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MISA CRISMAL

Ozoria pide a obispos y sacerdotes preocuparse por las injusticias y violaciones de derechos

El arzobispo Monseñor Francisco Ozoria presidió hoy la Misa Crismal, en la Catedral Primada de América, en la cual llamó a los obispos, sacerdotes y diáconos a preocuparse por las situaciones de miseria, insalubridad, injusticias y violaciones de los derechos de las personas.

En la homilía, instó a los ministros de la Iglesia a actuar de esa forma en su tarea de pastorear que le corresponde hacer, que, según precisó, consiste en cuidar de las ovejas débiles y sanar las heridas.

"En la tarea de pastorear está el servicio de la comunión. Estamos llamados a crear puentes que unan a las personas entre sí y con su padre Dios", subrayó.

Monseñor Ozoria les recordó a los obispos, sacerdotes y diáconos la triple misión que tienen como ministros de la Iglesia y que deben realizar con prioridad: enseñar, santificar y pastorear.

Señaló que Jesucristo los ha enviado para enseñar la palabra de Dios, no algo personal ni mensajes y noticias que agraden a los oyentes y los hagan merecedores de aplausos y simpatías.

"Dicha enseñanza siempre estará caracterizada por el carácter profético, es decir, anunciar y denunciar", enfatizó.

Indicó que la tarea de santificar la realizan por medio de los sacramentos. Llamó la atención sobre esa tarea, porque entiende que tienen muchos desafíos en la acción evangelizadora de la iglesia. Sostuvo que hay actividades importantes que les agrada hacerla, pero expresó que deben priorizar las que son propias de su ministerio.

Además, llamó a vivir una Semana Santa bajo los valores de Jesús, a participar de las celebraciones de la iglesia y a mantener prudencia y estar en oración.

Durante la Misa Crismal, monseñor Ozoria bendijo los santos oleos que se utilizan para el bautismo, la confirmación, la unción de los enfermos, la ordenación de los presbíteros y consagración de los obispos.

En la ceremonia religiosa, los ministros de la Iglesia Católica renovaron sus promesas.

La catedral estuvo llena de fieles, vestidos de blanco, en representación de las 214 parroquias de la arquidiócesis de Santo Domingo.

La misa fue concelebrada por los obispos auxiliares y sacerdotes de la arquidiócesis.