DÍA DE LA BANDERA
¡Que ondee por todo lo alto el alma de la patria!
La bandera dominicana fue concebida por Juan Pablo Duarte y la primera vez que aparece descrita en un documento fue en el sagrado juramento de los trinitarios, del 16 de julio de 1838. El historiador Juan Daniel Balcácer explica que en esa solemne ocasión los trinitarios se comprometieron “a implantar una república soberana e independiente de toda dominación extranjera, que se denominará República Dominicana, la cual tendrá su pabellón tricolor en cuartos, encarnados y azules, atravesado con una cruz blanca. Así lo prometo ante Dios y el mundo. Si tal hago, Dios me proteja, y de no, me lo tome en cuenta y mis consocios me castiguen el perjurio y la traición, si los vendo”. La bandera dominicana, que nació junto con la República, es el más sublime símbolo de la libertad y la soberanía nacional. No solo Duarte expresó el amor a la bandera, también Sánchez, Mella y quienes han escrito nuestra historia.
La bandera para los historiadores...
“Es la más alta insignia nacional. Es nuestra representación de honor, dignidad y patriotismo. Es el símbolo de soberanía y libertad. Fue izada justamente para reconocer la libertad del pueblo dominicano”. Celanda Ramírez Ferreras.
“Sintetiza los anhelos libertarios del pueblo dominicano. Es el símbolo de la sangre derramada por nuestros héroes. Representa la paz a la que aspiramos. Nuestra bandera es personifica la confraternidad y la unión”. Juan de la Cruz.
“Representa los anhelos y esperanzas de los hombres y mujeres de este pueblo, las luchas por la dignidad y la justicia que han emprendido a través de la historia y los sentimientos más nobles que albergan en su corazón, como la alegría, la solidaridad, la humildad, la confraternidad y la ternura”. Quisqueya Lora.
Juan Pablo Duarte
Creador de la Bandera Nacional, En 1865, en una carta enviada al Ministro de Relaciones Exteriores del gobierno restaurador, había exteriorizado: “por desesperada que sea la causa de mi patria siempre será la causa del honor y [...] siempre estaré dispuesto a honrar su enseña con mi sangre”. En otra ocasión expresó: “Nuestra Patria ha de ser libre de toda potencia extranjera o se hunde la isla”.
Ramón Matías Mella
En 1864 Ramón Matías Mella había bajado al sepulcro envuelto con la bandera nacional como sudario. Poco antes de morir pidió que sus restos fueran envueltos en la Bandera Nacional y pronunció estas palabras: “Aún hay patria, viva la República Dominicana”. En el himno dedicado a este héroe nacional expresa su amor por la tricolor: “La bandera fue tu culto, la bandera fue tu altar”.
Francisco del Rosario Sánchez
A Sánchez le cupo la gloria de ser el primero en plantar la Bandera dominicana sobre la Puerta del Conde, la noche en que se anunció la independencia nacional. En 1861 se había inmolado defendiendo la soberanía nacional, luchando contra la anexión a España, y en un Manifiesto público había exclamado: “Entro por Haití porque no puede hacerlo por otra parte, pero si alguien pretendiese mancillar mi nombre por eso, decidle que yo soy la Bandera Nacional”.
Un compromiso con la tricolor
Crónica
Aprincipios de julio de 1916 tuvo lugar en Mao la célebre batalla de La Barranquita. Se dice que, durante varias horas, 80 valientes dominicanos se enfrentaron en combate desigual con un nutrido y bien armado contingente de la infantería de los Estados Unidos, que por esos días iniciaba la ocupación militar del territorio nacional. Las crónicas históricas dan cuenta de que poco antes de la batalla, uno de los patriotas, de nombre Demetrio Frías, fue el responsable de colocar una bandera dominicana en el cerro de La Barranquita, en donde flotó como estandarte durante el combate con los infantes de la marina estadounidense.
La superioridad de los invasores, tanto numérica como en armamentos, provocó que los patriotas, tras sufrir varias bajas, se vieran forzados a retirarse precipitadamente. Y fue entonces cuando Demetrio Frías comprobó que inadvertidamente habían olvidado la Bandera Nacional en el campo de batalla. Acto seguido, Demetrio Frías no titubeó en devolverse y, arma en manos, por sí solo, se internó en el área que ya comenzaba a ser ocupada por los soldados norteamericanos, logrando rescatar la bandera tricolor de los trinitarios, la cual con singular orgullo y valentía devolvió intacta a las autoridades del pueblo.