Situación de extranjeros

DNI actuó en caso de seis etarras en 1998

Avatar del Listín Diario
Santiago Benjamín de la CruzSanto Domingo

Sigfrido Pared Pérez, el director del Departamento Nacional de Investigaciones (DNI), desempeñó ese cargo hace 20 años cuando sonó el caso de extranjeros vinculados en diferentes delitos, y que el país los recibió de manera transitoria.

En 1998, Pared Pérez era el responsable de la seguridad de los dos miembros del Grupo Separatista Vasco (ETA), quienes se encontraban en el país desde 1989, a solicitud del gobierno de España, tras fracasar las conversaciones de paz, por estar involucrados en crímenes y terrorismo.

Belén González y Ángel Iturbe Abasolo burlaron la vigilancia de dos agentes del DNI que custodiaban la residencia donde vivían, en un sector residencial próximo al Acuario Nacional. Un año antes de su desaparición, en agosto de 1997, otros cuatro miembros de los ETA fueron entregados a la justicia española por el gobierno dominicano, y luego sentenciados.

A inicios de este mes, el director del DNI ejecutó el acuerdo para el envío al país del narco cubano-norteamericano Augusto Falcón (Willie), quien cumplió una condena de veinte años por narcotráfico y lavado de dinero en Estados Unidos.

En 1998, bajo la gestión de gobierno de Leonel Fernández, Pared Pérez, cuya dirección del DNI, entonces a su cargo, tenía la misión de vigilar a los miembros de ETA, manifestó que los etarras habrían usado documentos falsos para salir del país. Lo último que se supo de estos etarras fue que Belén González dejó sobre la cama de la habitación donde dormía una nota manuscrita advirtiendo de que tanto ella como Iturbe Abasolo se habían ido a la playa, pero nunca regresaron.

Estadía en el país En octubre de 1989, los seis miembros de ETA fueron trasladados desde una casa en la Abraham Lincoln a una cercana al malecón. En ese domicilio tenían más libertad de acciones, y les fue permitido el contacto con sus vecinos.

Para agosto de 1991, estos llegaron a una casa en el sector Los Ríos, pero no tenían vecindario próximo.

A finales de 1993, fueron trasladados a una vivienda de la urbanización Ureña, en la prolongación de la 27 de Febrero, y los residentes en esa zona se movilizaron porque no querían problemas, ya que se enteraron de la procedencia de sus nuevos vecinos.

El último lugar en que vivieron, y donde fueron trasladados Iturbe y González, está ubicado en Alma Rosa II, en la zona Oriental. Durante la estadía en esa residencia se produjo la repatriación de Juan Manuel Soares y las expulsiones de los otros tres. González e Iturbe se quedaron viviendo solos, pero vigilados por el DNI, en un apartamento del barrio Brisas del Mar, próximo al Acuario Nacional, de donde desaparecieron en 1998.

El papel que jugó Pared Pérez en el caso, ocurrido en 1998, fue de supervisar a los deportados, mientras que ahora le tocó ejecutar el acuerdo para recibir aquí al narco Augusto Falcón, oriundo de Cuba.