Piden ayuda para doña Eliza en sector Los Guandules
La situación a alcanzado grados tales que, “el meneo del desalojo le ha hecho perder el juicio”, afirma Gregoria Montero, cuñada de doña Eliza Canario, la anciana de 92 años que espera, bajo angustia, el desalojada de su casa de hojalatas ubicada en el sector Los Guandules, en las inmediaciones del río Ozama, cercadel puente (de la 17) Francisco del Rosario Sánchez.
“La soledad, su ceguera, salud, la muerte de su hija y la pobreza ha cambiado mucho su vida; no es la misma de antes. A ella le ha afectado todo ese sonido que aquí se hace cuando derrumban las casas”, dice, apenada, la señora Montero.
Ella dice que Eliza repite con insistencia: “Me tienen que pagar”, “No me dejen aquí”, “Págame, págame”, “Yo quiero que me ayuden”.
Por otra parte, expresa que la luz de sus ojos ha sido su hijo, “Lolo”, el único que vela por ella, a quien considera como un gran hombre, por cómo ha ayudado a su madre con lo poco que obtiene haciendo trabajos.
Cuando su labor culmina en las calles, Lolo llega a su casa para llevarle de comer a su madre. En horas de la noche, recoge varios palos en el perímetro del lugar para preparar un fogón con cuatro piedras. Temprano en la madrugada se levanta, prepara un café o leche tibia para la anciana y le deja el desayuno preparado antes de emprender a su labor diaria.
Este panorama lo describe Gregoria, quien pide que doña Eliza y su hijo sean ayudados y que se logre esclarecer su situación, pues afirma que el propietario de la casa quien vivía al lado y, era esposo de la hija de Eliza, recibió un monto por la vivienda y posteriormente fue desalojado.
Era casi mediodía cuando miembros de la Unidad Ejecutora para la Readecuación de La Barquita y Entornos (URBE) se presentaron ayer en el sector Los Guandules para entregar copias de cheques a unas 25 familias inquilinas y propietarias que serán desalojadas por el proyecto Nuevo Domingo Savio.