NARCOTRÁFICO
Tensión entre capos: César “El Abusador” no le quería pagar a Toño Leña US$180,000
Un agrio conflicto por una deuda de US$180,000 entre César Peralta “El Abusador” y Antonio del Rosario Puente “Toño Leña”, por la venta de unos kilos de cocaína, es uno de los trasfondos de la red de narcóticos desmantelada por las autoridades dominicanas y estadounidenses la semana pasada.
La deuda por la droga comenzó así: César Peralta le pagó US$200,000 por adelantado a Toño Leña para que le suministrara 50 kilogramos de cocaína. El acuerdo al que arribaron era que cada kilo de droga se lo vendían a US$7,600.
La suma total a pagar era US$380,000, por lo que César “El Abusador” quedó debiéndole a Toño Leña la suma de 180,000 dólares.
Estamos hablando del mes de mayo de 2017, según consta en los documentos del Distrito Sur, de la Florida, donde se le realiza la acusación por narcotráfico a José Jesús Tapia Pérez.
Uno de los primeros conflictos entre ambos es que empezaron a tener diferencias sobre a cuánto habían acordado el precio por kilogramo. La discusión era que Peralta decía se la habían puesto a 7,500 y Toño Leña a 7,600 por kilo.
En medio de todo ese lio está José Jesús Tapia Pérez, quien fungía como intermediario entre ambos. Toño Leña le preguntó varias veces a Tapia que cuando iba a pagar “El Cabezón”, refiriéndose a César Peralta.
Tapia le dijo que le escribiría a “Cabezón”, César Peralta, y averiguaría cuándo iba a pagar.
Tapia fue considerado responsable por Del Rosario Puente de ayudarle a cobrar la deuda de Peralta, incluso cuando hicieron otro trato. Toño Leña le dijo a Tapia que necesitaba el dinero para pagarle a “ellos”, refiriéndose a la fuente de suministro de Toño Leña.
El hijo de Toño Leña, Jefrey Del Rosario Gautier, se comunicó con Tapia y le pidió que se comunicara con “El Abusador” pero Tapia le contestó que había tratado varias veces de localizarlo pero no había podido hacerlo.
Las intervenciones telefónicas mostraron que ciertamente Tapia le escribía a Peralta y que este no contestaba.
Ante la imposibilidad de localizarlo, Tapia le dio el número de contacto de César Peralta para que pudiera comunicarse directamente.
El 25 de mayo de 2017, o alrededor de esa fecha, Toño Leña y César Peralta establecieron comunicación por BB Messenger. Ahí Toño Leña le dijo a Peralta que si pagaba la deuda, podría obtener otros 100 kilogramos. El 26 o 27 de mayo, Toño Leña le dijo a Tapia que Peralta iba a pagar ese día pero más tarde le volvió a decir que estaba con los dueños de la cocaína y que “El Abusador” no contestaba.
“Y que iba a irse contra Peralta agresivamente para que pagara el dinero”, señala la acusación, evidenciando el clima de hostilidad entre ambos.
Toño Leña le dijo a Tapia que tenía más cocaína pero que tendría que dársela a alguien más porque Peralta no le había pagado.
Entonces el 29 de mayo de 2017, Tapia le dijo a Toño Leña que Peralta le pagaría al día siguiente para poder obtener los 100 kilos de cocaína.
El 28 de mayo de 2017, el hijo de Toño Leña, Jefrey, y Jesús Báez Melo, fueron interceptados con 20 kilogramos de cocaína destinado a los Estados Unidos.
Después, las autoridades interceptaron una llamada de Toño Leña y su hijo hablando del arresto de Báez Melo.
Toño Leña culpó a El Abusador por la incautación de la droga y lo acusó de “tenderles una trampa para que se cancelara la deuda que tenía”.
Hasta junio de 2017 siguieron las conversaciones entre Toño Leña y Tapia para el cobro de la deuda.
Fue en este contexto que se produjo hubo una reunión entre Toño Leña, Kelvin Fernández Flaquer y César “El Abusador” para tratar el tema de la deuda pendiente.
César Peralta “El Abusador” propuso que olvidaran la deuda “para evitar la violencia” pero Toño se negó a cancelar la deuda de 180,000 dólares. “Se desconoce si esta deuda quedó saldada alguna vez”, dice la acusación.
Ahora Peralta y Toño Leña fueron incluidos bajo la Ley Kinpin, de los Estados Unidos, que les nombra como narcotraficantes poderosos.
Peralta se encuentra prófugo de la justicia dominicana luego de más de 50 allanamientos realizados en Santo Domingo, Santiago y La Romana. También ha sido pedido en extradición por los Estados Unidos, que lo señalan como cabeza de una red de narcóticos importante que transportaba drogas desde Colombia a Estados Unidos, y que tenía a República Dominicana como centro de operaciones.