REPORTAJE

Las pandillas han declinado en el país

Los eventos acontecidos durante los últimos meses, protagonizados en Estados Unidos por una pandilla de origen dominicano denominada “Los Trinitarios”, tocaron el botón de pánico internacional tras el cruel asesinato de Lessandro “Junior” Guzmán-Feliz en la ciudad de Nueva York el 20 de junio de este año.

Días más tarde, en España, se registró un enfrentamiento entre estos y la banda latina Las óetas. Otra que atemoriza las calles españolas es la “Dominican Don’t Play”, cuyos miembros encabezan los registros de la policía relacionados con arrestos por actividades de pandillas, según el periódico La Vanguardia.

República Dominicana se encontraba, hace aproximadamente una década, con estos mismos escenarios. Las pandillas estaban adentradas en las escuelas del país, dominando el escaparate público debido a que se reportaba un incidente diario.

En abril de 2008, la entonces ministra de Educación, Alejandrina Germán, admitió la presencia de estas pandillas en al menos 10 o 15 escuelas, llevándola a pedir a las autoridades que el problema debería comenzar a ser erradicado desde allí.

“Lo que se debe hacer es unificarnos a la Asociación Dominicana de Profesores, las familias, nosotros y la fuerza del orden público, para evitar que estas (pandillas) se sigan propagando”, decía Germán en aquella ocasión.

Aunque el problema ha persistido, con el discurrir de los años la situación ha ido disminuyendo, poco a poco.

En un recorrido de redactores de LISTÍN DIARIO a través de las comunidades Los Minas, Los Trinitarios, Invivienda y Villa Carmen, moradores aseguran que a pesar de que la delincuencia sigue en pie, los enfrentamientos entre pandillas y los graffitis en las paredes han ido disminuyendo. “Ya casi no se ven”, afirman.

“Aquí hubo un tiempo, hace diez años, que siempre se mataban uno o dos por un algún conflicto; no se podía pintar una pared porque te la llenaban con ese spray, pero ya eso no se siente”, dijo César Segura, sentado en el parque de Los Trinitarios.

En Los Minas se respira el mismo ambiente y, aunque no caen en eso de que se ha evaporado completamente, sí admiten que esas actividades no pasan con la frecuencia que ocurría en la década pasada.

“Ya ni los collarcitos (refiriéndose a las cadenas que usaba la mayoría de las pandillas) se ven; los tígueres todavía están aquí, eso no hay quien lo esconda, pero verlos pintando las paredes y vistiéndose iguales no es tan frecuente como en años anteriores”, expresó Guillermo Molina.

¿Qué dice la Dirección Antipandilla? El órgano de la Policía Nacional que trata estos temas es la Dirección Antipandilla, que a pesar de conocer que el problema ha cesado en los últimos años, admite que todavía no se ha erradicado del todo y que hay puntos que mantienen intervenidos permanentemente.

“Hay puntos (que no reveló por motivos de seguridad) que mantenemos en constante vigilancia porque sabemos que en esos lugares hay pandillas que amenazan la seguridad ciudadana”, declaró el coronel Braulio Feliz, director de la Unidad Antipandilla del cuerpo policial.

¿Cómo funciona esta unidad? La forma de actuar de la Unidad no es diferente a los demás órganos del cuerpo de orden público, ya que sus investigaciones llegan desde las labores de patrullaje y las denuncias.

“Normalmente, cuando los oficiales inician una investigación, y en esta ven la incidencia de pandilla, o posible pandilleo, nos la refieren inmediatamente y en ese instante tomamos control de la operación, hasta ser resuelta en su totalidad”, explicó Feliz.

No todos los casos se quedan ahí, pues cuando estos encuentran otro tipo de rastros que impliquen droga, entre otras cosas, se asigna el caso hacia a la unidad correspondiente.

Cuando el caso sí es directamente relacionado con pandillas, Feliz aclara que estos, aun después de resuelto el caso, se mantienen dando seguimiento a los implicados y a través de charlas y tratamientos con psicólogos tratan de que el individuo no vuelva a caer en el error.

“Nos mantenemos en constante contacto con aquellos que sí se demuestra que en algún momento pertenecieron a una pandilla; les damos las charlas y tratamos de que este vuelva a reintegrarse a la sociedad, para que no tenga problemas con la justicia en otra ocasión”, dijo el oficial.

