UNA METRÓPOLIS ENFERMA

Las normas no se respetan

El Gran Santo Domingo registra un acelerado crecimiento, pero afectado por entornos que se expanden rápidamente de forma desorganizada, a veces ilegales, porque se construye en terrenos que carecen de títulos.

En algunas áreas hay un nivel de incumplimiento de las normas legales y ordenanzas municipales, principalmente en las construcciones informales, lo cual es reconocido por las autoridades de Planeamiento Urbano de los cabildos.

En otras, el problema es la falta de normativas que regulen ese crecimiento y la falta de supervisión por parte de las autoridades municipales, que admiten no cuentan con suficientes recursos para garantizar la supervisión, debido a las bajas recaudaciones.

Directores de las oficinas de Planeamiento Urbano del Distrito Nacional, Santo Domingo Este y Santo Domingo Norte, también consideran que hay falta de conciencia en la población para cumplir con los parámetros definidos.

Hay áreas donde no se puede imponer un orden porque no se puede otorgar permisos, ya que el primer requisito es entregar copia del certificado de título.

Los problemas son similares en cada demarcación, pero los niveles de cumplimiento de las normativas varían en cada una, de la misma forma que cambian las reglas en términos del uso que se da a los espacios. Lo cierto es que la falta de cumplimiento de las normativas, la informalidad con que crecen algunas zonas y las ocupaciones ilegales constituyen un dolor de cabeza para las oficinas de planeamiento urbano de los cabildos, que son los encargados, por ley, de regular y planificar el crecimiento de la ciudad.

SANTO DOMINGO ESTE Regulaciones varían por demarcación El arquitecto Isidro Romano, director de la oficina de Planeamiento Urbano del Ayuntamiento Santo Domingo Este, estima que el nivel de cumplimiento de las normativas aprobadas para la construcción es de alrededor de 90% en los proyectos formales, que son las edificaciones con fines comerciales, pero que se reduce a 40% en los permisos informales, que son las construcciones individuales en barrios para habitar, o a veces para alquilar. En ambos casos, se exige demostrar la propiedad del inmueble para otorgar una autorización.

“Todo el que hace una construcción formal, cumple en su mayoría”, afirmó.

En cuanto a los proyectos informales, expresó que es difícil darle seguimiento a esas construcciones.

“Usted sabe que eso es de noche, los viernes desde las dos de la tarde hasta el lunes, a las cuatro de la mañana, lo hacen informal, cuando tú llegas, ya tienen casi la casa”, admitió.

Explica que no se tramita ningún proyecto que no se demuestre el derecho de propiedad. Indicó que para aprobar un proyecto, entre los requisitos figuran entregar certificado de título, plano catastral o cualquier levantamiento de la Dirección de Catastro.

Precisó que en su demarcación se trata de los asentamientos informales, que se han producido especialmente en Brisas del Este, Almirante Caña, Almirante Solares y otros sectores.

“Con esto de las invasiones de tierra y las ocupaciones informales, no puedo emitir un permiso a alguien que no me demuestre la propiedad del inmueble, porque soy pasible hasta de demanda”. Expresó.

Enfatizó que “invadir terreno es una profesión”, pero aclaró que el ayuntamiento no es la autoridad competente para realizar desalojos, a menos que el terreno sea un área de dominio público, como un área verde, una cancha o un estadio.

“Aquí damos permisos informales; pero aún siendo informales tienen que demostrar la propiedad del inmueble, porque si te encuentro construyendo en un terreno que no es tuyo o es del Estado, si te doy permiso, te legalizo la situación”, planteó.

Dice que cuando determinan que la construcción no tiene permiso se le impone una sanción del doble de la tasa que debía pagar para obtener la autorización, en virtud de la normativa aprobada, lo cual considera es una forma de que la gente entienda que hay régimen de consecuencia.

Y en el caso de los proyectos formales que violan los permisos otorgados, se les coloca una multa de 532 pesos por metro cuadrado.

Comentó que el ayuntamiento tiene limitaciones, porque solo aprueba linderos, uso de suelo, densidades y alturas. La parte técnica, precisó, es atribución del Ministerio de Obras Públicas.

REGULACIÓN: En el 2017, el cabildo aprobó que se puede construir hasta 25 niveles en Alma Rosa I; 15 en el Ensanche Ozama, y 50 en un tramo de la avenida España; 12 en Alma Rosa II; 20 en la avenida Ecológica, hasta la Charles de Gaulle, y 20 en la autopista Fernández Domínguez. El mínimo de niveles son cuatro, en alrededor de 60 barrios consolidados, que tienen el mismo comportamiento de crecimiento en el municipio, entre ellos Lucerna, Prados del Cachón, Prado Oriental, Brisa del Este y Amanda. Otros tienen normativas individuales, porque su crecimiento urbano es diferente. Preparan la normativa del entorno de la ciudad Juan Bosch, en procura de que no haya un desarrollo desigual.

SANTO DOMINGO NORTE En SDN afecta la construcción de obras ilegales El municipio Santo Domingo Norte es uno de los que han crecido de forma más desordenada, siendo el mayor problema la masiva construcción de obras informales e ilegales, que no respetan las normativas y la presencia allí de alrededor de 52 cañadas.

El director de Planeamiento Urbano, ingeniero Ignacio Martínez, precisó que las construcciones informales e ilegales son aquellas que no pasaron por los trámites de lugar, por distintas razones, entre ellas por carecer el propietario de certificado de títulos.

“Todos los días aparecen construcciones ilegales”, dijo.

Sostuvo que para que el municipio se desarrolle de forma ordenada se debe cumplir con los lineamientos aprobados.

Martínez considera un reto para el ayuntamiento eficientizar esa labor, para lograr que las construcciones cuenten con la aprobación de la Oficina de Planeamiento Urbano, no solo para garantizar que cumplan con las regulaciones, sino también para que paguen por el servicio.

Están conscientes de que el municipio debe crecer verticalmente, pero consideran una limitante la presencia de 52 cañadas.

Entienden que esa problemática ha contribuido a que el municipio crezca de forma desorganizada, porque aunque está la cañada, las personas continúan construyendo.

“La población va más rápido que lo que nosotros podamos hacer”, subrayó Méndez.

La ingeniera Raisa de la Rosa precisó que en un fin de semana levantan cualquier obra. “Podemos estar dándole seguimiento de lunes a viernes y el fin de semana cuando venimos a ver ya le han echado el plato”, refirió.

Ya ese conflicto corresponde a la dirección de espacio público y al área jurídica.

Martínez sostuvo que la Dirección de Planeamiento urbano cuenta con un departamento de conflicto, que según dijo es uno de los que tienen trabajo diario, porque diariamente hay un problema. Señaló entre los sectores más desorganizados Los Guarícanos, Sabana Perdida y Villa Mella, aunque resaltó que entre esos mismos sectores hay urbanizaciones y sectores residenciales muy organizados en un proceso lento pero permanente.

La arquitecta Karen Núñez señaló que el municipio ha crecido de una forma desordenada, atribuido a que gestiones pasadas no le dieron la importancia a la planificación.

Desde agosto del 2016 hasta junio del 2018 fueron aprobados 131 proyectos en diferentes categorías, 60 informales (53%) y 62 formales (47%).