La República

Los principales narcos de los años noventa

Narcotraficantes. En los años noventa, la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD) apresó a numerosos narcotraficantes.

Santiago Benjamín de la CruzSanto Domingo

Durante los años noventa, las autoridades dominicanas lograron apresar y someter a la justicia a varios de los principales narcotraficantes del país, en operativos en los que decomisaron las mayores cantidades de drogas hasta esa fecha.

En 1990, fueron apresados los principales cabecillas de una red de distribución de drogas en el sector La Cuaba, de Capotillo, quienes eran perseguidos activamente por agentes de la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD) tras haberlos identificado.

Los integrantes de la red eran Francisco Alberto Rincón Hodge, Danilo de los Santos Encarnación y Carlos de Jesús Peña, a quienes en el momento de su apresamiento les ocuparon drogas, una balanza para pesaje de sustancias prohibidas y dinero en efectivo.

Ese mismo año, Luis Soto Báez fue detenido en Baní cuando trataba de transportar 1,116 kilos de cocaína a los Estados Unidos que habían entrado al país procedente del Cartel de Cali, Colombia.

El cartel del Pacífico, cuyas operaciones se hacían desde el sur de Colombia, utilizó varias veces a la República Dominicana para enviar droga a los Estados Unidos.

Esos carteles utilizaban aviones bimotor para transportar la cocaína ya procesada a la República Dominicana que lanzaban en cañaverales, al mar o en autopistas de la región Este y era recogida por un equipo de hombres que eran sus contactos.

En esos años, las autoridades antinarcóticos del país apresaron a Roberto Tonos Mahuad con 399 kilos, detenido en otras tres ocasiones.

En 1990, las autoridades dominicanas también dieron otro duro golpe al narcotráfico, sacando de la jugada a tres dominicanos que en coordinación con tres norteamericanos, se dedicaban a traer drogas al país y ya habían sido identificados.

Los dominicanos apresados durante el operativo fueron Amable Radhamés Paulino, Porfirio Guerrero García y Leonardo Mora.

Florián Féliz Desde su aparición en los medios de comunicación en 1994 cuando fueron incautados en las costas de Pedernales 953 kilos de cocaína que escondía en latas de salsa de tomate en el interior del barco Phoenix, Rolando Florián Féliz emergió como el capo más sonado del país.

Por este caso fue condenado en contumacia en 1996 a 20 años de prisión, junto a un grupo de cómplices. Algunos fueron liberados más tarde.

Por casi cinco años, Florián Féliz, quien había nacido en las costas de Paraíso, Barahona, fue el narco más buscado por la DNCD, por cargos recogidos en nueve expedientes.

Para evadir la persecusión usaba cuatro nombres falsos y salía y entraba con facilidad al país. Su conexión con los carteles de drogas colombianos le permitía enviar millonarios cargamentos desde Panamá, República Dominicana y Haití hacia los Estados Unidos.

Fue capturado el 8 de junio de 1996 en un centro vacacional de Guayacanes, San Pedro de Macorís, por agentes de la Policía, que en la ocasión ignoraban de quién se trataba. Les fueron incautadas propiedades y vehículos de lujo.

Murió en la cárcel de Najayo el 17 de mayo de 2009, según la versión oficial, cuando enfrentó a los custodias que trataron de sacar de la celda a mujeres con las que tomaba bebidas alcohólicas.

En 1995, la DNCD detuvo un barco que salía del país hacia Puerto Rico para llevar drogas. En ese operativo se apresaron a 15 personas, que, según informaron las autoridades, se comprobó que habían realizado otros viajes.

Finales de los noventa En marzo de 1998, la DNCD apresó a Johnny Antonio Núñez, sindicado como uno de los mayores distribuidores de heroína en el país, a quien se le atribuyó ser el cabecilla de una red de distribuidores de heroína desde Colombia, Estados Unidos y República Dominicana.

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