KATIA DE LA ROSA
De una barrendera pública, Katia pasó a ser flamante abogada
Pese a la pandemia del coronavirus, Katia de la Rosa se levanta a las 6 de la mañana, para prepararse y llegar temprano a su lugar de trabajo, donde debe estar a las 8:00 para empezar agotar una jornada de cuatro horas.
La irrupción del Covid -19 en República Dominicana cambió su rutina de trabajo, pues ahora solo va interdiario. Antes de iniciar el período de estado de emergencia, el 20 de marzo, laboraba toda la semana, excepto un día que estaba libre, y hasta la una de la tarde.
La pandemia provocó que tuviera que aplazar la concreción de su proyecto de vida profesional: lograr una pasantía en el área de su carrera o un cambio de puesto en la institución, afín con su preparación académica.
Katía tiene 31 años de edad, y desde los 19 años, su oficio ha sido barrer las calles y aceras del Distrito Nacional, como empleada del ayuntamiento, donde lleva 12 años y 3 meses.
Percibe un sueldo de 7,200 pesos, como barrendera, que le fue suficiente para costearse una carrera en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), en la cual se graduó de una licenciatura en derecho, el 28 de octubre de 2019.
Cuando empezaron aplicarse medidas para prevenir la propagación del coronavirus, que incluyó la suspensión laboral en muchas instituciones públicas y privadas, se proponía solicitar una pasantía en la Suprema Corte de Justicia, para adentrarse en el ámbito del derecho.
También tenía en mente solicitar un cambio al departamento legal del cabildo del Distrito Nacional.
“Cuando pasó esto (la cuarentena) estaba buscando otro empleo para salir adelante. Iba a solicitar una pasantía en la Suprema Corte de Justicia”, comentó Katia mientras fijaba su mirada hacia el edificio del Palacio de las Cortes, donde funcionan diversos tribunales y varios departamentos de la Procuraduría General de la República. Después que pase el período de estado de emergencia que decretó el gobierno para frenar la expansión del Covid 19, se propone, además, pedir un traslado al área jurídica del ayuntamiento.
Sin temor al virus De su casa, ubicada en el sector Herrera, a la altura del kilómetro 12 de la avenida Independencia, Kenia sale con ropa normal, pero con su uniforme en las manos, un enterizo largo, color azul, un sombrero y un paño para protegerse del sol, su escoba y fundas. Ahora, en tiempo de coronavirus, carga mascarilla y guantes, para evitar contagiarse con el virus.
Aborda un carro público y se dirige al Centro de los Héroes (La Feria). Su responsabilidad es mantener limpias las calles y aceras en el tramo comprendido entre la avenida Jimenes Moya y Abraham Lincoln, y desde la avenida Independencia hasta la avenida George Washington.
Se desmonta próximo al lugar que le corresponde limpiar, y allí es que se coloca su uniforme encima del vestuario que lleva.
Ella dice que no le tiene miedo al coronavirus mientras trabaja, pero no se descuida con las medidas de prevención. “No tengo temor porque esta área no es tan concurrida”, expuso en una entrevista realizada mientras barría en la intersección de las avenidas Juan de Dios Ventura Simó con Hipólito Herrera, a pocos metros del edificio del Poder Judicial, adonde aspira se le permita hacer una pasantía de derecho.
La mayoría de las instituciones que operan en el área que le corresponde asear están cerradas, por lo que pocas personas transitan. Vive con su madre, dos hermanas, y dos sobrinas, ambas de dos años, por lo que cuando retorna a su hogar, adopta medidas para no afectar a sus parientes.
Se quita las ropas en la puerta y se lava las manos con jabón. De inmediato se dirige al baño, para asearse, y dura alrededor de una hora sin acercarse a sus familiares.
Está ansiosa que pase la cuarentena y que el coronavirus no represente peligro para la salud de los dominicanos. Sobre todo, porque ya tiene ganas de ser abogada, en vez de barrendera.