Santo Domingo Este
Indigentes se adueñan de los parques públicos
Cuando las manecillas del reloj se posaron sobre las 7:00 de la mañana, el cantar del gallo aún continuaba a esa hora. Sin embargo, el sonido del cacareo de esta especie doméstica no lograba despertar a seis mendigos que se encontraban durmiendo en el parque del sector Los Mina.
La brisa fría y el sereno que caracterizaba la mañana de esta temporada los hacía permanecer tumbados sobre varios cartones extendidos en el piso de la garita central de este parque.
Algunos de ellos ya habían abierto sus ojos y ahora estaban sentados en los bancos colocados alrededor. Otros charlaban plácidamente, mientras dos mantenían su mirada fija sobre la vía, como si observaran los vehículos que transitaban durante las primeras horas de aquella mañana.
El hedor, el cúmulo de basura y la falta de iluminación que caracteriza todas las noches a este parque han disminuido las visitas de niños, adolescentes y adultos que llegaban anteriormente al lugar para jugar, recrearse y ejercitarse.
Durante un recorrido de reporteros de LISTÍN DIARIO se pudo constatar el estado de abandono y descuido que tienen dos parques ubicados en el municipio de Santo Domingo Este. Estos son el de Los Mina y Las Palmas, ubicado en la avenida Sabana Larga.
Al llegar al parque de Los Mina, se sentía un fuerte hedor desde este espacio. La fetidez que provocaba la orina y heces fecales, acumuladas en las áreas verdes, se tornaban más fuerte al ingresar a este parque.
“Esto es una letrina con árboles. Aquí ya no se puede traer a los niños a jugar. Casi todos los juegos están dañados y los pocos que quedan no están en buenas condiciones”, se quejaba Hilario Núñez, quien reside en el sector y es padre de dos hijos.
Desde la inauguración de este parque, un total de ocho columpios servían para sacar sonrisas y provocar diversión entre los niños. Hoy día, luego de su apertura por el fallecido Juan de los Santos, están rotos y oxidados.
La única esperanza de esparcimiento que permanece allí recae sobre uno de los columpios que sigue funcionando a pesar del mal estado que presenta. También, cae sobre otros juegos que permanecen trabajando, un tobogán, “fuin fuan”, y un juego giratorio.
Hogar de indigentes “Ahora mismo, este es el hogar de decenas de indigentes que llegan a dormir aquí; es casa de delincuentes que llegan para beber, fumar y hasta atracar”, se quejaba Juan Ramón, quien tiene 45 años formando parte de la comunidad.
Otro residente que no sale del asombro es Juan Germán. Este señor, que reside frente al parque, no deja de sentirse abrumado por la situación que se vive en este lugar.
Mientras observaba a una de las indigentes que deliraba sobre uno de los bancos, como consecuencia de los efectos del alcohol, decía que debido a esas escenas, su sobrina no entra a divertirse al lugar.
“Es increíble cómo las autoridades permiten mendigos aquí. Desde tarde de la noche hasta las 8:00 de la mañana llegan alrededor de 60 mendigos. Aquí hacen sus necesidades y rompen las bombillas para que no haya luz”, indicó el hombre, mientras señalaba a dos militares que estaban justo al lado de varios vagabundos.
Al llegar la oscuridad de la noche, las pocas lámparas que funcionan no irradian la luz necesaria para alumbrar el parque, que permanece totalmente a oscuras. Desde fuera no se puede ver a nadie en su interior, menos lo que sucede allí.
Parque Las Palmas La riña acalorada entre dos mujeres por una pareja sentimental dio la bienvenida al llegar al lugar. Discutían con palabras obscenas frente a dos niños y varios adultos que se encontraban agotando un tiempo de ocio antes de llegar el mediodía.
Los cuatro columpios que tiene el parque están totalmente dañados. Los demás juegos de esparcimiento están oxidados, sin color y en mal estado. Varios hierros que sobresalen representan un peligro para los niños que llegan a jugar.
La garita estaba totalmente sucia y cubierta por el polvo que se extiende con la brisa. Los cartones que permanecían tendidos en el piso son las “camas” de indigentes que llegan allí a pasar la noche.
“Este parque está plenamente a oscuras porque se llevan los alambres de la luz; aquí se necesita policía municipal para que vigile este espacio público durante el día.
La falta de seguridad hace que mendigos, adictos y atracadores hagan de las suyas”, opinaba César Díaz, quien llegó al sector hace dos años.
El comerciante Luis Gilberto Guerrero, que vende ropa y otros productos en esta área, se quejaba del descuido del parque.
“Da vergüenza que (este parque) no tenga ninguna vela que lo ilumine y que el agua se acumule en una de las esquinas, como producto de cualquier lluvia que caiga”, declaró Guerrero.
RESPONSABILIDAD CIUDADANA Los ciudadanos Roque Gómez, Kuri Martínez y Anulfo Soto coincidieron que parte de la suciedad que se extiende en el interior y todo el alrededor del centro de recreación se debe a la irresponsabilidad y falta de conciencia ciudadana en temas de cuidado medioambiental. “Aquí se necesita supervisión.
Hay mucha gente mal educada que salen de sus casas con fundas llenas de totalbasura y la colocan en las esquinas”, reveló Gómez. Mientras Kuri decía que “con la gente no hay quien pueda” y, por otra parte, Soto puntualizaba que “las sanciones es lo que hace falta”.
Para estos residentes, el Ayuntamiento de Santo Domingo Este debería colocar zafacones en puntos estratégicos, donde los residentes puedan depositar los desechos sólidos que a diario producen dentro de sus hogares y negocios.