¿Y qué es una pandilla? “Mucha gente cree que cualquier cosa que pasa en las calles es un tema de pandilla, y no es así; puede ser una inconducta, puede ser violencia, pero no todas las actividades que realiza un joven tiene que ver con eso”, aseguró Feliz.

Según el oficial, una pandilla se da cuando un grupo de jóvenes que profesan el mismo credo, utilizan la misma serie de colores y las mismas prendas, se organizan para participar, todos o la mayoría de ellos, para participar en un hecho determinado.

“Cuando una cantidad de jóvenes se reúne para delinquir, eso es una banda, pero si tiene un mismo criterio de colores en las prendas de vestir, collares y pulseras idénticas, y siempre que acciona lo hace de manera grupal, a eso sí se le puede denominar como una pandilla. Los rosarios con los colores patrios, verdes o negros, al igual que las pulseras color verde, son los principales indicadores de cómo identificar a un miembro de una determinada pandilla.

Planes de prevención El coronel Braulio Feliz insiste en que la labor de la Dirección es más preventiva que represiva, pues ahí está la clave de erradicar el problema por completo.

Consecuencias del problema “Nosotros intervenimos constantemente en escuelas donde hay indicios de violencia y, cuando lo hacemos, vamos con nuestros psicólogos para que puedan decirle a los jóvenes las consecuencias que conlleva el adentrarse a una pandilla”, explicó.

Agregó que en las mismas instalaciones de la Unidad se realizan constantemente charlas dirigidas a jóvenes con edades de entre 13 a 22 años, algunos referidos desde la fiscalías infantiles para que conozcan cuando están siendo tentados para ingresar a una pandilla y los riesgos que conlleva entrar a estas.También se realizan encuentros especiales en las comunidades, para alertar a los padres sobre un posible ingreso de alguno de sus hijos a uno de estos órganos criminales.

“Los padres deben de tener siempre pendiente con quienes se juntan sus hijos, física y virtualmente, para evitar que estos, en algún momento, tengan contacto con miembros de una pandilla”, advirtió Feliz.

Política de las “tres C” La política con la que adiestran aquellos que reciben las charlas consiste en las denominadas “Tres C”, que representan los destinos, que según la Unidad Antipandilla, puede dar como resultado el ingresar a una de estas. “Una pandilla te puede llevar a la cama de un hospital, a la cárcel o al cementerio, en eso consiste esta forma de alertar a los jóvenes y a los adultos, sobre esta problemática”, añadió.

Factores que pueden llevar a un joven a pertenecer a una pandilla El Departamento de Psicología de la Dirección Antipandilla sostiene con certeza que son varios los factores que pueden llevar a un joven a adentrarse a alguna pandilla.

“La mayoría lo hace porque estos provienen de hogares disfuncionales, donde no reciben atención alguna, y al momento que ven que alguien se les acerca con buen trato y cuidándolos comienzan a ver esa figura que quizás les faltó en su crecimiento en el hogar”, dice un informe realizado por psicólogos de la Unidad.

Labor de la Policía Comunitaria Esta labor de prevención se realiza con el acercamiento de la Policía Nacional hacia las comunidades, y la Policía Comunitaria ha sido el principal contacto. “La labor de nosotros es orientar a los jóvenes, principalmente sobre los riesgos que conlleva adentrarse en la delincuencia y mediante nuestras capacitaciones hemos logrado sacar un gran porcentaje de las calles”, expresó el coronel Jacobo Mateo Moquete, director de esta Unidad. Moquete explica que el lema de estos es una frase que dijo el director general, Ney Aldrin Bautista, que dice: “Hay que capacitarlos hoy para no perseguirlos mañana”, y con ese principio es que se ha enfatizado el trabajo durante el último año y medio.

LOS GRAFFITIS Los graffitis en las paredes son otras de las cosas que han ido en baja en los últimos años, muchos han sido reemplazados por algunas figuras mientras otros simplemente han sido removidos. Algunos lugares lo utilizan teniendo como meta utilizarlos en forma de murales para transmitir un mensaje positivo, ya sea religioso o en otra índole, aunque en algunos lugares todavía se encuentran con propósito de pandillaje, el arte del spray ha desaparecido de las principales calles del país.