DONDE HAY VIOLENCIA NO HAY NAVIDAD
Monseñor Castro critica corrupción y deplora consumismo en Navidad
En su homilía de Navidad, el Obispo Auxiliar de Santo Domingo, Monseñor Jesús Castro, deploró que esta Navidad esté caracterizada por el consumismo, la corrupción, la discriminación, la violencia doméstica, la pobreza y la miseria, que a su juicio, han reinado en República Dominicana, según expresó en su homilía de este 25 de diciembre.
“Donde hay violencia no hay Navidad, porque la violencia siempre engendra desorden social, círculos de muerte y destrucción. Los dominicanos no debemos dejarnos seducir por el desorden. Sigamos apostando por el Amor y el civismo”, aconsejó el religioso.
También entiende que los dominicanos debemos mirar al otro como un hermano y no como un adversario, principalmente en este momento de elecciones en la Republica Dominicana.
Al hablar sobre cómo ve la República Dominicana, el religioso criticó que las Mujeres sean violentadas y maltratadas, por hombre sin corazón, que tantos profesionales estén sin trabajo, que los ancianos no tengan acceso a la salud porque el seguro no le cubre sus necesidades fundamentales, y el “marcado aumento de la pobreza”.
Terminó su reflexión, exhortando al pueblo sobre las elecciones municipales en febrero, para que el derecho al voto sea un compromiso social, y que debe ir acompañado de un contenido ético.
“La conciencia es fundamental, ya que debemos decidir el futuro de la Republica Dominicana a nivel municipal, y cada ciudadano lo debe realizar comprometido con el país. Por tal razón, el voto debe ser escrupulosamente pensado y analizado para elegir la mejor opción”, añadió.
Discurso integro:
Resumen de la Homilía del 25 de diciembre
Mons. Jesús Castro Marte
La Navidad es una época de luz. La luz del Nacimiento del Niño Jesús, no lesiona a los ojos, no es impersonal, es una luz que penetra con dulzura y ternura en los corazones y nos trae la paz.
Jesús ha nacido... Verdaderamente ha nacido. Su Nacimiento es nuestra esperanza y el mayor testimonio de su Amor. Vivamos en la esperanza y la caridad. No perdamos ninguno de estos dones. Un Dios que sale, que se pone en camino, va al encuentro de la humanidad.
El pueblo que caminaba en tinieblas vio una gran luz; sobre los que vivían en tierra de sombras, una luz resplandeció” (Is 9,1). Son las palabras que en el ambiente de recogimiento y alegría escuchamos en la noche de Navidad.
Donde hay violencia no hay Navidad, porque la violencia siempre engendra desorden social, círculos de muerte y destrucción. Los dominicanos no debemos dejarnos seducir por el desorden. Sigamos apostando por el Amor y el civismo.
¿Qué caracteriza la navidad actual?
El Consumismo, la corrupción, la discriminación, la violencia doméstica, la pobreza y la miseria, estas han reinado en Republica Dominicana, aceptar este flagelo es apoyar la cultura de la muerte, y rechazar estas situaciones es vivir el misterio de la Navidad. Que unidos a este Niño “que nos ha nacido”, construyamos todos juntos el Reino de Dios. La falta de paz en los corazones entre los pueblos, mirar al otro como un hermano y no como un adversario, principalmente en este momento de elecciones en la Republica Dominicana. En la Republica Dominicana se contempla una cultura del descarte, no solo en el ansia de consumir tantas cosas que son pasajeras, sino en las personas que se convierten en seres descartables, desde el niño sin nacer, los ancianos, los drogadictos, los desempleados sin esperanza, sufren esa dolorosa realidad de sentirse desechado.
Como veo el Pesebre del Niño desde República Dominicana.
El pesebre de los niños que trabajan en las calles sin educación formal.
Las Mujeres violentadas y maltratadas, por hombre sin corazón.
El pesebre de tantos profesionales sin trabajo que no podrán ganar su pan de para tener el sustento de su familia.
Pesebre desolado del anciano que no tiene acceso a la salud, porque el seguro no le cubre sus necesidades fundamentales.
Una sociedad excluyente, pero al contemplar el pesebre no se evidencia la exclusión de nadie, todo el mundo tiene su sitio, todo el mundo se engloba: los marginados, los pobres, los inmigrantes, los ancianos, y los privados de libertad.
Un marcado aumento de la pobreza, el desaliento todo tipo de violencia, no solo en las calles, sino también en las familias, donde todavía no hemos entendido la profundidad del Pesebre de Navidad.
Reflexión final.
Quiero terminar esta reflexión, exhortando al pueblo Dominicano, sobre las elecciones municipales en febrero, para que el derecho al voto sea un compromiso social, el cual debe ir acompañado de un contenido ético. La realidad de la conciencia es fundamental, ya que debemos decidir el futuro de la Republica Dominicana a nivel municipal, y cada ciudadano lo debe realizar comprometido con el país. Por tal razón, el voto debe ser escrupulosamente pensado y analizado para elegir la mejor opción. La Cultura de la trapa electoral y la compra de conciencia debe ser una situación superada, donde solo este presente la voluntad del pueblo. ¡Pueblo Dominicano!, salgamos fortalecido de este primer momento de elecciones nacionales, porque si fracasamos el futuro democrático puede caer en una inestabilidad social. Le hago un llamado a la Junta Central Electoral para que busque todos los mecanismos tanto tecnológico como humano para que prime la transparencia y se evite todo tipo de cuestionamiento al proceso que se avecina.