Un negocio ilícito que compra lealtades
Los puntos de drogas son empresas delictivas que, como cualquier otra, sus dueños se agencia la lealtad de las comunidades, para así afianzar y maximizar su negocio, haciendo aportaciones económicas y satisfaciendo necesidades urgentes de sus residentes.
Familias completas, vecindarios enteros que suman miles de personas viven en la República Dominicana de la narco economía que mueve el micro tráfico en los barrios de las provincias del país, esto debido en ocasiones al desempleo y la desventaja económica colocan a muchos en una posición vulnerable.
Los grandes capos dedicados al “narco menudeo” son protegidos por casi todo un barrio y, en algunas ocasiones, utilizan a “deliveries”, que son utilizados para llevar la droga a clientes a domicilio.
En mayoría de casos, los distribuidores de drogas de esos barrios usan alias, para marcar territorio y diferenciar la droga de “calidad” de la mezclada con químicos.
Datos de la DNCD y la DICAN dan cuenta de que sus agentes antinarcóticos viven en constante peligro porque tienen que ir a los barrios, penetrar a callejones parecidos a madrigueras, enfrentarse a dueños de puntos y a vecinos, para poder decomisar la droga. En esos sectores existe un silencio cómplice de la población con los vendedores de drogas, “pues resulta beneficiada del negocio ilícito”, comentó un agente del Dicam, que rehusó identificarse.
Indicó que quienes se involucran en el microtráfico en esos sectores son una población mínima, porque está habitada por gente de trabajo.
La existencia de callejones facilita el escape de los traficantes minoristas cuando se presentan los operativos. Esos puntos de drogas están diseminados en lugares estratégicos de esos sectores.
La mayoría de los dueños de puntos son apresados, llevados a la justicia, pero más tarde, consiguen su libertad con suma facilidad, volviendo de nuevo a vender narcóticos ilegales. Radhamés de la Rosa, director de Casa Abierta, afirmó que la proliferación de puntos de drogas, y el hecho de que sean de conocimiento público, es evidente que se debe a la disposición de las autoridades de permitirlo.
Dijo que la entidad que preside siempre ha planteado la preocupación que los llamados puntos de drogas estén funcionando en las comunidades, sin que las autoridades hayan tomado la medida necesaria para neutralizarlo.
Comentó que en una investigación que hizo Casa Abierta, se encontraron que esos puntos de drogas tienen que pagar una cuota a las autoridades para existir, por lo tanto no son tan clandestinos como se piensa. Planteó que la política de droga del país, tiene que cambiar, porque hay que invertir en materia de prevención y tratamiento y hay que endurecer la política de control y de represión que está muy tomada por la corrupción.
“Muchas veces se apresa a los muchachos en las comunidades bajo el pretexto de controlar el tráfico de droga, y se le pone droga, o se le apresa, se le hace pagar dinero para soltarlo”, acotó.
Pedro Javier Montero, acusado de dirigir un punto de droga, a quien el juzgado de de atención permanente del distrito nacional, envió al penal de la victoria, por un periodo de tres meses, denuncio que la policía extorsiona a los que manejan los puntos de drogas .
Sostuvo que cuando alguien se calienta en la sociedad o no puede pagar el peaje, esta institución lo presiona, lo persigue y hasta lo mata para borrar evidencias y complicidades.
Aún más, según el imputado, residente en Capotillo, la lucha contra las drogas las dirigen los dueños de puntos, ya que cuando quieren sacar un consumidor o vendedor de sustancias controladas se lo entregan a las agencias antinarcóticas para que los saquen de circulación.
Además sostiene que el DICAN y la DNCD reciben toda la semana un peaje para que esos puntos de drogas funcionen libremente y que igual situación se registra con el Ministerio Público, que sabe también dónde están todos los principales puntos de drogas.