Implante de prótesis

Cielo en Boston tratarán de devolverle la alegría

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Santiago Benjamín de la CruzSanto Domingo

Cuando el reloj marcó las 5:00 a.m. de ayer, la alarma del celular de Fausto Sena sonó, y no fue un sonido cualquiera, sino uno que le indicaba que tenía que levantarse y despertar a su hija, Faustima Antonia Sena García(Cielo), para su viaje al aeropuerto y partir a Estados Unidos, donde le colocarán las prótesis que sustituirán sus amputados brazos y la ayudarán a tener una vida normal.

Con la acostumbrada mirada perdida que la acompaña desde que aquel 17 de mayo de 2017 cuando un haitiano le propinó 24 machetazos que casi le arrebatan la vida, Cielo caminaba de un lado a otro en su casa, a la espera de que llegara el momento de ir al aeropuerto.

Todos aquellos que la conocen confirman el gran cambio que ha dado desde hace un año. Casi no sonríe. Habla poco. Su mirada enfocada al suelo evidencia su estado emocional y la gran cicatriz del último macheteado que recibió en el cuello, demuestran que solo un milagro la mantuvo con vida. A la espera de que llegara el abogado Emilio López, quien se comprometió a llevar hasta el aeropuerto a Cielo y sus padres, sale Fausto de la casa, quien con una sonrisa proclamó: “Qué bueno que ya llegaron mis amigos del Listín”.

Ya eran las 6:50 de la mañana y pocos eran los que habían despertado en la zona donde está ubicada la nueva casa de la adolescente. Su familia conoce a pocas personas en el lugar, lo que provocó que no sucediera la gran algarabía con la que hubiesen despedido a Cielo sus vecinos de Pedro Brand, donde la menor creció.

“Con Dios delante, seré independiente” Si hay algo que Cielo quiere es recuperar su independencia. Poder realizar las actividades que hacía antes sin tener que ser asistida por otra persona.

“A mí me tienen que ayudar en todo, porque los brazos son esenciales en todas las personas. Pero con Dios delante voy a ser casi independiente y todo será más fácil”, considera la adolescente. Continúa diciendo que “he tenido todas las limitantes. No puedo hacer nada solaÖ si Dios quiere cuando regrese voy a poder estudiar, bañarme y hacer todo lo que yo hacía antes con normalidad”.

En todo su proceso, la menor ha recibido el apoyo de sus amiguitos y amiguitas, quienes la visitan y ayudan en lo que pueden. “Todas las personas me ayudan, porque yo siempre he dicho, soy una muchacha tranquila”.

Cabizbaja expresa que la persona que casi la asesina todavía está suelta, “y que nadie sabe si está escondido por ahí asechando, y eso me hace sentir temor”.

“Este viaje me hace feliz” “Nos sentimos muy felices, porque esta es una gran ayuda para nosotros, porque Cielo ya va a poder desenvolverse mejor. Esas prótesis la van a ayudar muchísimo. Gracias a Dios y a los medios de comunicación hemos podido conseguir que mi hija viaje para poder retomar su vida”, dice Fausto, padre de la adolescente.

Dijo que este lunes 6, la menor tiene su primera cita en el Shriners Hospitals for Children, de Boston, EEUU, para iniciar con el proceso del implante de prótesis. “Estoy feliz porque gracias a estas prótesis mi hija va a poder seguir estudiando y ser útil para la sociedad. Es lo que ella quiere”, resalta.

Sobre el ciudadano haitiano que casi asesina a su hija, Fausto expresó que cada día tiene menos esperanza de que sea capturado y pague por el gran daño que le hizo a Cielo.

EN RUTA CON DESTINO AL AEROPUERTO Con una pequeña maleta que lleva la esperanza de volver a tener una vida normal, a las 7:20 de la mañana de ayer, Cielo salió de su residencia junto a sus padres y el abogado Emilio López, rumbo al aeropuerto. Su vuelo salía a las 10:00 a.m. y tenía que estar al menos dos horas antes para los chequeos de costumbre.

Una equivocación del chofer que conducía el vehículo donde iba la adolescente junto a sus padres, lo hizo tomar otra ruta, lo que provocó un retraso de 15 minutos. Llegando al aeropuerto a las 8:15 a.m.

Inmediatamente Cielo arribó al aeropuerto, todas las personas la observaban y comenzaban a comentar en voz baja. Hasta que se escuchó vociferar a una mujer: “Mira, esa es Cielo, vamos a verla”. La mujer, quien andaba acompañada de otra, siguió a la adolescente hasta la aerolínea que la trasladaría a Estados Unidos, y le pidió una foto.

Tras la foto le dijo: “Mi niña, Dios está contigo, y si él no permitió que murieras por todas las heridas que te hizo esa persona, eso significa que Dios tiene un plan muy bello contigo”.

Después de las revisiones en la aerolínea, la menor y sus familiares fueron a comer algo, y al llegar al restaurante, los presentes comentaban en voz baja que “esa es Cielo”.

La madre de la adolescente tomaba los alimentos y los llevaba a la boca de su hija, un gesto que debe realizar desde hace un año y tres meses.

Cuando el reloj marcó las 9:40 a.m., Cielo y su madre fueron al área de Migración, donde junto a su madre se despidió de su padre para emprender un viaje del que regresará con unas prótesis en sus brazos que la ayudarán a tener una vida normal.

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