grupo de infantes que a simple vista podrían tener menos de diez años se ven jugando con chichiguas, pisando descalzos la ardiente acera, y sin ningún tipo de distanciamiento entre uno y otro. Al contrario, bailan juntos al disfrutar que son captados por una cámara.
En las avenidas Constitución y Libertad, consideradas como las principales de San Cristóbal, se observa a cientos de personas en vehículos de dos y cuatro neumáticos. Al mediodía se ve un tránsito similar a un día sin ningún tipo de restricciones, a pesar de que algunas actividades, incluidas las escolares, están suspendidas como parte del estado de emergencia.
La mayor parte de restaurantes continúan ofreciendo servicios, aunque algunos de los empleados no usan mascarillas para protegerse contra el coronavirus. En la Libertad, conocida por los residentes como “la avenida”, los negocios de venta de pollo horneado, característicos de la zona, han permanecido abiertos, no obstante hay menos clientela.