A la suerte

En La Ciénaga viven como si el Covid-19 no existiera

Las personas no se protegen aunque estén en grupos.

Las personas no se protegen aunque estén en grupos.

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Javier FloresSanto Domingo, RD

Mientras los días pasan sin ningún pronóstico por parte de la autoridades so­bre hasta cuándo persisti­rá la cuarentena, en la ri­bera del río Ozama los niños vuelan chichiguas sin mascarillas ni ningún tipo de protección, den­tro de un terreno baldío, y otros toman una pelota de medias y un palo de esco­ba para imitar a sus juga­dores de beisbol favoritos.

A pocos metros de ese terreno, los adultos, al igual sin protección, se re­únen bajo un árbol a pasar el tiempo y dialogar sobre la situación.

“Nosotros pasamos los días aquí como nos ves: tranquilos conversando y haciendo cuentos para no darle mente a las cosas malas que están pasando, pero ya usted sabe, a las cuatro de la tarde ya estoy en mi casa”, expresó Fran­cisco Contreras, mientras se recostaba en una silla de plástico apoyando los pies en el mismo árbol.

Han pasado 34 días des­de que el presidente Da­nilo Medina declaró el es­tado de emergencia, en virtud de la autorización otorgada por el Congreso Nacional, debido a la pre­sencia del coronavirus (Co­vid-19) en el país.

Desde entonces, luego de la aplicación de las medi­das especiales como el dis­tanciamiento social, la apli­cación del toque de queda, la suspensión de gran par­te del transporte público, la implementación del tra­bajo de manera remota por varias empresas, la suspen­sión de clases en todos nive­les, entre otras, han hecho que la República Domini­cana se vea paralizada aun­que por momentos las per­sonas intentan romper el confinamiento.

No saben si hay casos

La relativa falta de precau­ción y tranquilidad con que viven los moradores de la ri­bera del Ozama, se explica­ría por el desconocimiento de algún caso positivo de coronavirus en la zona.

Mediante opiniones recogi­das por reporteros del LIS­TÍN DIARIO que realizaron un recorrido por varias de las barriadas ubicadas a la orilla del río Ozama, los re­sidentes expresan que las infecciones y las enferme­dades no son “temas nue­vos” para ellos, debido a la alta contaminación donde viven, sin embargo están aún más consternados por las ayudas que todavía no llegan a esos sectores.

“Nosotros no estamos reci­biendo ninguna ayuda por parte del Gobierno ni de lo que da el Plan Social, uno sobrevi­ve con lo poco que a uno le da un vecino y lo que yo me pue­do conseguir. Aquí ni siquie­ra el agua está llegando”, ex­clamó Mabel Alexandra de la Cruz, madre de siete niños, re­sidente en La Ciénaga.

SEPA MÁS Ya no les llevan nada

Lidia Rosario dijo que varias camionetas estu­vieron por la zona en los primeros dos días luego de establecerse el esta­do de emergencia, pero que luego no han vuelto por esos lugares, pese a que son sectores margi­nales donde viven perso­nas pobres.

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