New York no ha cicatrizado el dolor
Lesandro Guzmán, a un año del asesinato del adolescente que soñaba con defender a New York del mal
El mensaje de un amigo para pedirle dinero cambió la vida de Lesandro Guzmán la noche del 20 de junio de 2018. El adolescente de 15 años de edad estaba en casa y salió a socorrer a su compañero.
Junior, como era conocido, bajó del apartamento y le entregó cinco dólares a Jason Vélez.
Ya estando abajo aprovechó para ir a una bodega que estaba cerca de su casa. Pero no sabía que este sería el lugar donde minutos después sería asesinado a manos de miembros de la pandilla “Los Trinitarios”.
Cerca de la medianoche, Junior fue sacado a la fuerza y arrastrado del local ubicado en la esquina de la avenida Bathgate con la calle East 183, en El Bronx, Nueva York.
En un momento intentó refugiarse en el comercio, pidió ayuda del dueño del negocio, pero esta fue negada. Ya cuando estuvo fuera recibió múltiples puñaladas y machetazos, en diferentes partes del cuerpo.
Con las pocas fuerzas que le quedaba, Lesandro, de 15 años, entró nueva vez al negocio para que llamaran al servicio de emergencias 9-1-1, pero nueva vez el propietario le negó la ayuda.
Así que en ese momento el adolescente no tuvo más opción que caminar por varias calles, moribundo, para llegar al hospital Saint Barnabas. Una ambulancia estaba a un minuto de distancia, pero a pie es un recorrido de cuatro minutos. A pesar de que se le hacía difícil caminar, Lesandro siguió pero perdió el conocimiento a pocos metros del centro médico.
Ahí una persona lo vio y este, antes de morir, le dijo que quería agua. La razón de esto era porque había recibido una herida en la garganta y tenía mucha sed.
Al poco tiempo Lesandro fue declarado muerto.
Mientras ocurría todo esto su madre, Leandra Feliz, nunca se imaginó que este sería el inicio de su pesadilla.
En entrevistas cedidas a diferentes medios de comunicación, la mujer, quien nació en República Dominicana pero se trasladó en su juventud hacia El Bronx, dijo que estaba durmiendo, pero fue despertada con la noticia de que el adolescente estaba en el hospital.
Lo que ella nunca pensó era que lo encontraría en una camilla, muerto. Esa fotografía de la madre llorando y pegada al cadáver de su hijo más pequeño consternó a los residentes de Nueva York, y por supuesto a los dominicanos y otros latinos que escucharon la lamentable tragedia.
En un principio surgieron versiones de que el adolescente pertenecía a la banda de “Los Trinitarios”, pero lo cierto es que este fue presuntamente confundido por otra persona.
Este caso consternó a toda una ciudad. El Bronx estuvo por semanas en toque de queda, porque temían que la violencia tocara sus puertas.
Cientos de personas se movilizaron en los primeros días hacia la esquina donde mataron a Lesandro. Hicieron un graffiti de su cara, y dejaron flores y mensajes para el jovencito que tenía como anhelo convertirse en policía de Nueva York.
Las imágenes de las cámaras de seguridad del local y de edificios cercanos captaron el momento sangriento. Ya a las pocas horas del crimen las autoridades estaban rastreando a quienes lo hicieron.
Así fue que el Departamento de Policía de Nueva York comenzó a arrestar a los implicados en el asesinato, entre ellos Diego Suero, de 29 años; Gabriel Ramírez Concepción, de 26; José Muñiz, de 21 años; José Tavárez, 18; Manuel Rivera, de 21; Daniel Fernández, de 24; Joniki Martínez, de 24 y Santiago Rodríguez también de 24, Kevin Álvarez, de 19 y Danilo Payamps Pacheco, de 21.
El pasado viernes un jurado de Nueva York declaró culpables a cinco de los principales acusados: Jonaiki Martínez Estrella, Manuel Rivera, Elvin García, José Muñiz y Antonio Rodríguez Hernández Santiago fueron declarados culpables. Los delitos fueron asesinato en primer grado, en segundo grado, asalto de pandillas y conspiración.
La sentencia contra los cinco implicados en el caso ocurrido el 20 de junio de 2018 se darán a conocer el 16 de julio de este 2019. Podrían pasar entre 25 años hasta cadena perpetua.
Legado de Lesandro
El caso de Lesandro Guzmán no solo tocó a su familia y sus conocidos. También llegó hasta el Departamento de Policía, y en una ocasión participó en el programa de explorers que brindan las autoridades policiales.
Por lo que tras su trágico final crearon una beca a nombre de Lesandro Guzmán Feliz.
Además colocaron el nombre de “Lesandro Guzmán Feliz Way” a la intersección donde Junior fue asesinado.
Junior siempre será recordado como el chico que quería defender Nueva York del mal.