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La vida de los centenarios

Longevo de 103 años: “El hombre solo debe tener una mujer”

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Wanda MéndezSanto Domingo, RD

Néstor Guzmán Peña, de 103 años, ha puesto en práctica una filosofía de vida, a la que atribuye en parte su longevidad: serle fiel a su pareja y darle mucho amor.

“Un hombre solo necesita tener una mujer, y una mujer tiene con un solo hombre”, aseguró don Chepe, como se le apoda.

Piensa que después que un hombre se casa no tiene que buscar más mujeres, porque eso solo sirve para dañar a la familia y llevar enfermedades a la mujer.

“Yo lo he practicado, no tuve otra mujer, y mire donde estoy, no me pegaron el Sida, ni una enfermedad de esas contagiosas”, señaló.

Tuvo 13 hijos con María Viloria Acosta (Lala), y solo la muerte lo separó de ella hace 23 años, después de 65 de matrimonio.

Desde niño siempre pensó en tener muchos niños, “porque Dios dijo: Creced y multiplicaos”.

Solían andar siempre juntos, agarrados de la mano, por lo que en el pueblo los ponían como ejemplo cuando otra pareja hacía lo mismo que ellos, comentando “miren a Chepe y a Lala”.

“Yo la quise mucho, y le di mucho amor”, subrayó.

Deplora que ahora los hombres estén matando a las mujeres. “Esos hombres necesitan que les hagan como a los barracos, que los capen”, consideró.

La clave de su longevidad se resume en fidelidad a su mujer, criarse con suficiente comida, trabajar mucho, ser obediente y no tener vicios de alcohol.

“Yo me fajé, trabajé mucho, y mire, estoy aquí”, refiere.

Solo lamenta que ve poco, y que por ello necesita caminar sujetado a un andador, y que además casi no oye.

Ha ido rebasando algunas enfermedades, tiene puesto un marcapasos por problemas cardíacos.

Dos hijas se turnan para cuidarlo. Es alegre y jocoso. Le gusta cantar, y lo demostró entonando dos canciones, que aprendió hace 80 años.

Le gustaba bailar y tocar la guitarra. Tuvo un combo con el que amenizaba fiestas, gratis. “Solo nos ganábamos la comida que nos daban”, expresó.

Sostuvo que dejó de bailar, pero no quiso explicar las razones. “Dejémoslo ahí”, expresó cuando le pregunté el porqué. Aunque confesó: “Yo era muy enamorado”. Sin embargo, expresó que solo tuvo dos novias.

Narró que dejó el alcohol y que luego solo se tomaba un trago de vino.

Lo que sí hacía era fumar y lo hizo por casi 50 años, pero contó que abandonó ese vicio desde que comenzó a toser, porque pensó que se podía enfermar.

Sus comidas favoritas las denomina como las más tontas: “un chambre, un asopao, plátano con carnes y guineo maduro”.

Aspira a cumplir 115 años. Y cree que lo logrará porque dice sentirse bien y con fuerzas.

“Nosotros nos criamos bien, había de todo mucho”, puntualizó. Contó que cuando se estaba terminando la carne, su mamá decía “aquí solo hay carne hasta mañana” y de inmediato se amarraba un puerco para matarlo y secarlo. “La comida era barata, era da”, precisó.

Apuntó que los hombres tenían mucho trabajo, y se ganaban “los cheles echando días”. Su padre tenía mucha tierra y sembraba para vender y consumir en el hogar. “En casa había de todo, había platanales a la vera del río, arroz, carne”, enfatizó.

Chepe habla de su vida con lucidez y precisión, aunque por momentos hace pausas y refiere que “a veces se me van las cosas de la mente”.

Resaltó que fue criado con respeto y obediencia, pero observa que ahora los niños no respetan como antes. “Ahora no se respeta nada”, sostiene, a la vez de considerar que el rol de padre de familia no termina nunca.

“Fajao”, expresó que crió a sus hijos. “Yo era agricultor, era barbero y comerciante”, precisó.

Sembraba todo tipo de productos. “Tenía la piel que parecía que estaba pintada por el sol, porque se me puso más oscura de tanto que trabajaba”, explicó.

Es un hombre cristiano. Se casó por la iglesia católica.

“Esto (el crucifijo) no me lo quito nunca”, señaló. Dice que su corazón ama a todo el mundo.

SEPA MÁS Tiene una larga familia

Su origen. Nació el 11 de enero de 1916, en el sector La Pocilga, La Vega. Hijo de Félix María Guzmán, agricultor y ganadero, y Amelia Peña, comadrona.

Descendencia Tuvo 13 hijos con María Ramona Viloria Acosta. (dos fallecieron estando pequeños y otros dos ya adultos). Tiene 49 nietos, 133 biznietos y 4 2tataranietos. Dos hijas se turnan para ocuparse de su cuidado.

Su origen. Resaltó que fue criado con respeto y obediencia, pero observa que ahora los niños no respetan como antes. “Ahora no se respeta nada”, sostiene, a la vez considera que el rol de padre no termina nunca.

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