LA EPIDEMIA DEL SUICIDIO
Fundación ofrece hasta consultas virtuales por la elevada demanda de potenciales suicidas
Consultas virtuales son ofrecidas por la Fundación Alam Cabrera, debido a la alta demanda de personas con ideas suicidas, al igual que familiares desesperados por tentativas, quienes inundan también con mensajes angustiantes las redes sociales de la entidad enfocada en prevenir esa problemática en el país.
La presidenta de la fundación, Luz Bethania Antigua, cuenta a LISTÍN DIARIO que frecuentemente se mantiene activa en las redes sociales de la institución y en las personales hasta altas horas de la noche y de la madrugada, insuflando aliento a personas agobiadas por la depresión y estresores de la vida.
“Ya cuando me voy a acostar comienzo a chequear las redes de la fundación y las mías también, y en Instagram recibo mensajes de personas y madres desesperadas pidiéndome ayuda porque sus hijos intentaron suicidarse”, refiere la dama, quien creó la fundación que preside a raíz del suicidio de su hijo Alam Cabrera, el 30 de marzo de 2011.
Entre 10 y 15 personas acuden a consultas cada semana, de 8:00 de la mañana a 6:00 de la tarde, en la sede de la institución ubicada en el sector El Millón de la capital, donde reciben el apoyo de cinco sicólogos y una pasante que también apelan a la tecnología para garantizar la asistencia a quienes claman por apoyo desde el interior del país y ciudades del exterior.
Eso incluye el trabajo de seguimiento al paciente que puede extenderse por varios meses y hasta años dependiendo de la gravedad del caso y las recaídas que se dan en el proceso.
Paradójicamente, precisa Antiagua, desde diferentes instituciones públicas envían personas a la fundación para recibir asistencia, pero el apoyo estatal es casi nulo, con excepción del Ministerio de Salud Pública.
La fundación Alam Cabrera incluso ya tiene elaborado un proyecto hasta el 2025 con planes y programas bien definidos en materia de prevención del suicidio, pero también la falta de recursos ha trabado su ejecución.
Antigua sueña con una meta que por falta de recursos aun la entidad no logra implementar: Una línea telefónica 24-7 (que funcione las 24 horas del día y los siete días de la semana), para lo que pide el respaldo de la embajadora de Estados Unidos en el país, Robin Bernstein.
Se define como una persona de voluntad férrea, ya que día tras día percibe en decenas de personas lo que vivió en carne propia con el suicidio de su hijo y la depresión que padeció por la incapacidad para aceptarlo al principio, lo que incluyó terapia electroconvulsiva, usada en psiquiatría para tratar algunos tipos de trastornos o enfermedades mentales graves.
Altagracia Lapaix, sicóloga de la fundación, y Teófila Rosario, colaboradora, consideran preocupante el número de niños y adolescentes que reciben asistencia en la institución debido a depresión por conflictos familiares, maltratos, acoso escolar y trastornos de la personalidad, pero especialmente por abusos de sexuales cometidos por familiares cercanos.
Puerto Rico, con un promedio de suicidios más bajo que República Dominicana, ha asumido esa problemática como una epidemia y allí existe desde el 12 de agosto de 1999 la Ley 227 para la “Implantación de la Política Pública en Prevención de Suicidio”.
En virtud de la ley se creó una comisión integrada por 17 miembros, incluyendo a la Secretaría de Salud como su Presidenta. Además, son parte de la misma el Administrador de Servicios de Salud Mental y Contra la Adicción (ASSMCA), el Director Ejecutivo de la Administración de Seguros de Salud (ASES), los Secretarios de los Departamentos de Recreación y Deportes, Vivienda, Familia, Educación, Justicia, Corrección, Trabajo y Recursos Humanos y el Superintendente de la Policía de Puerto Rico.
También la componen el Presidente de la Asociación de Alcaldes y el Presidente de la Federación de Alcaldes, dos representantes de organizaciones sin fines de lucro, un representante del sector académico y un representante de la clientela familiar.
Luz Bethania Antigua Los miembros que representan al sector privado son nombrados por el Gobernador de Puerto Rico y ocupan sus cargos por el término de tres años consecutivos o hasta que sus sucesores sean nombrados y tomen posesión.
Puerto Rico adoptó esa decisión pese a que desde el 2000 al 2016 se reportaron 5,187 muertes por suicidio en la isla, para un promedio anual de 305, por debajo del promedio de 575 que se registran en República Dominicana.
En la isla también se realiza una Conferencia Nacional de Suicidiología, en la que se definen metas para garantizar la efectividad de los programas de prevención.
Puerto Rico ha logrado involucrar a otros sectores sociales en la búsqueda de soluciones y una muestra es que el recinto Mayagüez de la Universidad de Puerto Rico creó incluso un Departamento de Orientación y Servicios Médicos, así como una Oficina de Calidad de Vida, con psicólogos y consejeros que trabajan con los problemas del diario vivir de los estudiantes que podrían estar bajo riesgo de incurrir en el suicido.
También se implementa el Programa de Servicios Integrales de Salud al Adolescente bajo el lema “Abracemos la vida”, un modelo para definir los asuntos que pueden contribuir al comportamiento suicida, como la depresión y la ansiedad.
En la “Isla del Encanto” ya aplican además con éxito la terapia EMRD (Eye Movement Desensitization and Reprocessing”, una técnica que se basa en los movimientos oculares y la estimulación táctil y auditiva del paciente para disipar problemas emocionales derivados de experiencias traumáticas.