La República

VIOLENCIA

El 51% de las personas protegidas en Casas de Acogida son menores de 14 años

De las 1,113 personas que tuvieron que ser protegidas en casas de acogidas por encontrarse en riesgo de violencia extrema, el 51% fueron niñas y niños menores (564) y el 49% fueron mujeres (549).

Estas personas han sido recibidas en los primeros 9 meses del año 2018, en las Casas de Acogida del Ministerio de la Mujer.

Esta cifra revela uno de los aspectos más dramáticos de la violencia machista, que es la repercusión de la violencia machista en los y las menores, que de repente deben abandonar su hogar, su escuela, su entorno, su vida, para ir a un lugar seguro en el cual sobrevivir, hasta que el agresor es detenido. El entorno que se supone debería ser el más seguro para niños y niñas, que es el hogar, la violencia lo convierte en todo lo contrario.

A las Casas de Acogida se llega a través del Ministerio de la Mujer, bien referidas por las abogadas y psicólogas de esta entidad, bien por llamadas a la Línea Mujer *212 o a la Línea de Emergencia 911 o bien por denuncias interpuestas en las Unidades de Atención a las Víctimas de Violencia de la Procuraduría General de la República.

En 9 meses, 1,113 personas han salvado sus vidas gracias a este servicio donde las víctimas reciben de manera gratuita atención psicológica, vestido, alimentación, soporte emocional, útiles escolares en el caso de los y las niñas y el acompañamiento legal a las madres en los casos judicializados. Mujeres: 535. Menores de edad: 564.

Las Casas de Acogida son tres y hay dos en proceso de construcción, gracias al apoyo del Gobierno Central, quien aprobó el presupuesto extraordinario e instruyó al Ministerio de Obras Públicas para levantar las estructuras. La alcaldía del municipio de Los Alcarrizos igualmente donó un terreno donde se levanta una de las próximas dos viviendas que servirán de refugio a las mujeres y sus hijos e hijas cuyas vidas corran peligro.

La ministra Janet Camilo ha dicho en varias ocasiones que lo ideal sería que estas casas no tuvieran razón de ser. “Que los hombres y las mujeres tuvieran una convivencia pacífica, de respeto a los derechos de uno y otra y de equidad. Eso sería lo ideal, que las mujeres y sus hijos e hijas no tengan que salir corriendo de sus casas por temor a que les quiten la vida”.