CORONAVIRUS
Un dominicano en París: “Lo más difícil ha sido la imposibilidad de volver a casa para estar con mi familia”
Steven Álvarez es un joven dominicano que se fue a París, Francia, con el propósito de estudiar. Sin embargo, al igual que miles de personas, se encuentra desde hace semanas confinado en un estudio de la capital francesa ante la rápida evolución del coronavirus COVID-19.
Contó que antes de marzo había comprado mascarillas pero solo las usó en pocas ocasiones, porque en las calles parisinas era extraño ver personas portándolas. En ese momento asumió que la situación no era tan grave.
“Sinceramente aquí en París no se notó ningún cambio, o sea todo marchaba normal hasta el día del anuncio del presidente (Emmanuel Macron)… El 17 de marzo hice una compra en el supermercado y llevo días que no salgo de mi studio”, dijo Álvarez.
Relató que antes de que se esparciera el coronavirus, visitó varios lugares desde el 11 hasta el 14 de marzo. Pero ya el 12 de marzo, el presidente Emmanuel Macron dijo que todas las escuelas y universidades cerrarían desde el 16 de marzo hasta nuevo aviso, luego el primer ministro Édouard Philippe prohibió las reuniones de más de 100 personas, sin incluir el transporte público, y ordenó que todos los lugares públicos no esenciales cerraran, o sea restaurantes, cines, museos, entre otros.
“La situación más difícil ha sido durar tantos días en aislamiento, sin socializar con más personas, aparte de eso la imposibilidad de ir a Santo Domingo para estar con mi familia”, manifiesta.
Steven, quien tiene cuatro meses y medio viviendo en la ciudad de la luz, dijo que en este momento no está tomando clases en línea debido a que cuando el presidente francés dijo que las escuelas iban a cerrar decidió pararlas para regresar a República Dominicana, sin embargo luego el Gobierno dominicano cerró las fronteras hacia Europa y posteriormente a todos los países.
Después de que comenzó el aislamiento se percató que tras meses de días nublados y lluviosos, a la llegada de la primavera, está saliendo el sol.
“En los otros cuatro meses que he estado aquí la mayor parte de los días son nublados y si hace sol es por dos o tres horas, pero unos días después que tomaron la decisión comenzaron a haber unos días soleados que hasta me subieron el ánimo… Pero no puedo salir, de que quisiera sí aunque sea a tomar el sol, pero sé que si salgo ya estoy exponiéndome y abriendo la posibilidad de adquirir el virus”, explicó.
Durante los días en los que todos tenían permitido salir sin el peligro de contraer una enfermedad, tuvo la oportunidad de visitar lugares emblemáticos como la Torre Eiffel, Arco del Triunfo, Museo Louvre, Jardín de Luxemburgo y Palacio de Versailles.
“Tenía un viaje planeado hacia Japón y después de pensarlo mucho decidí cancelarlo el 28 de febrero, cuando los países con más casos eran China, Corea del Sur y Japón. Irónicamente, en Japón, la cantidad de casos no ha pasado de 2 mil hasta el día de hoy. Además de ese viaje, ya yo había pagado para participar en varias actividades, las cuales luego se cancelaron”, dijo.
Hasta la tarde del viernes Francia había registrado 64,338 infectados y al menos 6,507 muertos.