A la suerte
Polución de Duquesa no acabó alegría a niños de Los Cazabes
El fuego en el vertedero Duquesa ha menguado, pero la humareda continúa arropando toda la zona y, en medio de esa calamidad, los niños corretean hasta que se desvanecen entre la densa cortina de humo que pende sobre la comunidad Los Cazabes.
Ellos caminan descalzos sobre la basura con muñecos sin piernas y carritos sin ruedas que hallaron en ese mar de residuos sólidos, hasta que sus padres les vociferan que ya es hora de que regresen a sus hogares, los cuales se ubican al lado de las grandes montañas de plásticos y vidrios que, hasta hace poco tiempo, ardían e intoxicaban de manera dramática a la población del Gran Santo Domingo.
“Ven para acá muchacho que tú estás desde esta mañana en la calle”, le grita Milone Yulús, quien está sentada en una silla plástica enfrente de su casa.
La mujer cuenta que su niño sufre de asma y ha tenido que llevarlo a un centro de salud debido a la fuerte humareda que sumió durante una semana a la capital dominicana.
“Cuando ese humo estaba en su buena, el niño se me apretó del pecho, tuve mucho miedo porque era muy de noche y no había nadie en la calle. Yo tuve que buscar a un familiar para que me llevara en su motor a un hospital (Unidad de Atención Primaria)”, dice Milone.
Ni ella ni su hijo utilizan mascarillas ni guantes, pues no tienen recursos para comprarlas. De hecho, los alimentos también están escasos, por lo que comen solamente de las fundas que distribuyen en la escuela pública ubicada en Los Cazabes.
“Yo vivo sola con mi niño y otros tres que están dentro de la casa, y pues nos mantenemos con las funditas que ahora están distribuyendo en la escuela porque, imagínese, antes uno por lo menos podía salir a buscar la comida pero ahora con este virus, ni eso uno puede hacer”, asegura Milone.
Justo en ese instante, uno de sus hijos sale correteando del hogar para jugar con una funda de pan que está vacía, la cual tiene pintada el rostro sonriente de un candidato presidencial. Aquel niño inocente se la introduce en la boca, la tira al suelo de arena, vuelve y la recoge y hace de ese insignificante material un mundo de imaginaciones.
Al preguntarle a Milone sobre la procedencia de esa funda de pan vacía, confirma a los periodistas de este medio que estas forman parte de las asistencias que le entregan en las escuelas.
Condiciones precarias La morada de Milone es deprimente, al igual que la de sus vecinos que están en los alrededores del vertedero Duquesa.
Están hechas de madera destartalada y de techos de zinc, y están cercadas con alambres de púas y criaderos de cerdos y vacas. La señal de los teléfonos y celulares es nula, y la señal televisiva es casi inexistente, por lo que ese lugar pareciera estar atrasado en el tiempo.
Vulnerabilidad Las autoridades están trabajando día y noche para aplacar los pocos focos de incendio que todavía quedan. Los tractores están siendo utilizados para sacar la arena, a fin de que sean transportadas en camiones para echarlas en donde aún permanecen las llamas.
No obstante, el lugar que eligieron las autoridades para excavar dejan al pretil las casas de los buhoneros, conductores de camión y de la propia Milone, quien es una ama de casa.
Ella no se queja porque está acostumbrada a vivir en tales condiciones.
“Aquí tenemos par de años en estas circunstancias. No es la primera vez que el vertedero Duquesa, yo lo que tengo miedo de que mi hijo se fuña por el asma”, expresa Milone muy angustiada.
Infierno en la tierra En el vertedero de Duquesa se han reportado al menos seis incendios en los últimos diez años, que han afectado a los sectores aledaños y de los que en algunos casos no se dieron razones concisas sobre sus causas.
El pasado 2 de abril de 2018, se reportó un siniestro que afectó de forma muy negativa a los sectores aledaños, a tal nivel que las clases en algunos centros educativos fueron suspendidas por una semana debido a que tanto alumnos como maestros sufrieron problemas respiratorios.
La noche del domingo 17 de enero de 2016 se originó otro incendio en Duquesa, que al igual que el posterior aquejó a la población residente cerca por el humo. Pero en este caso, el ministro de Medio Ambiente lo atribuyó a la empresa responsable del vertedero en ese entonces, Lajum Corporation, debido a que por su manejo “inadecuado y permisivo” se produjo el incendio.
A principios de octubre de 2015 el Ayuntamiento del Distrito Nacional emitió un comunicado en el que informaba de que el retraso en la recogida de basura en la capital, era producto de un incendio que se había producido en el vertedero de Duquesa.
El lunes 27 de enero de 2014 hubo un incendio el vertedero, el cual fue atribuido a “sabotaje ejecutado por manos criminales”, según el administrador en ese entonces, Rijo Meléndez.
En marzo de 2011 se había producido un incendio en el depósito de basura que servía de transferencia al vertedero de Duquesa, en Santo Domingo Norte y causó problemas de salud a los habitantes de Villa Mella y el Distrito Nacional, por la constante humareda que emanaba del fuego.