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Joven asesinada al salir de su lugar de trabajo era madre de una niña y quería estudiar contabilidad

Fotografía de Rocío Arias

Fotografía de Rocío Arias

Una familia desgarrada por el dolor y una comunidad indignada es la situación que ha quedado con la violación y asesinato de la joven Rocío Arias, de 21 años, crimen ocurrido el pasado miércoles 21 de agosto.

Rocío era soltera y madre de una niña de seis años, pero aun así sus sueños eran de progreso, de prepararse y hacerse profesional. Quería estudiar contabilidad en la universidad, así lo narra su madre Doris Cuevas.

Dos días antes de su asesinato había comenzado a trabajar en una banca de lotería donde vendía números para cubrir los gastos de ella, de su bebé y ayudar a su madre con la casa.

La noche del miércoles 21 terminó su trabajo, como el día anterior, a las 9:00 de la noche. Cerró la banca, ubicada en la entrada del Cruce del Cruce de Ocoa, para dirigirse a su casa, en el sitio conocido como “La Güinza", al encuentro con su niña, su madre y sus otras dos hermanas, una 16 y otra de 17, pero no llegó a su destino.

Unos desconocidos la raptaron esa noche, la introdujeron a unos matorrales a orillas de la “carretera nueva”, próximo al sitio conocido como “El Manguito”, la violaron y la estrangularon.

Este crimen, que arrebata la vida a una jovencita de 21 años, se llevó con ella sus sueños de ir a la universidad. Este año escolar recién finalizado ella terminó su bachillerato en el plan Prepara dominical y “sus planes eran inscribirse en la universidad para preparase profesionalmente”, asegura su madre.

“Me la asesinaron, me la mataron, una niña tan buena, tan cariñosa, que no se metía con nadie”, expresa desgarrada por el dolo su madre, Doris.

El padre de Rocío vive “en el extranjero”, cuenta Doris.

“Tuvo que salir del país en busca de progreso económico y ahora ha tenido que sufrir esta desgracia estando fuera, porque no puede venir”, se queja esta triste madre.

Doris pide a las autoridades que no descansen hasta dar con los culpables del asesinato de su querida hija.

Comentó que el área donde fue raptada, violada y asesinada su hija es una zona oscura, solitaria, sin luminarias, por lo que pide a las autoridades que le pongan atención a este lugar.

“Esto es un matadero, no quiero que haya aquí más víctimas, que mi hija sea la última”, reclamó Doris con palabras llenas de impotencia.

Sobre el caso han sido detenidas por las autoridades policiales varias personas, entre estas Rafael Batista (Chimbala), quien es señalado como el principal sospechoso.

Para detenerlo los agentes policiales tuvieron que hacerle un disparo que lo hirió en la pierna derecha, posteriormente fue ingresado en el hospital Nuestra Señora de Regla.

Las indagatorias del caso las dirige personalmente el director Regional Sur Central de la Policía en esta ciudad, general Eduardo Then, junto a fiscales del Ministerio Publico de aquí.