LOS ALCARRIZOS
Los damnificados de David cumplen 40 años y solo tienen el deseo de ser socorridos
“El contraste es total, la situación es imposible, las condiciones de vida son infrahumanas, pero la esperanza de algún día dejar de ser damnificados del huracán David se mantiene”, exclama Tony, residente de Los Barrancones de Canta la Rana, en el municipio de Los Alcarrizos.
Viernes 31 de agosto de 1979, el país fue azotado por los vientos y el agua del huracán David. Con ello, miles de personas quedaron a la deriva, con sus viviendas derribadas, así como sus sueños y los de su familia.
En plena oscuridad, mojados y sin rumbo ante la pérdida total de sus viviendas, cientos de familias que sobrevivían a duras penas en Los Barracones de Canta la Rana, en el municipio Los Alcarrizos, se aferraron al único atisbo de esperanza que apareció, la promesa del gobierno de construirles viviendas.
Sábado 31 de agosto de 2019, 40 años después, la promesa de un techo digno que permita a los damnificados del huracán David perder ese mote por el cual se les identifica, no se ha cumplido, al tiempo, que la esperanza con el pasar de los gobiernos es cada vez menor.
En la mente de Tony, 64 años, habitante de uno de los barrancones que se suponía eran un refugio temporal para las personas del sector que perdieron sus viviendas ante David, aún retumban las palabras de los diferentes políticos que han prometido sacar a la gente de esas condiciones de vida, las cuales califica de “infrahumanas”.
“Gobierno tras gobierno, todos han prometido sacar a la gente de estos barrancones. Las personas que han logrado salir de aquí o rehacer su casa es por esfuerzo propio o, en el caso de aquellos que estuvieron ligados a los gobierno de turno, poder haber por haber sido beneficiados con unos departamentos que construyeron por aquí”, explica Tony, mientras sirve de guía por todo el sector para periodistas de Listín Diario.
De acuerdo a lo comentado, y conjunto con otras voces del sector que se acercaron para opinar, los departamentos fueron entregados entre el año 2004 y 2005, cuando presidía Leonel Fernández, sin embargo, coinciden en que solo algunos damnificados fueron beneficiados.
Los Barrancones
A medida que se va adentrando entre los barracones, las condiciones de vida y las estructuras en las cuales las personas viven cotidianamente se muestran hostiles, entre basura por doquier, desechos humanos y diversos residuos que provocan en la zona un olor y apariencia nauseabunda.
A la par, las estructuras levantadas hace poco menos de 40 años, los denominados “barrancones” que suponen iban a ser viviendas temporales para las personas del sector, resultaron ser definitivas, según explica Tony. Estas se mantienen de pie con deterioradas paredes de madera, reforzadas algunas con materiales de mayor dureza, mientras que los techos de zinc coinciden en todas las moradas.
Ante la mirada de los habitantes de la zona y mientras se recorrían los alrededores, las personas se acercaban y contaban sus historias, sus descargos personales, las situaciones que les ha tocado vivir, todo esto con la esperanza de ser escuchados, de que algún día alguien se acuerde ellos.
Las historias múltiples contadas coinciden en ciertos aspectos, del que se destaca lo difícil que es el día a día allí, pero sobre todo la falta de oportunidades y de respaldo hacia los habitantes y damnificados que han procreado toda una generación familiar en las condiciones señaladas.
“La gente hace lo que puede, uno tiene que arreglárselas. Ves como personas que vivieron aquí hace más de 40 años han tenido hijos, nietos y bisnietos, teniendo estos que adaptarse a la vida aquí y a las condiciones sociales del ser no solo damnificados, sino, marginados”, lamenta Tony.
Con muestras notorias de impotencia y molestia al ser cuestionado sobre lo hecho por los gobiernos en la zona, Tony recuerda: “La promesa que hace 40 años hizo el gobierno sobre que nos iban a dar casas o lugares dignos donde vivir se renueva cada vez que hay campaña, pero la gente conoce la verdad y sabe cuál es su realidad”.