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Hospicio San Vicente de Paúl tiene un siglo sirviendo a la ancianidad

Atención personalizada y permanente reciben los residentes en el hospicio..

Atención personalizada y permanente reciben los residentes en el hospicio..

El Hospicio San Vicente de Paúl se aproxima a cumplir un siglo de haber sido fundado por personas de vocación filantrópica, para brindar el servicio necesario a la ancianidad más vulnerable de Santiago, rol que sigue cumpliendo y cada vez con mayor amplitud.

Fundado en el año 1923, un 8 de julio, la prestigiosa institución siempre ha estado del lado de los envejecientes de los sectores más carenciados de esta ciudad, lo que le ha ganado un sitial de reconocimiento por la sociedad dominicana e instituciones internacionales.

La vicepresidenta de la Junta de Directores, Teresita Quesada de Cantizano, dijo que, aunque la fecha de fundación es un 8 de julio, la institución lo celebra el 27 de septiembre, en honor a su patrono, que es San Vicente de Paúl.

Expresó la dama que por ese centro geriátrico han pasado recibiendo la asistencia necesaria, miles de personas de la tercera edad en estos 96 años, pese a los problemas y dificultades; como en la actualidad, que el edificio está en proceso de remodelación, aún así se ofrece la asistencia requerida.

El hospicio está dividido en dos partes. Una es en cuanto a la acogida de envejecientes, que son su razón de ser, para aquellos que vienen de familias con muchas carencias; y la otra, que se denomina la Edad Dorada, que son para quienes pueden pagar una cuota.

Quesada de Cantizano indicó que el área principal tiene una capacidad máxima para 75 personas, hombres y mujeres, pero que en este momento hay menor cantidad, debido a los trabajos de remodelación de algunos de los pabellones, para lo cual se obtuvo la colaboración de instituciones internacionales. Los envejecientes residentes en el centro geriátrico reciben toda la atención necesaria; alimentación, recreación, asistencia médica, ropa, e inclusive, cuando le llega el final, asumen los gastos para llevarlo a su última morada. No ofrecen nombres de personas específicas que hayan pasado por la institución.

Las Hermanas Dominicas de la Caridad ofrecen atención y cariño a los envejecientes. ONELIO DOMÍNGUEZ

Sustento económico

La Sociedad San Vicente de Paúl, su nombre real, sustenta sus operaciones en base a múltiples actividades, una pequeña subvención estatal y la ayuda solidaria de la comunidad.

Teresita Quesada de Cantizano indica que la institución tiene planes de la autogeneración de los recursos que necesita, que cada día son mayores, para no depender de terceros. Para ello instalaron el centro de Terapia y Unidad Productiva, que brinda servicios terapéuticos y otros a la comunidad.

Asimismo, el área para los envejecientes de familias que pueden pagar, y con ello, además de recibir los mejores servicios geriátricos, “sus aportes ayudan a subsidiar a aquellos que no pueden pagar nada, que son la mayoría, y son la razón de ser de la institución”, agregó.

Dijo la dama que tienen otras fuentes de ingresos, como son: la venta de artículos diversos de segunda mano, vallas y otras ofertas especiales, en base a la cooperación de distintas instituciones y personalidades.

El complejo de edificaciones donde funcionan estos programas abarca un amplio espacio, ubicado en la intersección de la avenida Sabana Larga y la calle Jose María Cabral, frente al parque Ercilia Pepín.

SEPA MÁS

Las hermanas

En la Sociedad San Vicente de Paúl, además de la Junta de Directores y todo el personal de servicios, desempeñan una eficiente labor las Hermanas Dominicas de la Caridad, donde hay religiosas dominicanas y colombianas.

Desde los inicios de la institución, en 1923, y cuyo edificio principal fue inaugurado en el año 1930, las hermanas han jugado un papel importante para su mantenimiento.

La Junta de Directores traza la política de servicios que el San Vicente de Paúl desarrolla y está compuesta por hombres y mujeres de la región.

Las hermanas dan la bienvenida con sonrisas a los ancianos que llegan al lugar.