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SOBRE REPUDIO SOCIAL

Hija Jorge Blanco: Llegué a cuestionar a mi papá los MM que decía Vincho se había robado

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Martin AdamesSanto Domingo, RD

Dilia Leticia Jorge Mera, hija del ex presidente Salvador Jorge Blanco, hizo una reflexión pública a través de las redes sociales, en la que plantea que el repudio social hacia los funcionarios, mandatarios y sus relacionados, señalados como corruptos no son nuevos, y puso como ejemplo los ataques de los que fueron objetos su padre y su familia cuando este salió de la Presidencia de la República en 1986.

Dilia Jorge, hermana del Orlando Jorge Mera, delegado político del Partido Revolucionario Moderno (PRM) ante la Junta Central Electoral, considera injusto que hasta los hijos de los funcionarios acusados socialmente de corruptos, sean insultados por las cuestiones de sus padres, puesto que estos “no tienen la culpa de lo que hagan sus padres”.

También destaca que pese a los años que duraron esos ataques sociales, al trascurrir el tiempo, todo se aclaró y que “Hoy puedo andar con la cabeza en alto y llevando el honor de mi apellido”.

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Bueno… eso del “repudio social” no es nuevo, lo que pasa es que con las redes se conocen más. Cuando mi papá salió de la presidencia, sometido y acusado de corrupción, de robo, y a mi me hacían la mímica como que estábamos robando, me dio mucha vergüenza.(1). Me recogí y trataba de no andar por muchos lados donde me viera expuesta. Y llegué hasta cuestionar a mi papá de dónde estaban los millones que decía Vincho que "se había robado". (2) Cuando regresamos de Atlanta, mi papá nos dijo: vamos a sufrir mucho, pero el tiempo es nuestro mejor aliado y al final todo se aclarará a su debido tiempo, como sucedió, aunque no dejan de salir voces muy aisladas haciendo señalamientos. (3)

Tuit 4

Entré a la PUCMM todavía con esa idea que tenía la gente de nosotros, de “ladrones:, y recuerdo que comencé a enfrentarme a los que decían cualquier vaina y la gente se callaba luego. (4) Hoy puedo andar con la cabeza en alto y llevando el honor de mi apellido y la tranquilidad de que el nombre mi papá y mi familia está limpio. Y eso no tiene precio. (5) Me tomó tiempo sanar todas esas heridas. Sólo pienso en los hij@s de esos funcionarios. Y si bien, no tienen la culpa de lo que hagan sus padres, lamentablemente cargamos con ese peso. (y 6).