Orfanato
Chef israelí adiestra niños como cocineros
“Ángel” ha sido toda una aventura desde el primer día en que vio la luz del sol. Con solo nueve días de edad fue acogido en el Orfanato Hogar El faro Niños para Cristo y desde entonces comparte vivienda con otros 34 niños en igual condición.
Con nueve años, la inquietud y astucia se hacen parte de su personalidad, el correteo dentro del entorno es constante. Con la llegada del chef israelí Shaul Ben Aderet, su alegría fue notoria, y como las encargadas de la organización lo expresan: le encanta la cocina.
Modelar la harina mientras sus demás compañeros le “seguían el paso” fue una de las actividades que se percibieron de una forma muy peculiar. Su acción consistió desde un principio en replicar las formas propias de los rollitos envueltos en harina o masa pan.
A las 11:30 de la mañana, el chef Ben Aderet ya disponía de una bolsa con la materia prima a utilizar para la elaboración de pizzas, posteriormente, las regó sobre la mesa y bajo la atenta mirada de los niños de 4 a 16 años, empezó pues a darle forma, los jóvenes e infantes proseguían.
Dentro de la actividad organizada por el embajador de Israel Daniel Biran, las pizzas, pastas, humus, salchichas y ensaladas, emanaban el olor característico de la gastronomía israelí.
El niño “Ángel” como le hemos denominado para mantener su anonimato, nació bajo una atmosfera de temor, angustia y miedos. Su madre tenía un embarazo de alto riesgo, y padece una lesión hepática crónica o mejor conocida como “cirrosis hepática”.
En aquel momento de consternación, el pronóstico de una muerte segura se intensificaba para la progenitora, por otro lado, su padre tiene una discapacidad motora que le impide desplazarse con naturalidad.
“Hizo una gravedad muy fuerte y le indujeron el parto”, expresa Margarita Álvarez, directora de Hogares en familia en Cristo.
Álvarez dijo que tras el pronóstico que daban los médicos a la madre del menor, familiares de esta optaron por llevarla a la parte Sur del país. Agregó que al ver la buena condición de la criatura, los médicos se sorprendieron.
Sin embargo, puntualizó que pese a salir con vida, la madre prefirió dejarlo a cargo del orfanato, pero este no podía ser dado en adopción, ya que se encontraba reconocido por sus padres biológicos.
Aún envuelto en sábanas, tras haber salido del Hospital Luis Eduardo Aybar (Morgan), fue traído a la organización, único lugar al que puede llamar hogar.