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COBERTURA ESPECIAL

Gobierno México empieza a oír el clamor de los periodistas

Misión de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) en Ciudad de México y Veracruz

Periodistas caídos. Momento de la ofrenda floral por el respeto a la libertad de prensa. Figuran en la delegación de la SIP, su presidenta María Elvira Domínguez, Ricardo Trotti;

Periodistas caídos. Momento de la ofrenda floral por el respeto a la libertad de prensa. Figuran en la delegación de la SIP, su presidenta María Elvira Domínguez, Ricardo Trotti;

Todo parecía contradictorio durante el trayecto para llegar a esta dinámica ciudad, tan desarrollada como muchos lugares de Estados Unidos y con un avance industrial y turístico formidable.

Era difícil entender cómo en un lugar tan hermoso y aparentemente apacible nos podían estar esperando con el “fusil del poder” en las manos para acallar la voz del reclamo por el cese de los crímenes, según se nos había alertado.

Los delegados de la misión de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) apenas fuimos con lápiz y papel, grabadora y teléfono para registrar esa visita histórica, con la que se pretendía ayudar a nuestros hermanos mexicanos a contar menos muertos cada año.

El drama en cifras

En el 2018, por ejemplo, 33,000 personas fueron asesinadas en distintos hechos delictivos y criminales, y los periodistas no quedaron fuera de esta lista. Al menos nueve casos conocidos de homicidios contra reporteros fueron registrados oficialmente.

Pero la cantidad de desaparecidos es inmensa. En términos generales se cuenta que 22,000 mexicanos no aparecen ni vivos ni muertos. Y en el caso especial de los trabajadores de la prensa, además de los muertos y desaparecidos, se reportaron 277 agresiones.

La cifra parece irrelevante para los tantos problemas de “violencia doméstica y organizada” que vive ese país norteamericano, pero no lo es. Cada 17,4 horas un periodista es agredido en México y 42.16% de esas agresiones proviene de los organismos del Estado, según el informe recogido por la Organización No Gubernamental (ONG) (Artículo 19).

Las agresiones van desde amenazas de muerte, actos de intimidación, hostigamiento de género (entiéndase a la mujer a la cual tratan de callar con ofertas de amor y dinero), y chantaje.

¿Cómo enfrentar, entonces, a las autoridades del Gobierno, si la mayoría de los casos de violaciones a los derechos humanos sobre libre tránsito y de expresión y difusión del pensamiento, provenían de ese sector?

Estos eran los datos que manejaba la Misión de la SIP al momento de pisar la tierra del chile picante. ¡Muy picante realmente! Pero sosteniendo firme, en todo momento, el “arma de reglamento de los periodistas: La verdad”.

Así se produjeron los encuentros entre la Comisión que investiga los hechos de violencia contra el ejercicio periodístico en México y las autoridades que, de acuerdo con las denuncias de los afectados, despreciaban la labor de la prensa.

La visita era un acto de solidaridad bajo el entendido de que “la unión hace la fuerza” y si todos los periodistas se unen para clamar justicia y respeto por el ejercicio de la profesión, se podían conseguir mejores resultados.

Pues para sorpresa de la delegación de la SIP, en contra de los atropellos a los periodistas de ese país que ha conquistado al mundo con su música, con su comida, sus montañas y sus peculiares trajes y charamicos, las autoridades de México dieron la cara y respondieron a las interrogantes.

Resultados de la misión

El Gobierno Central, a través de la Ministra de Gobernación Olga Sánchez, reconoció la grave situación de pánico generalizado por las muertes desmedidas de ciudadanos y confesó que no habían podido controlar la situación.

El Fiscal General, Alejandro Gertz, permitió a la Comisión de la SIP expresarse libremente y afirmar que había mucha impunidad en pleno Palacete Judicial. Su respuesta fue pedirles que formaran parte de las investigaciones en calidad de coadyuvantes, para lo cual se les suministrarían todas las informaciones del proceso.

En tanto que el gobernador de Veracruz, Estado con mayor número de periodistas caídos, Cuitláhuac García Jiménez, tras mostrarse muy preocupado por la situación, invitó a una alianza entre autoridades y la SIP para detener los crímenes.

Mientras que el senador Emilio Álvarez, la subsecretaria de Derechos Humanos de la Cancillería, Marta Delgado, y el director de Información y prensa de la Presidencia, Jesús Cantú, prometieron que desde sus curules avanzarán las gestiones por el respeto a la democracia del periodismo.