Ciudad

Reportaje especial

La cuarentena desespera, pero el virus sigue atacando

Aunque la población está respetando el uso de las mascarillas, hay otras medidas que no se están aplicando, una de ellas, el distanciamiento social.

RUDDY L. GONZÁLEZSanto Domingo, RD

La directora de la Oficina Pana­mericana de la Salud, Caris­sa Etienne, lo ha advertido: “La suavidad o la eliminación de las medidas de restricción puede acelerar la propagación del virus y abrir la puerta a un resurgimiento dra­mático y la propagación a otras áreas ad­yacentes” y va más allá cuando sentencia que “cada nación tendrá que decidir sobre sus propias medidas con base en un ‘equi­librio’ entre la recuperación económica y el número de muertes que esté dispuesta a asumir”.

El Gobierno dominicano ha dicho que no auspiciará una apertura de las activi­dades comerciales, industriales e institu­cionales hasta que se tenga el control de la pandemia del coronavirus, Covid-19, pe­ro organizaciones empresariales, de co­merciantes, de los que agrupan pequeñas empresas y trabajadores individuales, di­rigentes políticos, economistas y sectores enquistados en los medios de comunica­ción, abogan por una reactivación de las ac­tividades y, por ende, una ‘vuelta a la nor­malidad’.

Las autoridades sanitarias, encabeza­das por el ministro de Salud, Rafael Sán­chez Cárdenas, no tienen fecha definida de cuando el país superará los estragos de la pandemia. El esperado ‘aplanamiento de la curva’ aún no se define, mientras los conta­giados aumentan, al igual que la cifra de fa­llecimientos.

La disyuntiva es clara: control de las ac­tividades regulares, el mantenimiento del toque de queda y/o un endurecimiento de la cuarentena, como plantea la OPS y el Gobierno, o ceder a las presiones de co­merciantes y otros sectores de la población que dicen temer “una gran quiebra” y abrir las puertas a una gran crisis económica. En medio de estas posiciones encontradas, sin embargo, la generalidad de la sociedad exi­ge de las autoridades la aplicación de las medidas necesarias para frenar el auge de la pandemia.

Y, como sazón a la crisis, el ingrediente electoral ha estado presente luego que la oposición entrara al terreno de juego, ha­ciendo entrega de insumos hospitalarios, criticando las medidas oficiales y publici­tando su presencia en diferentes acciones que relacionan con la lucha contra la pan­demia, con un claro propósito propagan­dístico de cara a las elecciones presidencia­les y congresuales, fijadas para el 5 de julio.

La oposición presiona por la reaper­tura de la actividad económica y el levan­tamiento de las restricciones, sobre de­nuncias de que el gobierno pretenden prolongar la crisis sanitaria para abortar las elecciones y continuar en el poder, más allá del 16 de agosto. José Ramón Peralta, uno de los principales asistentes del Presiden­te Danilo Medina, ha reiterado que habrá elecciones en el país y que el gobernante no pretende seguir en su puesto ni una hora más de la fecha de término de su mandato, como establece la Constitución.

No será el ll de mayo “En los últimos días se ha especulado en distintos medios que el conjunto de la ac­tividad económica se abrirá el próximo día 11 de mayo. Esta información es fal­sa”, dijo el ministro de la Presidencia, Gus­tavo Montalvo, quien coordina la comi­sión oficial de alto nivel de la lucha contra la pandemia. Donald Guerrero, ministro de Hacienda, explicó que se ha diseñado un cronograma de reapertura de las ope­raciones del país para iniciar la recupera­ción económica que provocará, como pri­mer paso, la reformulación del presupuesto nacional, seriamente alterado por los efec­tos de la crisis sanitaria.

La gente exige del gobierno contener el avance del coronavirus ante el temor de los serios estragos del mal que se generó en China y que ha extendido por todo el mundo y provocado estragos, entre otras zonas en Europa, Estados Unidos y países de Latinoamérica, llevando a la muerte a casi 300 mil personas e infectando a cerca de cuatro millones de personas en más de 150 países.

En República Dominicana, en poco más de dos meses desde que se detectó la pan­demia, el virus ha cobrado la vida de cerca de 400 personas y ha contagiado alrededor de diez mil que han sido confirmado por las pruebas realizadas.

Pero la gente parece estar harta de la cuarentena y aunque muchos entendían en su momento que el recogimiento debió ser total, por 24 horas, un gran porcenta­je de la población cumple el aislamiento en sus casas. Otros, atribuyendo que tienen que ganarse día a día el dinero para satisfa­cer sus necesidades, desafían cada vez más las medidas impuestas por el Gobierno, ba­jo el amparo del Estado de Emergencia -vi­gente hasta el 17 de mayo, cuando cumpli­rá 59 días en ejecución- y que van desde el toque de queda, al cierre de la generalidad de los negocios, industrias y oficinas insti­tucionales así como el transporte colectivo.

En el otro extremo, el Gobierno desplie­ga múltiple acciones en el orden sanitario y económico como contraparte a los efectos de la pandemia.

Más de setecientos mil trabajadores han quedado cesantes con el cierre de las em­presas privadas y el gobierno ha puesto en marcha programas de entrega de alimen­tos, compensaciones salariales y una am­pliación de los programas de asistencia so­cial, pero la gente se lo encuentra poco, la oposición exige ‘más’ y otros lo toman co­mo excusa para justificar salir a las calles y romper las regulaciones establecidas.

Desafío a las medidas De ahí que el alejamiento social se ha re­lajado aunque la generalidad usa las mas­carillas, el toque de queda de 13 horas es violado y en unas siete semanas han si­do arrestados casi 60 mil personas por sa­lir de sus casas en el período de prohibi­ción, entre las cinco de la tarde y las seis de la mañana, mientras muchos negocios ha comenzado a abrir pese a no haber sido le­vantada la prohibición de sus operaciones, dispuesta por decreto presidencial dentro del Estado de Emergencia dispuesto por el Congreso Nacional.

La circulación vehicular aumenta cada día, la gente se aglomera en mercados y su­permercados, empresas y oficinas privadas han reactivado a medias sus operaciones, con menos personal, y muchos negocios abren sus puertas por lo que esta semana la policía tuvo que cerrar por la fuerza esta­blecimientos a los que no se les ha levando la prohibición de operar.

Circe Almánzar, vicepresidenta de la Asociación de Industrias, según publica el medio minuto a minuto, dijo que “creo que esto no aguanta más la semana que viene. Yo creo que el Gobierno ya debe dar un pa­so, una señal de cómo vamos a ir reacti­vando”, pero la representante dela OPS en el país, Alma Morales, advierte que “ni si­quiera al mismo comercio y las industrias le conviene una apertura apresurada, porque las consecuencias negativas serán peores”.

“Es un riesgo innecesario exigir que el país levante las restricciones… no hay que desesperarse, el momento llegará”, dijo el Presidente Danilo Medina el 23 de abril, al informar que la curva del coronavirus en el país no se ha ‘aplanado’.