MONSEÑOR

Francisco Ozoria llama a los cristianos católicos a participar en política y ser luz

Monseñor Francisco Ozoria, arzobispo metropolitano de Santo Domingo, participó en el primer encuentro Testigos del Resucitado, celebrado por la Hermandad de Emaus Hombres, con la presencia de más de 1,500 hombres y decenas de sacerdotes.

En la homilía, monseñor llamó a los cristianos católicos a participar en política y a ser luz, ya que de lo contrario “los malos políticos y los corruptos seguirán guiando los destinos del país”.

Recordó que ese es un mandato del papa Francisco y de la última carta pastoral de la Conferencia del Episcopado Dominicano.

De igual forma la Hermandad de Emaus Hombres de la Arquidiócesis de Santo Domingo, reflexionó sobre la situación actual del país, y señaló que el proceso electoral es uno de los más significativos que vive el país, por lo que llamó a hacer un voto de conciencia, que contribuya a combatir y a poner fin a la inseguridad ciudadana, a la corrupción, a la impunidad, a los feminicidios y abusos.

“Exhortamos a no poner precio a la conciencia: el que compra cédulas no merece el voto, y el que vende su voto está condenado a la miseria material y espiritual junto con el que lo compra, porque ambos son pecadores, y el que vende su conciencia camina contrario Dios”, enfatizó.

La Hermandad de Emaús Hombres también exhortó a “asumir con responsabilidad, ante Dios, y ante nuestros congéneres, en razón de nuestra Casa Común: el planeta que llamamos Tierra. Éste grita por todo el daño que le estamos haciendo, un daño que para nuestra Iglesia ya es el pecado del Ecocidio”.

Rechazó todo intento público o privado de desestabilizar o desacreditar el concepto de familia, ya que ésta es la base de la felicidad humana, la sociedad y su cohesión, el estado del bienestar y la prosperidad económica.

En ese sentido reclamó del pueblo dominicano y de las autoridades la puesta en práctica de valores, virtudes morales y de justicia en lo concerniente al respeto a la vida desde su concepción; el orden de Género instituido por el Creador, y la familia como principio social, debidamente sacramentada.