La República

Día de La Altagracia

Miles se congregan desde ayer en la Basílica de Higüey

Cientos de feligreses acampan desde ayer en una de las instalaciones contigua a la Basílica Nuestra Señora de La Altagracia, mientras en los jardines del santuario, muchos habían levantado casitas de campaña desde hacía varios días, para participar en las celebraciones que culminan hoy. El presidente Danilo Medina asistirá a una misa que será celebrada a las 10:00 de la mañana.

Desde ayer miles de personas acudían al santuario de la Virgen de la Altagracia para orar y pedir que haga realidad sus deseos y los de otros, ante un ambiente de desorden y arrabalización imperante en sus alrededores.

Bajo ese ambiente se espera que hoy el presidente Danilo Medina asista a las 10:00 de la mañana a la Basílica de Higüey para participar en la tradicional misa del Día de la Virgen de la Altagracia, protectora del pueblo dominicano.

No obstante, aparte de las personas que se conglomeraron en el sitio santo para palpar la imagen de la virgen en víspera de su día, cientos de vendedores y pedigüeños se apostaron adentro y afuera del templo para aprovechar la asistencia de los devotos.

En los jardines de la Basílica, muchos habían levantado casitas de campaña desde hacía varios días a fin de que la Virgen de la Altagracia les cumpliera el milagro tan anhelado. Otros por el contrario, ocuparon las aceras del recinto con cantinas y vasos de aluminio que remeneaban para mendigar con el sonido de las dádivas.

Velones, relojes, comida, vestimentas y otras prendas estaban a la venta como si de un mercado se tratara; además, los conflictos no se hicieron esperar.

Entre los repartidores de limosnas, estaban aquellos que también daban comida a los mendigos. Uno de ellos ofreció un pedazo de pan a una mujer y a continuación lo lanzó al piso y vociferó: “A mí dame dinero viejo del diablo, no me dé comida”.

Mientras que dos haitianos fueron apresados por los agentes de la Policía Nacional porque supuestamente uno de ellos intentó robarle a otro vendedor que estaba en el lugar. Los uniformados detuvieron a los individuos ante la mirada de los curiosos que de inmediato los rodearon para que no puedieran escapar.

También se suscitaron dimes y diretes entre los mendigos que se robaban entre ellos mismos al primer descuido. Por ejemplo, a un señor inválido que estaba sentado en el contén de la acera, otro tomó su monedero y se escabulló entre la multitud ante los gritos de impotencia del agraviado.

Y así transcurrió la jornada de ayer; entre esperanzas de posibles milagros que se cumplirán y decepciones de realidades actuales.

Historia que contar Claudine Jane carga a su hija de dos años de edad y junto a su otro hijo de cinco años que la sujeta de su vestido, se persigna ante la Basílica y pide a la Virgen de la Altagracia que a su familia llegue el dinero que tanto necesitan.

Ella huyó de Haití hace 5 años en momentos que se encontraba embarazada, según sus propias palabras; “porque allí se estaba muriendo de hambre y necesitaba otra vida”, por lo que dio a luz al varoncito en el Gran Santo Domingo, donde actualmente vive y tuvo a su otra niña.

Desde entonces ha mantenido a sus retoños pidiendo dinero en las avenidas de la capital, y cada año visita la Basílica para ver si algún día la protectora del pueblo dominicano le cumple su deseo.

“Mi esposo está en Haití porque se cayó de una construcción y no puede caminar, él no puede ayudarme y por eso yo tengo que estar aquí, porque en Haití yo no puedo mantenerlos”, explica Jane.