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Entrevista. Agustín Laje

Laje: Los defensores de ideología género en RD trataron de aniquilarme

Agustín Laje promociona su obra: “El libro negro de la nueva izquierda”, la cual trata
del origen y consecuencia de la llamada “ideología de género”. EFE / AFP

Agustín Laje promociona su obra: “El libro negro de la nueva izquierda”, la cual trata del origen y consecuencia de la llamada “ideología de género”. EFE / AFP

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Dalton HerreraSanto Domingo, RD

El paso de Agustín Laje por República Dominicana removió a la opinión pública. Las que estaban pautadas como entrevistas tradicionales se convirtieron en debates entre entrevistadores y entrevistado que todavía siguen generando controversia en redes sociales.

Laje nació en Córdoba, Argentina, en 1989. Es politólogo, conferencista y uno de los actores más polémicos en el debate de la ideología o política de género. Su agenda para lo que queda de año está llena y por eso esta entrevista debe hacerse por correo electrónico, aunque no por ello pierde las esencias de lo que vimos en Santo Domingo a finales de junio.

“Veo que los LGTB están pidiendo privilegios y no derechos”, dice en una parte de la conversación. “Los argumentos se refutan con argumentos, no con lloriqueos y sentimentalismos”. “Los que me acusan de ‘discurso de odio’ bajan así al nivel de los sentimientos para criticar aquello que no pueden refutar desde la razón”.

“Mi agenda está llena en lo que queda del año, pero volveré en 2020”.

Esta fue nuestra conversación completa.

¿Qué es la ideología de género y en qué se diferencia de la política de género? ¿Es capaz de institucionalizarse en un país como República Dominicana?

La ideología de género son ideas anticientíficas que, con fines políticos autoritarios, desarraiga de la sexualidad humana su naturaleza y tiende a explicarla exclusivamente a partir de la cultura. Así, nuestra realidad sexual, como hombres o mujeres, sería una mera construcción social, anulando nuestras determinaciones naturales. Luego, si somos meras “construcciones” de la sociedad, podemos ser “desconstruidos” para así ser voluntariamente, tanto individual como colectivamente, lo que queremos ser.

La “política de género” es la institucionalización en el Estado de la ideología de género a partir de programas específicos. Decir que “ideología de género” y “política de género” son cosas sustancialmente distintas es un error grueso y un engaño.

El avance de la ideología de género es global. No veo por qué en República Dominicana esto no podría institucionalizarse. De hecho, ya ha habido varios intentos, que han sido resistidos por el pueblo.

¿Por qué el movimiento feminista ha tomado tanta fuerza a nivel mundial en los últimos años?

Porque se le ha financiado con incalculables sumas de dinero, se le ha impulsado desde los años 90 hasta hoy desde las estructuras del poder político internacional (ONU) y se le ha promocionado a través del establishment comunicacional. Las feministas no son mayoría en ninguno de nuestros países (en Argentina el 70% de las mujeres no se considera feminista, siendo éste el país más feminista de América Latina), pero hablan en nombre de todas las mujeres y nos venden a diario que son mayoría.

¿Qué tiene que ver el movimiento feminista con la izquierda política?

La teoría feminista contemporánea proviene de la izquierda política. Todas las grandes intelectuales feministas provienen de esa línea. Lo que hicieron fue relativamente sencillo: reemplazaron la “lucha de clases” marxista por una “lucha de géneros”, que es lo que hoy vivimos.

Sus conferencias son catalogadas como fomentadoras del odio y la división, ¿qué tiene que decir al respecto?

Que los argumentos se refutan con argumentos, no con lloriqueos y sentimentalismos. Los que me acusan de “discurso de odio” bajan así al nivel de los sentimientos para criticar aquello que no pueden refutar desde la razón. Siempre invito a mis detractores a venir a las conferencias, escucharlas y, si siguen pensando que mis argumentos son incorrectos, abro el micrófono para que digan los suyos. Nunca aparecen porque es más fácil despotricar desde Twitter u organizar una manifestación para censurar la conferencia.

¿Cuál ha sido el momento más embarazoso que ha padecido en medio del debate con personas que difieren de usted?

Recientemente en México abrí el micrófono a un joven que quería refutarme. Su argumento fue que yo no podía hablar de feminismo y género sin ser mujer o LGBT; cuando refuté esta falacia ad hominem, el joven no sabía bien qué decir, de modo que se puso a cantar y bailar frente a todo el público, mientras rompía una Biblia y arrojaba sus páginas al aire. Este episodio está en mi YouTube.

¿Qué usted piensa de la diputada, periodistas y comunicadores dominicanos que le adversaron en República Dominicana?

Me tomaron por sorpresa, porque la invitación era a ser entrevistado, no a debatir. En una entrevista se trata de escuchar al entrevistado y sacar de él cosas interesantes; en un debate tratan de aniquilarte. Lo que ellos quisieron fue esto último, pero les salió mal porque no manejaban el tema. Evidentemente habían aprendido algunas frases prefabricadas, conocían palabras pero no conceptos, y los razonamientos lógicos que emplearon se desmoronaron rápidamente.

El público no es tonto, y captó esto de inmediato. Los pro ideología de género ahora dicen que yo quería show, pero en verdad lo único que yo quería era una entrevista en la cual yo pudiera desarrollar un tema que resulta importante para la gente, y no las burlas de una diputada o las acusaciones infundadas de una militante que solicitó mi amordazamiento en vivo.

¿Qué usted propone para mejorar las cifras de la violencia contra la mujer?

Políticas públicas que ataquen las causas de la violencia. El punto aquí es, ¿cuáles son dichas causas? Pues no las sabemos con exactitud, porque se nos ha dicho sencillamente que “los hombres matan a las mujeres por ser mujeres” (y eso significa “feminicidio”) y se nos habla de una “guerra de sexos”, simplificándose ideológicamente la realidad. Si no estudiamos seriamente las causas, no podremos resolver el problema.

¿Qué usted propone para mejorar la educación en países tercermundistas como los nuestros?

Siempre me ha parecido interesante la propuesta de Bouchers al estilo Milton Friedman. Que el Estado financie la demanda de educación y no la oferta, dando a los padres de familia un boucher para que ellos puedan escoger en libertad adonde se educarán sus hijos, generando así competencia entre los colegios para ganarse la confianza de los padres y madres de familia y excelencia educativa.

¿Alguna vez han atentado contra su vida por sus ideas?

No por ahora, pero he recibido cientos de amenazas de muerte en estos últimos tres años. En la mayoría de mis conferencias debo ser custodiado por guardaespaldas. Los “militantes de la tolerancia y la diversidad” no suelen tolerar ningún pensamiento diverso.

¿Qué opina de los LGBTQI?

No son un asunto mío sus orientaciones sexuales o autopercepciones. Pero veo que están pidiendo privilegios y no derechos. Que el Estado te subsidie hormonas, por ejemplo, o que te pague la cirugía para rebanarte los genitales (como ocurre en tantos países ya), no es un derecho: lo tengo que pagar yo.

¿A qué atribuye usted los asesinatos de mujeres a manos de sus parejas?

Creo que los factores son numerosos y merecen un estudio serio como indiqué anteriormente. Puedo intuir que algunos de ellos son consumo de alcohol, drogas, desintegración familiar, clima de violencia social, entre otros.

¿Está interesado en volver al país a debatir estos temas?

Por supuesto. Mi agenda está llena en lo que queda del año, pero volveré en 2020.