Muchos se deprimen al tener que sufrir penurias y humillaciones

En pocoscentros de salud docentes los médicos tienen a disposición un espacio equipado de computadora e internet, mucho menos de armarios para guardar sus pertenencias.

Por eso suelen andar con una mochila sobre sus espaldas, donde guardan sus herramientas y los materiales que los hospitales deben proveerles, y de los que nunca hay, tales como hojas de ingreso, grapadoras, lapiceros de colores, hojas en blanco y otros utensilios.

Tampoco tienen espacio para dormir las horas que les son “regaladas” para descansar. Por eso van a las salas comunes donde están los pacientes, localizan una cama vacía y allí caen dormidos al instante. Cuando no hallan cama se reclinan sobre un escritorio, o cualquer otro espacio. Sus mochiles les sirven de almohadas. Antes de iniciar sus especialidades, los galenos están advertidos de que tendrán que enfrentar “las más humillantes situaciones laborales en los hospitales, pero nada se compara cuando tienen que vivirlo”. Y hasta tienen que comprar el informe que el especialista usa en el quirófano.